domingo, 24 de octubre de 2010

El dinero es virtual.


Ella dijo: no te preocupes por eso, para mí el dinero es virtual.
Bueno, en realidad todo es virtual pero el dinero más;
dado que suelo pagar con tarjeta, el dinero ni siquiera pasa por mis manos, así que no es más que un acto de fe creer que lo tengo o que no lo tengo, que tengo más
o menos.
Hasta el día de hoy, en este sueño, entrego este trocito de cartón o digo un número como una clave mágica y funciona. Claro que, para no tentar a la suerte, mi consumo es mínimo,
tampoco necesito tanto.

La amiga la miró pensando: esa despreocupación por el dinero sólo es propia de quien no ha sufrido preocupación por el dinero.
Pero, en cierta forma, se equivocaba.
Ella había conocido etapas en la infancia en las que no había qué comer en casa. Pero entonces las vecinas aparecían con un plato de comida.
En cierta forma, también, había sido una "sin techo", dado que el techo de su casa se caía y había que buscar un lugar donde dormir. Pero alguien de la familia tenía una casa fantástica, así que siempre había una cama fantástica donde dormir.
Un amigo muy personal (que sí se preocupaba por el dinero, aunque nunca había pasado hambre y siempre había tenido un techo bajo el que dormir) le había dicho algún tiempo después:
nunca te sentiste pobre porque sabías que vendrían los tuyos a rescatarte.
Y ella dijo: sí, eso es.
Y luego pensó: pero quiénes eran "los míos"?
Esa pregunta quedó sin responder.

Luego, en la universidad, tampoco fue fácil: había que pagarse los estudios y la vida, pero ella ya sabía que la naturaleza humana aguanta algunos días sin comer. Y, después de todo, era tan romántico como en las novelas, poemas y biografías de poetas y artistas que había leído.
Nunca se sintió pobre.

Pasado el tiempo, el dinero seguía siendo algo virtual.

Quizás por eso, meditar en la bondad de todos los seres no resultaba una práctica difícil.

Todo te ha sido regalado.

¿Has pensado alguna vez -le preguntó a la amiga- que llegaste al mundo desnuda y con las manos vacías?
No trajiste nada. ¿Y qué pasó?
Encontraste vestido y cuna y comida, unas manos que te cuidaban. Un mundo de abundancia, regalado.
Y así ha seguido siendo hasta el día de hoy.
Mírate: esos zapatos, no te los has hecho tú con tus manos, ni tus pantalones, ni la silla donde estás sentada, ni la cama donde dormirás esta noche, ni la casa que te da refugio, no la has construido con tus manos ladrillo a ladrillo, ni la mesa donde desayunarás, ni el café y las tostadas o la fruta o las verduras, tú no has amasado el pan que te llevas a la boca ni has cultivado ni uno sólo de los alimentos con que te nutres, ni has conducido el camión que los transporta ni has construido el vehículo ni las carreteras que hacen posible que lleguen los productos hasta tu mesa.



Has llegado aquí desnuda, con las manos vacías, no trajiste nada contigo y todo te ha sido regalado desde el principio y aún hoy, y así será hasta el final.
¿No sientes gratitud?

La amiga dijo: es una forma de verlo. Diferente.
Normalmente tendemos a pensar que nos explotan en el trabajo, que nos pagan poco
a cambio de lo mucho que damos, que se aprovechan de nosotros...
Es una mirada desde la separación y crea separación, desconfianza, victimismo, competitividad.
Pero no es más cierto que el hecho de que todo te ha sido regalado, que no has tejido con tus manos el vestido que te cubre ni la toalla con que te secas al salir de la ducha, ni le has dado forma con tus manos desde el barro al vaso en el que bebes el agua, ni has instalado las cañerías que hacen que ese agua llegue a tu grifo y a las células de tu piel.

Cómo sentirse pobre
o desagradecida?

Gratitud.

Si piensas en la generosidad
y en la bondad de los demás (esa red de seres que hacen posible que todo esté a tu alcance)
sólo puedes sentir gratitud
y un deseo imperioso de devolver algo, lo que sea, lo que esté en tu mano,
devolver todo lo que puedas, a la menor ocasión,
a la fuente que te nutre.

Y esa mirada de no-separación crea conexión,
confianza,
solidaridad,
colaboración,
gratitud,
amor.
Todos esos invitados a los que tiene tanto miedo
el miedo,
y por eso permanece tan lejos.


El miedo
no tiene nada que hacer en esta reunión de invitados,
en esta fiesta.

El miedo, la avaricia, la codicia,
se quedan al otro lado de la puerta,
tan lejos...

9 comentarios:

  1. Hola! Genial estas reflexiones...
    - Sobre las cosas materiales, me ha gustado mucho, interpreto el deseo de soltar el apego... Hace poco me mandaron esta reflexión diaria, por compartirla: "Si todos los días nos despertáramos sabiendo que todo lo que tenemos es prestado, sería mucho más fácil ser feliz y dar. Hoy, vive con esa conciencia. Encuentra formas de compartir lo que eres y lo que tienes, física y emocionalmente..."

