miércoles, 3 de junio de 2009

Vacuidad vs. autoengaño.

Pregunta a foro abierto.

Cómo saber cuándo hacemos un buen uso de nuestra (por pequeña que sea) comprensión de la vacuidad y cuándo, simplemente, nos estamos escaqueando de la situación.
Cuándo nos estamos evadiendo,
cuándo nos estamos autoengañando.

Rabjor dice:
Cuidado, el ego es muy perverso, le da la vuelta a todo para autoprotegerse.
Al Dharma también.
Y cuando el ego manipula el Dharma, es muy peligroso.









Como dice Mariana Caplan(http://www.crecejoven.com/mente/mariana_caplan/salud.php),
el camino espiritual está lleno de trampas engañosas y más nos vale detectarlas y afrontar nuestros autoengaños con humildad.

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21 comentarios:

  1. Bienvenida a tú blog, te echábamos de menos.

    Leo en internet :

    "El Perdón es el antibiótico del alma.
    El Ego es la bestia a amar.
    La Dignidad es la identidad de lo divino. "

    A tí que te parece?

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  2. Qué te parece a ti, maripili?

    Yo a veces me pierdo en el significado de las palabras.
    Y no quiero que eso me aleje del-a mensajer@.
    Pero sí, creo que el perdón es una medicina que lo cura casi todo -aunque yo sigo creyendo que cuando comprendes (a la otra persona, la situación), ves que no hay nada que perdonar.
    Y el ego, aunque sea una bestia, mejor amarla que odiarla -amarla hasta disolverla y disolverte con ella.
    Y la dignidad, no sé muy bien lo que es -puede ser la identidad de lo divino, por eso me queda tan lejos y no sé...
    Algo debe tener que ver con el sentido del honor.

    Pero a ti, que te ha impactado, seguro que te dice mucho más.

    Compártelo.

    Gracias por seguir ahí -aun cuando yo me voy.

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  3. En la última clase, Rabjor habló de la sabiduría budista.
    La sabiduría del karma (que toda causa tiene su efecto) y la sabiduría de la vacuidad (las cosas no existen tal como las percibimos y todo está vacío de existencia inherente).
    De hecho, en un momento dado dijo que "las apariencias son efectos de causas anteriores".
    Y yo tomé nota en mayúsculas, como si por ahí hubiera una pista que necesito indagar.

    Apariencias, sí; como un sueño kármico. Como en el sueño nocturno tu mente crea historias de otras historias diurnas que dejaron impresiones.
    Y si las "apariencias", los acontecimientos de tu vida, son efectos de causas anteriores, no nos queda otra que resolver las asignatruras pendientes, las facturas por pagar -para bien o para mal.

    De hecho, mejor haríamos superando conceptos como "para bien" o "para mal" y afrontarlo todo ecuánimemente, como un aprendizaje, como el camino.

    Hacia el despertar final.

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  4. Uff! ¡Qué intenso, Marié! Pobre Maripili, en menudo lío la has metido. Tengo curiosidad por ver cómo lo resuelve.

    Besos a las dos.

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  5. Tranquila, Emi.
    El comentario para maripili es el anterior, respondiendo a su inspiradora cita.

    Éste segundo, tan "intenso", está más dirigido a foro abierto, reflexionando sobre cómo podemos utilizar las enseñanzas de la vacuidad budista (muy profundas, sí), recordando que todo lo que percibimos son meras interpretaciones de nuestra mente, sin que ello nos lleve a autoengaños, escapismos y evasión de los conflictos cotidianos.

    Ver las cosas como interpretaciones personales nos ayuda a relativizar y desdramatizar , pero no nos exime de resolver los conflictos y dificultades a los que nos enfrentamos a diario.

    ¿No crees, Emi? ¿Tú cómo lo ves?

    Seguramente George Kaplan podría aportar también cierta luz a esto.

    O Jose.

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  6. Hola, Marié. Antes de intentar contestar tu pregunta, me gustaría saber, ¿cómo hace uno 'mal uso' de su conocimiento sobre la vacuidad, o cómo se puede uno 'autoengañar' con este conocimiento? Creo que sería interesante tener ejemplos de esto.

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  7. Ufff..., me he perdido, efectivamente como dice Emi, menos mal que has aclarado que el 2º comentario no es para mí porque de verdad que lo intento pero no llego.

    De la frase que expuse me llamó la atención "el perdón es el antibiótico del alma", con respecto al ego de acuerdo contigo, pero sobre la dignidad no la entiendo, simplemente por eso era saber si me la aclarábais, pero no quiero ir más allá todo lo demás me supera.

    De todas maneras gracias Marié por tu interés y tú Emi ya ves la resolución de la manera más simple. De todas maneras me meto en unos jardines ???

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  8. Jajaja, maripili, cómo me haces reír.
    Ya veo a Emi tronchándose también al otro lado de la pantalla.


    Es un placer teneros por aquí.

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  9. Bienvenido, jfm.
    Qué gusto, este puente que estableces, para poder husmear en tus blogs y aprender un poco más.

