martes, 12 de agosto de 2014

La muerte.






El duque Jing de Qi hizo un recorrido por el norte del monte Niu. Al acercarse de regreso a la capital de su estado rompió a llorar: Ay, tierra mía, qué hermosa eres! Llena de verdor, brillante de rocío. Por qué la muerte tiene que separarme de esta tierra?
Por qué existirá la muerte? A dónde irá mi humilde persona cuando te abandone?
Kong, el historiador, y Liang Qiu-ju, que iban en su compañía, también se pusieron a llorar y dijeron: Gracias a nuestro soberano tenemos una sencilla comida hecha de verduras y un poco de carne, y gracias también a él podemos viajar en un carromato tirado por un jamelgo, y sin embargo no deseamos la muerte. Con cuánta mayor razón debe serle cara la vida a nuestro soberano!
Yan zi fue el único que sonrió, mirando hacia otro lado.
El duque se secó las lágrimas.
Más tarde, durante la comida, miró a Yan zi y le dijo:
Hemos dado hoy un paseo que ha entristecido a mi humilde persona. Kong y Ju han llorado conmigo. Por qué tú eres el único que ríes?
Yan zi le respondió:
Si los grandes hombres no desaparecieran nunca, ahí estarían aún Dai Gong y el duque Huan. Si los hombres valientes no desaparecieran, ahí estarían aún los duques Zhuang y Ling. Si todos los soberanos vivieran hoy, vos malviviríais en el campo, vestido con una capa de bejuco y con un sombrero de paja en la cabeza. Viviendo de tan humilde manera, ni tiempo tendríais para pensar en la muerte. Además, no hubieseis podido subir al trono. Debido a esa alternancia por la que vivimos aquí para luego abandonar esta vida, habéis llegado a la condición de soberano. Vuestras lágrimas lo único que prueban es una falta de virtud, una incomprensión de la naturaleza humana. Y así es como al ver a un soberano carente de virtud y unos acompañantes que le adulaban siguiéndole la corriente, vuestro vasallo se ha tomado la libertad de sonreír para sí.
El duque Jing se sintió avergonzado. Levantó su copa como castigo, y para castigar a sus dos acompañantes les hizo beber dos copas de vino a cada uno.

(De Lie Zi)

:D
Últimamente se partía el pecho leyendo a los taoístas de la antigüedad china.




Permitidme compartir mi último viaje -dijo en la última sección de la meditación.
Los vientos del karma (el destino, el acontecer, la vida, mi maestra sin nombre y con todos los nombres) han vuelto a conducirme a la locura no conceptual del zen japonés.
En ocasiones es el amor y en ocasiones es la risa la que me hace reconectar con eso que me expande y me disuelve a la vez.
Vuelven a caer en mis manos, sin que los busque, viejos libros de haikus, cómics zen, despedidas elegantes y personajes que a primera vista parecerían un despropósito.
Las maestras y maestros zen japoneses, artistas y poetas, a veces evocan sus raíces budistas (de la India) y a menudo las tradiciones milenarias de la China.
Y si el desconcierto del zen japonés (koans y otros elementos que rompen el código conceptual) a veces te descoloca (como un baile liberador o una caída al vacío), el tao de sus maestros y referentes de la China constituyen una auténtica explosión de locura.
En algún sitio escuché (o soñé) que el despertar sería como una gran carcajada.





4 comentarios:

  1. No temo mi muerte sino la de mi familia, quedarme sola, sin abuelos, padres ni hijos(estos no lo he tenido nunca), eso me da miedo, la soledad, el dolor, morir sola. Supongo que es falta de virtud y de incomprensión, pero me produce una profunda tristeza y dolor. Hace unos días enterré a mi querido abuelo, intuyo que dentro de poco será mi amada e incondicional abuela. Y la muerte me produce un desasosiego insoportable.
    Un abrazo Marie
    Carolina

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  2. Gracias por compartir algo tan personal, Carolina.
    Quizás haya que seguir meditando en la muerte, hasta descubrir (o recordar) lo que es y lo que no es.
    No importa el miedo y el dolor, seguir meditando. Y ver qué pasa.

    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Me puedes dar alguna sugerencia de meditación en la muerte que a ti te haya ayudado?
    Muchas gracias por seguir compartiendo tus reflexiones
    Un fuerte abrazo

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  4. Mi respuesta aun resumida resultaba un poco larga, así que pensé que podía ser un tema para la siguiente reflexión.
    http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com.es/2014/08/meditar-en-la-muerte.html

    Abrazo y mis mejores deseos.

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