    También recuerdo como se transmitía en la película de AVATAR, que hasta la propia vida y el cuerpo, son préstamos que al final hay que devolver... Y al final sabemos que no nos podemos llevar nada..

    . Y sobre la GRATITUD... Me gustaría mucho que cuando puedas porfa escribas algo más, porque yo noto que "cojeo" de ahí... Por ejemplo, tengo un trabajo que me es muy difícil tener (y mantener) una actitud de gratitud (fuera del trabajo se me da bien enfocarme en la bondad de los demás, pero es llegar al trabajo y me es MUY DIFÍCIL)... Pero también sé que las pocas veces que lo he mantenido en mi trabajo he conseguido sentirme mucho más feliz, más fluida, más armoniosa... pero conseguir esa actitud en mi trabajo para mí es como mantener mercurio entre las manos!!
    GRACIAS! ;-))

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  2. OK, hadania, me apunto eso de hacer alguna entrada sobre la gratitud.
    De todas formas, yo creo que tú ya tienes una base suficientemente sólida sobre el tema, sólo tienes que aplicarla en tu lugar de trabajo.
    Y, en cualquier caso, tampoco es necesario condenarte a estar allí de por vida; siempre puedes identificar y concretar en tu mente qué otra cosa te gustaría hacer exactamente y ampliar tu mirada. Igual lo encuentras.
    Saber adaptarse a las situaciones (que no se pueden cambiar) no significa que no cambiemos lo que esté en nuestra mano, si nos va a servir para mejorar.

    Petons...

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  3. Marié, cómo poder cultivar más la apreciación y la gratitud, si hay situaciones que son como un infierno...

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  4. L., sólo podemos enfrentarnos a dos tipos de cosas: las que podemos cambiar y las que no podemos cambiar.
    Cambia lo que puedas cambiar, empezando por tu propia actitud, que sea más generosa, comprensiva, humilde, paciente, etc.
    Y también las condiciones externas que puedas mejorar, claro.
    Respecto a lo que no puedas cambiar, asúmelo con paciencia, y no inviertas demasiada energía de tu pensamiento -contrariamente, esas cosas a las que deberíamos dedicarles menos pensamientos, tiempo y energía son las que se llevan más de todo eso, agotándonos.
    Quizás te ayudaría practicar la atención plena en el presente, disfrutar del paso a paso, sin agobiarte y estresarte con cosas que no tocan en el momento.
    Además, en lugar de poner toda tu atención en lo que te preocupa, saca tiempo para desenterrar todas las cosas que tienes y aprecias y valoras y disfrutas.

    Pero en última instancia, tanto lo "bueno" como lo "malo" no son más que apariencias en samsara, el mismo tipo de alucinaciones.
    Por eso, yo, personalmente, cuando me encuentro con situaciones como encerronas que no me gustan, aprovecho para recordar que así es samsara.
    "Pasarlo bien" a veces me distrae y en el fondo me manda el mensaje de que no se está tan mal aquí, rodeada de tantos maravillosos objetos de deseo.
    Pero cuando una situación desagradable se presenta como una encerrona de la que parece difícil salir, recuerdo que es una apariencia, aunque estoy secuestrada por la creencia de realidad, pero además me sirve para recordar que siempre va a ser así, antes o después, "en samsara no hay felicidad", ya sabes.
    Así que suelto, me distancio y vuelvo a mi tierra pura interior. Como si ya estuviera liberada, si no iluminada.

    Como se suele decir, si de momento no es así, fíngelo hasta conseguirlo.

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  5. Me has ayudado muchísimo, más de lo que crees...

    Llevaba mucho tiempo con un conflicto interior... ¿cómo puedo "aceptar" la situación si mi "instinto" me dice que todo esto es temporal y que lo mejor para todos es que salga de esta situación y la sustituya por otra en la que me pueda dar lo mejor de mí?
    Y por otro lado, sentía que no debía marcharme hasta que "aprendiera" la lección e irme en paz y con el mayor amor en mi corazón, y no con rencor y dolor... Pues si no, tarde o temprano sé que me encontraría con otra situación similar o peor, en la que por no haber sabido resolver esta situación actual me ocasionaría mayor sufrimiento...

    De nuevo, gracias por tus palabras, y si me puedes ayudar un poquillo con lo de "mi tierra pura interior" te lo agradecería mucho!

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  6. Por ejemplo, a veces me "pillo" con un estado de resignación, cansancio o hastío por estar ahí, y miro cómo está mi mente, con rabia y resentimiento... y respiro hondo y pido desde el corazón que por favor me quiten este veneno que no me deja vivir ni trabajar... y recito algunos mantras, como el de Tara y el largo de Vajrashatava, pero sigue ahí ese "veneno", esa amargura...