    Yo creo que una se puede autoengañar con cualquier cosa y, como dice Rabjor, el dharma nos ofrece un profundo conocimiento de la mente humana pero, como todo, puede ser utilizado para bien o para mal.
    Por ejemplo, nos da herramientas para conocernos mejor, y a los demás, pero también para el control y la manipulación más sutil, de nosotros mismos y de los demás.
    Por ejemplo, podemos caer en la vanidad de creer que hemos realizado la humildad; considerar que practicamos el amor afectivo cuando en realidad nos mueve una motivación egoísta por la buena reputación, etc.
    Pero eso no es falta del dharma, sino del afán protector del ego, que lucha a muerte por sobrevivir.

    Por eso el tantra -otro ejemplo- durante mucho tiempo ha sido cosa de transmisión directa, sólo accesible a unas pocas personas; porque mal utilizado, con fines egoístas o samsáricos, podría significar más cadenas, un camino que nada tiene que ver con el camino a la liberación y la iluminación.

    En cuanto a la vacuidad, me parece un tema tan profundo, de hecho un camino en dirección a la meta última. No tengo ninguna duda de esto. Pero un camino lleno de etapas o niveles de comprensión. Y, en el camino, una puede equivocarse y, en ocasiones, creer que comprende cuando está malinterpretando, incluso evadiéndose, escapando.

    Ejemplos que surgen a menudo en las clases y debates:
    1. Si yo no existo y los demás no existen, qué sentido tiene amar a los demás, que no existen.
    2. Ante un conflicto doloroso (con tu pareja, tu hijo, en el trabajo, una amiga), recuerdo que todo son apariencias y paso de todo. Considero como sabiduría lo que tal vez es escapismo o evasión.

    Los rasgos concretos de nuestra personalidad (tendencias como la avaricia, la vanidad, el orgullo, la inseguridad...) están presentes también en nuestro camino espiritual. Por eso conviene estar vigilantes en todo momento; hacer uso de la retentiva mental (para recordar los principios de cada instrucción y no dejarnos llevar por la inercia de nuestro ego manipulador) y tener el coraje de ser honest@s, especialmente con un@ mism@.

    Pero yo sólo estoy en el camino y aún tengo mucho por "realizar". Por eso me gustaría mucho saber tu opinión sobre esto.

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  10. Marié, soy Jaume, de Lleida. Supongo que te acuerdas. Te escribí hace unos meses y me invitaste a tu blog. Y aquí estoy. Soy un poco lento pero el caso es llegar. Ya iré contestando poco a poco en días sucesivos sobre lo que dices (si me sale algo). Por ahora te digo que estoy totalmente de acuerdo en que la mente egoísta no se para ante nada y lo usa todo para sus propios fines, incluído el Dharma. Pero si con el Dharma esta mente no desaparece, ¡menos va a desaparecer sin él!

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  11. Jajaja....

    Pues sí, Jaume, si con el Dharma esta mente egoísta no desaparece... lo tenemos crudo.

    Ya te había reconocido, al meterme en tus blogs y la lista de tus libros preferidos.

    No te pierdas. Y comparte tu comprensión del dharma con nosotr@s.

    Un abrazo.

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  12. Con respecto a tu segundo ejemplo de antes, me gustaría matizar que, de hecho, la función de realizar la vacuidad es precisamente ayudarnos a 'evadirnos', del samsara. Y que 'escapar' del samsara no es una cobardía sino una sabiduría. Porque mientras tengamos renacimientos incontrolados, por muchas tragedias y situaciones familiares etc. que afrontemos y medio solucionemos con nuestro 'valor', siempre habrán infinitas más por delante por solucionar y padecer. Y si es así ¿qué es lo que estamos solucionando en realidad?

    Por lo tanto, pienso que lo mejor es buscar, otra vez, la vía del medio 'libre de extremos': no caer en el extremo de evadirnos de nuestra responsabilidad, diciendo que la situación no existe, y no caer en el extremo de involucrarnos totalmente, pensando que existe de verdad.

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  13. Y que 'escapar' del samsara no es una cobardía sino una sabiduría.

    Gracias, Jaume.
    Me has dado qué pensar.
    Sabía que me podíais ayudar para clarificar este tema, un largo camino y a la vez tan sencillo...


    Un abrazo.

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  14. Hablar del vacío

    Se hace difícil

    Estas palabras

    Ya lo traicionan

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  15. Hola, G. Yo diría que las palabras o conceptos, que son un obstáculo a la hora de intentar conseguir una experiencia de la vacuidad, son al mismo tiempo necesarias e indispensables -- en su forma de enseñanzas sobre la vacuidad -- a la hora de inducir, o llevarnos a conseguir, esta experiencia. ¿No crees?

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  16. Si jfm es exactamente como tu dices.

    No es posible de otra manera.

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  17. G. te dirá,
    pero yo creo que, como decía aquel texto sagrado, todo tiene un tiempo bajo el sol.

    Hay un tiempo en el que las palabras tienen su función, son un vehículo indispensable; sin ellas, difícil alcanzar la comprensión, la realización -de la vacuidad o la que sea.

    Y hay un tiempo en el que, cumplida su función, las palabras ya no hacen falta.

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  18. También es como dice Marié.

    No sé, el verso se me ocurrió sin más, me pareció bonito.

    Quizás ahora lo interpreto como que hablar de la vacuidad es necesario, pero para meditar en ella. Las palabras por si solas no tienen suficiente poder.

    Gracias Marié por el apunte.

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  19. Los tres estamos de acuerdo, entonces. Así no hay manera de discutir.

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  20. jajaja...

    Pero aún podemos reír

    -otra forma de disolución...

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