Un cuarto
para la hora del inicio
de la sesión.
Preparad@s, list@s...
Aún silencio y quietud en la parte baja de la casa.
Si acaso, algún sonido en la cocina, del cocinero que prepara la comida para después
de la clase.
Arriba, en silencio, con los pies descalzos y el gesto preciso y respetuoso,
alguien da los últimos toques en la gompa:
las colchonetas en el suelo, los cojines, las mesitas de estudio, el trono del maestro
con su dinwa, las flores, el vaso de agua, las ofrendas en el altar...
En silencio y con la devoción de vivir la vida como un acto sagrado. Esta preciosa existencia humana.
Poco a poco, l@s estudiantes suben las escaleras o regresan de su paseo por la montaña
y se acercan a la gompa,
se descalzan de sus zapatillas
y entran en el espacio de estudio, contemplación y meditación.
Toman sitio y abren su libro:
Comprensión de la mente.
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