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  7. L. no nos tenemos que quedar pegadas a las cosas para "aceptar". Se acepta lo que no se puede cambiar.
    Incluso Atisha dice: Evitad aquellos lugares que perturben vuestra mente y permaneced allí donde vuestra virtud se incremente.

    En cualquier caso, cuando tengas la oportunidad de irte y te vayas, no tienes que irte con rencor y dolor. Dejas atrás una situación desagradable (que te ha llegado por karma o por lo que sea), piensas que el resto de las personas han actuado también por su karma y sus limitacionese y tiras p'alante con compasión. Y con humildad, no tienes que entenderlo todo. Igual, cuando estés fuera, entenderás mejor ciertas cosas que no alcanzas a comprender desde dentro.

    Como sabes, la amargura no es renuncia; la amargura tiene más que ver con el sentimiento de frustración y fracaso y no aceptación.
    Ve soltando. Da igual las anécdotas y condiciones que aparezcan fuera, tu potencial sigue siendo el de Buda. Ya lo estás tocando a ratos. No pierdas esa perspectiva.

    Y aquí entramos en el tema de la tierra pura y la autogeneración.
    Si no te crees que tengas ese potencial, yo de ti empezaría a fingirlo hasta sentirlo propio. Cómo? Por ejemplo, llenando mi vida de pequeños rituales a la menor ocasión.
    Y, como sugerencias, aquí te remito a:
    http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com/2010/07/el-tantra.html


    Convierte las actividades de tu vida cotidiana en pequeños (o grandes) rituales que te ofreces, no como L. sino al buda que hay en ti.
    Incluso en las situaciones de conflicto, mientras que sigas ahí. Cómo reaccionaría Tara, cómo haría ella este trabajo, cómo le hablaría a esta compañera o al jefe?...

    Juega con eso y de hecho, ya estarás en tu tierra pura, cada vez más real.


    La tierra pura está aquí, L., no hay que ir a ninguna parte. Sólo hay que verla y experimentarla.
    En cuanto empieces a experimentarla te darás cuenta de que siempre había estado aquí, que ya estás en ella.

    No digo que sea fácil.
    Pero tampoco digo que sea difícil, si de verdad te lo crees.

    Un beso.

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  8. De nuevo MUCHÍSIMAS GRACIAS!!!!

    La reflexión de Atisha que me has puesto me ayuda mucho a enfocarme en el cambio sin sentirme culpable o que estoy fallando...

    Muchísimas gracias por esa aplicación del karma!! No lo había visto así!!! GRACIAS, es un alivio!!!

    También lo que has escrito sobre el karma me ayuda a cambiar mi atención. Porque también reconozco que a veces no sé poner atención positiva, sino que sólo me fijo en las faltas!!! Y de verdad que no sé enfocarme en positivo!!!

    Cuando puedas porfa, ayudame un poquito más con el tema de la atención positiva, quea veces tengo la anteción MUY negativa!!! Y así, teniendo varias "armas" a ver si puedo ir venciendo este malestar interno mío...

    Un besote

    Con cariño...

    L.

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  9. L, yo pienso que la atención positiva pasa un poco por la apreciación y la gratitud
    y esta entrada puede ayudarte bastante -recordar que nada de lo que dispones te lo has hecho tú con tus manos, todo es regalado. A muchas personas nos funciona para generar un sentimiento inmenso de amor, bienestar, satisfacción...

    Por otra parte, a veces me cruzo con una persona mayor, una mujer encorvada por ejemplo, con dificultades para subir la cuesta camino de casa (me ofrezco a ayudarla con las bolsas o lo que sea y me dice: no gracias, si no hago este pequeño ejercicio cada día me quedaría en nada), y contemplo su fortaleza, paciencia, etc; o unas señoras que salen del hospital con caras de que el cuerpo, esta máquina, ha dejado de funcionar bien, y afrontan lo que tengan que afrontar.
    Cada drama humano cotidiano (en el barrio, no hay que ir más lejos) lo siento un poco mío y sé que algún día me tocará a mí.
    Así que, mientras tanto, siento la responsabilidad (ese inmenso placer) de aprovechar esta preciosa existencia humana, todo lo que pueda, para mejorar y prepararme (fortaleza, sabiduría) para lo que tenga que venir.
    Y eso me lleva a poner la atención en todo aquello de lo que dispongo en estos momentos (salud, cualquier tipo de posibilidades físicas o mentales) y a apreciarlo como algo valioso y transitorio.

    Y esto me recuerda el título de uno de los libros de Jean Shinoda Bolen, "Las brujas no se quejan". Las brujas sabias no se quejan, abrazan todo lo que llega con la misma ecuanimidad. No es que repriman las quejas; simplemente, no aparecen porque no hay motivo.

    Todas y todos (los hombres también tienen dentro ese arquetipo o potencial) queremos ser brujas sabias. Siempre hay una bruja sabia dentro que quiere manifestarse, si la dejamos.

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