martes, 15 de diciembre de 2009
Vivir con Tara.
Celebración del dharma en Málaga, aprovechando el puente del 4 al 8 de diciembre.
Cualquier excusa es buena para retirarse a meditar y estudiar unos días en el Hotel Kadampa, en Andalucía.
Cualquier excusa es buena para estudiar y meditar con Chokga.
Da igual el sitio y con quién, cuando se trata de la iniciación de Tara.
Y en este caso se daban los tres elementos.
Un paso más de crecimiento, unos centímetros cúbicos más grande. Otra experiencia inolvidable que proteger. Otro capítulo con sentido en esta existencia humana.
De vuelta a Barcelona, cómo no compartir la experiencia con el pequeño grupo que asiste a mis clases semanales?
Conocimos un poquito más a Tara, la madre iluminada, la historia común ("De ahora en adelante hasta que alcance la iluminación siempre tomaré un cuerpo femenino, y cuando me convierta en Buda también apareceré en una forma femenina")
y la no común (de las lágrimas del compasivo Avalokiteshvara que caen sobre una flor de loto, aparece Tara, "No desfallezcas, yo te ayudaré").
Tara, la rápida, la madre, la sabiduría de todos los budas.
http://reflexionesdeunaestudiantebudista.blogspot.com/2009/10/abrir-el-foco-y-dejar-que-los-cambios.html
Traer el resultado al camino.
Nos acercamos a ella, en su vocación de servicio, su bodichita, la Liberadora Suprema.
Porque estimo a los demás y quiero ayudarles y liberarles del sufrimiento, por eso quiero convertirme en Tara.
Traer el resultado al camino, en eso consiste la iniciación.
Desde el punto de vista mahayana, el principal objetivo consiste en liberarse de la estimación propia y desear ayudar a todos los seres. Desde el punto de vista tántrico, lo que importa en última instancia es la liberación de las apariencias ordinarias y el yo ordinario. Purificar nuestras apariencias ordinarias/convencionales del cuerpo, palabra y mente.
Y puede que te preguntes: ¿Por qué tengo que dejar de considerarme un ser ordinario?
Porque mientras que sigas designando "yo" en este cuerpo y mente contaminados, vas a sufrir.
Tras comprender esto, empiezo a designar "yo" sobre unas bases no contaminadas: Tara.
Y, así, podemos decir con la sadhana: "Poseo la claridad de mi yídam".
A partir de aquí, nos comprometemos a mantener a diario una práctica formal (la meditación propiamente dicha) y una práctica informal, en la vida cotidiana.
La práctica cotidiana.
Cómo?
Siente que tu guía espiritual (Tara) está en tu corazón.
Ante cualquier sensación agradable (el perfume de una flor, la contemplación de un bello paisaje, tu música preferida, comer o beber...), se la ofreces a tu guía espiritual en tu corazón.
Ante cualquier placer que aparece en tu camino, buscas a Tara: Eh, Tara, mira qué tenemos aquí, no te lo pierdas... Y realizas la ofrenda a Tara, en tu interior.
Así que ya sabes: vete rápido en busca de un objeto de placer y practica...
¿Y qué hacer cuando surge una experiencia desagradable?
Practicas la paciencia y se la ofreces a tu guía. Recuerdas: así es samsara, los problemas externos siempre están... y vuelves a tu yídam en tu corazón.
Y le ofreces tu paciencia.
¿Ante las apariencias neutras?
Recuerda la vacuidad: todo lo que aparece son meras apariencias, como en un sueño.
Y se lo ofreces a tu yídam, en tu corazón.
Vivir cada día como Tara, junto a Tara, en tu corazón. En esto consiste tu práctica informal.
¿Se te ocurre mejor compañía?
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Dicen que acabamos pareciéndonos a las cinco personas más próximas. No estaría mal que Tara sea una de ellas.
ResponderEliminarChokga dijo: dedicad tiempo a visualizar. Conscientemente, con control.
ResponderEliminarNos pasamos el tiempo visualizando los defectos de los demás y las cosas que no nos gustan en nuestra vida.
Por qué no visualizar la generosidad de los seres? Por qué no apreciar la fantástica oportunidad de esta existencia?
Por qué no sentir a Tara a nuestro lado, cada vez que desfallecemos, animándonos, dándonos su fuerza?
Me gusta cruzarme con ella por el pasillo de mi casa. O verla patinar a mi lado mientras yo voy en bici a la piscina o a meditar.
Con Tara, Vajrayoguini y Prajnaparamita como compañeras de piso, es difícil desfallecer.