jueves, 14 de junio de 2012

Esto no funciona en mi cultura.


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A veces nos rechinan las cosas de otras tradiciones.
Pongamos el ejemplo del budismo.
Buda nació en la India y aportó al mundo una visión específica de la vida.
En su búsqueda de la felicidad y de la comprensión del mundo y del ser humano (como la mayoría de filósofos y filósofas de todos los tiempos), descubrió una ciencia
de comprensión de la mente
infalible.
Y su visión se extendió por gran parte del mundo. Y en cada cultura nueva a la que llegaba se fundía con su idiosincrasia particular, con sus tradiciones específicas, dando lugar a formas de budismo de características ligeramente (o profundamente) diferentes en cada país.
Así que a veces llegamos a una tradición budista de otra cultura (pongamos por caso tibetana, kadampa) y decimos: todo esto está muy bien, suena lógico, cómo es que no lo había oído antes, cómo es que esto no lo enseñan en las escuelas?... Y empezamos a cambiar ligeramente el pensamiento, la manera de ver las cosas. Suena tan lógico, tan obvio, intelectualmente, racionalmente.
Y sí, empezamos a introducir pequeños cambios en nuestra vida.
Al principio.
(Y por eso dicen que Buda decía: me postro ante la luna nueva).
Y luego paramos y volvemos a las viejas tendencias.
Y cuando oímos de nuevo lo que nos resultó tan revelador la primera vez, desconectamos la atención y nos sumimos en una actitud de aburrimiento somnoliente a la espera de que aparezca algún mensaje nuevo, diferente. "Revelador".
Para volver a ser por un instante la luna nueva.
Seguir coleccionando datos reveladores y volver luego a las viejas tendencias.
O quizás abandonamos, nos retiramos, cuando ya nos dejan de caer datos reveladores con la misma frecuencia que al principio.
Y entonces me voy, porque yo ya todo eso me lo sé.


Yo ya todo eso me lo sé.


http://convocesdemujer.files.wordpress.com/2012/05/carta-de-amor.jpg 



Querido amigo:

Rabjor suele decir que cuando nos suena a "oído" (un tema, una instrucción
del dharma)
y nos aburre, es una señal de que no está integrado. 
Simplemente suena 
a nivel intelectual. 
Cuando está integrado, cada evocación nueva no cansa sino que es como volver a degustar algo rico. Revive la experiencia (no la idea) y como es tan placentera da gusto. Y se afianza más. Y se hace más profunda y estable.
Cuando suena a "ya lo sé" (la idea) es porque no se ha probado.
Quizás te suena raro pero es lo que pasa siempre con las experiencias de amor. No?

Te quiero.

(Ya sé que lo sabes, pero a que no te cansa oírlo?)


Qué hacen en otra tradición para que esto funcione?

A veces nos rechinan cosas de otras tradiciones.
Pongamos por caso el budismo.
Llegamos a la meditación o a las clases y escuchamos las instrucciones y nos suena todo tan lógico, tan racional, y pensamos: cómo es que todo esto no lo he oído antes...
Y nos fascina descubrir toda esa sabiduría -y de repente descubres con una mirada nueva la causa de todo tu sufrimiento y que la paz y la felicidad estables existen y por qué no están donde las has estado buscando.

El mensaje es impecable (reconoces),
pero toda esa
http://tsemtulku.com/v5/images/stories/buddhas/heruka-1.jpgparafernalia
de budas
y ofrendas
y oraciones...

Todo eso
es propio de
otra cultura.
En occidente
no funciona,
por qué nos quieren hacer
comulgar
con eso?








Al centro se va a pillar ideas, y ya -me dijo una vez un amigo.

Y sin embargo, a veces coges ideas interesantes y te vas. Y nada cambia.
Sabes más cosas, tu erudicción es mayor, tu cultura más amplia,
pero todo eso le impacta muy superficialmente a tu vida, a la experiencia de tu vida.
Y todo sigue prácticamente igual.
Tu incapacidad para amar de una forma incondicional, ecuánime y estable.
Tu incapacidad para el contentamiento y la gratitud 
en cualquier circunstancia.
Tu aferramiento a las cosas que te pasan; tu rendición a la hipnosis sufriente.

Y dices que no funciona.
Que el budismo tampoco funciona.

Y sin embargo sí.
Kunsang dice: si sufres es que no estás practicamedo el dharma.


Si sufres, es que no estás practicando el dharma.

