martes, 6 de noviembre de 2012
Y tú, ¿ya has acabado con tu viejo yo?
Mi amiga E. es guapísima.
Baila, canta, hace terapias alternativas
y siente que encierra un gran poder para ayudar a los demás.
Asistió a la iniciación de Alto Yoga Tantra
y sintió que eso era lo suyo. Por fin había llegado a casa. Ahora sabía que siempre había sido la representación femenina tántrica. Ahora por fin podía conocer quién realmente es.
Pasados los meses, sin embargo, a veces se siente triste.
Hay gente que no la entiende, y su consultorio particular no tira como debería.
Además, su pareja no siempre es el Heruka que ella desearía.
E. no puede entender que ella, con todas sus habilidades y destrezas, no sea feliz.
Cómo puede no ser feliz Vajrayoguini, la más alta deidad tántrica?
Entonces le pregunté:
¿Pero tú ya has acabado con E.?
Me miró sin responder, y eso me hizo pensar que no.
Así que cambié el enfoque:
Pero tú, ¿quién prefieres ser: E. o Vajrayoguini?
Sonrió, y en ese instante de duda pude ver cuánto apego le tenemos al yo que creemos ser.
Ni la más perfecta deidad del A.Y.T. podría competir con nuestros encantos personales particulares.
Entre Buda (el ser despierto, el ser perfecto que ya llevo dentro) y este paquete de conceptos en el que designo "yo", suele ganar el "yo" que conozco, mutilado y sufriente, pero al menos es el "yo" que conozco.
Y ya se sabe que más vale malo conocido...
Y tú, quién quieres ser:
el yo que arrastras (joven y guapo, inteligente y carismático, tal como te ves a ti mism@)
o el ser perfecto que ya guardas dentro de ti?
Elige, porque en esa decisión
(en esa intención)
estás diseñando el camino,
el guión
de tu pensamiento,
palabra
y acciones.
Y recuerda que el orgullo divino tiene muy poco que ver con el orgullo
humano.
Síguele la pista a las señales.
¿Aún sufres por lo que piensan de ti,
por tu prestigio personal, social o profesional,
por el dinero que ganas o pierdes,
por el cuerpo que duele,
por la pareja o l@s amig@s o l@s hij@s o la madre o el padre
que no son como deberían?...
Ésa no es Vajrayoguini, o Buda o como quieras llamarle.
El ser despierto aún brilla
por su ausencia.
Porque aún sigue vivito
y coleando
el viejo yo.
Y son incompatibles.
Donde se manifiesta el uno,
el otro
se disuelve.
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Que lindo me llego al fundo de la alma, ¡¡¡¡gracias!!!!
ResponderEliminar:-)
EliminarExcelente post... Y cuánto cuesta dejar atrás al viejo yo, verdad?
ResponderEliminarA mí, sí. Desde luego. Pero intento avanzar en el camino.
Mil gracias por tu ayuda desinteresada, Marié.
Rafa de Mallorca.
Un abrazo muy fuerte, Rafa.
ResponderEliminarGracias por tu feedback.
A veces pensamos en defender esa esencia que suponemos nuestra... Ayer justo pensaba en poner unos versos de un poeta en mi espacio personal, bellos, llenos de nostalgia y añoranza... pero totalmente opuestos al sentido de las enseñanzas, de aprender que nada es nuestro y que nada permanece... tu texto me hizo cuestionarme ¿quien quieres ser? Gracias de verdad por lo que escribes..
ResponderEliminarY gracias a ti por compartir tus reflexiones.
ResponderEliminarabrazo.