Porque pillar ideas no basta.
En la meditación formal, para eso sirve la fase analítica,
para investigar por medio de pensamientos conceptuales, racionales. Pero luego hay que soltar y dejar que lleguen a tu corazón, a tu estómago, a tus intestinos, a la sangre en tus venas. Y es la meditación de emplazamiento.
Hay que dejar que la experiencia se funda con tu mente.
Que se produzcan los cambios.
Le llaman bendiciones (del sánscrito: transformación).
Al principio, como experiencias temporales, pasajeras (en meditación formal), pero regresando a ellas una y otra vez, con el hábito, con la familiaridad, acaban convirtiéndose en "realizaciones". Y ya son tendencias automáticas, integradas (de paciencia, amor que nos iguala, dejar de responsabilizar a los demás de las propias experiencias, etc.), que producen cambios positivos estables en nuestra vida.

Y sin embargo, a menudo, cogemos ideas reveladoras,
coleccionamos ideas reveladoras y dejamos lo demás, la parafernalia propia de otras tradiciones.
Ni entramos en ellas, ni las olemos.
Y nada cambia.


¿Esto no funciona en mi cultura?

En una reunión internacional de científic@s, filósof@s y religios@s de todo el mundo, un psicólogo occidental, especializado en tratar a personas que arrastran traumas profundos por experiencias de torturas, se preguntaba cómo todos esos monjes y monjas del Tíbet que habían sobrevivido a años de torturas sofisticadas bajo la ocupación china, ahora podían vivir vidas normales y apacibles, en su trabajo, con su familia (o nuevas familias), en entornos nuevos. Y sin embargo, en occidente damos por hecho que esos traumas marcarán el resto de nuestra vida, en nuestras relaciones, pesadillas, enfermedades físicas y mentales, etc.

Algo hay en la otra cultura que hace que los efectos de la misma situación dramática sean diferentes.
Mientras que aquí un trauma me condena al sufrimiento, impactando en el resto de mi vida, allí queda en el pasado y puedo seguir adelante libremente.
Lo que me hace pensar que algo hay allí que funciona.
Y no son meras ideas.


Qué aportan los rituales?

Y si yo acojo las ideas budistas
y rechazo los rituales
(que son propios de otra cultura)
y esto funciona a medias
o no funciona
tanto como les funciona a aquellas personas que se abren a los rituales,
es que quizás ahí está la clave
y yo debería abrirme,
al menos probar
de qué va eso de los rituales;
cómo funcionan,
si funcionan,
las oraciones (pedir con confianza
y desde la humildad),
las ofrendas (la gratitud)
y hasta el yoga del guru
-dejar que entre en nuestro corazón
y se funda con él,
dejar que emerja el ser sagrado que estamos destinados a ser,
que ya somos,
dejar de ahogarle,
dejarle existir...

Si hay algo que funciona en otras tradiciones,
por qué no probarlo
y a ver qué pasa.

Al fin y al cabo todos somos seres humanos
compartiendo la misma experiencia humana,
la misma
mente humana.

http://astrologiaviva.com/wp-content/uploads/cuadratura-0013.jpg


























6 comentarios:

  1. Esoty de acuerdo con lo que escribes. El dharma, a pesar de decir siempre lo mismo, es totalmente novedoso, innovador, pero es necesario que cale en nuestra mente a través de la meditación; y, así, de esa manera comprobaremos que se va integrando en todas nuestras acciones, en toda nuestra vida diaria, cotidiana, en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. La visión de la vida, de las cosas, de las emociones, cambia por completo; y no es difícil, al principio sí lo parece porque hemos de cambiar totalmente el chip, pero con el paso del tiempo te vas dando cuenta de que cada vez es más fácil porque el cambio que se experimenta es totalmente positivo.

    Los rituales y oraciones al principio me costaban, y también me chirriaban demasiado (quizá por los posos de mi enseñanza religiosa del pasado), pero la flexibilidad mental que fui adquiriendo con el dharma ha hecho que a través de esas oraciones y rituales consiga ser humilde, tener gratitud y un gran amor en mi interior.

    Un saludo

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  2. Eres la perfecta ilustración para lo que se intenta transmitir en el post.
    Gracias por compartir.

    Un abrazo.

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  3. Soy otro anónimo ¡Cómo me alegro de haberte leído!. Era exactamente lo que tenía que leer. Gracias Marié.

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  4. Y gracias a ti por hacérmelo saber.
    Espero que te sea útil.

    abrazo.

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  5. El amor verdadero echa fuera el temor, creo que si uno no se sumerge es por temor.
    Ha sido una sorpresa maravillosa encontrar tu blog

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  6. Completamente de acuerdo. El amor y el miedo son como el agua y el aceite: no pueden mezclarse. El miedo no deja amar. Y el amor destierra todos los miedos.
    Muchas gracias por compartir.

    abrazo.

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