domingo, 1 de abril de 2012

Yo, es que no tengo imaginación.

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En la meditación
en el cuerpo de luz,
a veces imaginamos primero
cómo todas las distracciones, pensamientos, sensaciones,
se convierten en humo negro y salen con la respiración. Visualizamos el humo negro que se aleja en el espacio
hasta disolverse en la distancia
y desaparecer, para no volver.

En la conferencia sobre la ansiedad del pasado viernes, abríamos con esta meditación.

Imagino que mi ansiedad se convierte en humo negro, intangible, sin consistencia real, y me desprendo de ella a través de la respiración, en la exhalación.
La ansiedad, el estrés, el miedo, las preocupaciones, la incomodidad física y mental,
se convierten en humo negro y me libero de todo ello con el aire que sale por mis fosas nasales,
y lo visualizo,
salir de mí, alejarse en el espacio hasta disolverse en la distancia y desaparecer.
Para no volver.

Luego, liberad@s de las negatividades y con espacio para ocupar con algo diferente,
inspiramos la energía positiva que nos envuelve, en forma de luz,
y el cuerpo y la mente acaban convirtiéndose en un cuerpo y
una mente de luz
fresca, sanadora, lúcida, pura.

Al acabar la meditación, a veces alguien comenta la dificultad de imaginar el humo negro
o la luz sanadora.
Yo, es que no tengo imaginación -dicen.


Tu ansiedad
también ha sido
imaginada.



Pero todo el mundo tiene imaginación.
Todo el mundo imagina
sin parar.
Esa ansiedad que tanto sufres ha sido imaginada.
Tus miedos
han sido imaginados,
¿o no?
Tus preocupaciones,
incluso tu dolor físico.

Donde pones la imaginación, fortaleces.
Lo que imaginas, desde el momento en que lo imaginas, ya está ahí,
lo has creado.
Y si te aferras a ello y sigues
"imaginándolo",
más y más real, fuerte y estable
parece.

Todo el mundo imagina.

Por mucho que nos hayan dicho que el cuerpo (sí, tu propio cuerpo humano, el mío también)
está constituido en sus dos terceras partes de agua,
yo me resisto a ver agua y sigo imaginando un cuerpo sólido.
Aun si luego
(las interpretaciones científicas siempre son así, cambiantes)
me demuestran que no,
que sólo son partículas (materia) en vibración en el espacio;
en realidad, ondas (energía) en vibración en el espacio;
en realidad
a veces materia (partículas) y a veces energía (ondas), según cómo se mire,
pero siempre en vibración
en el espacio;
siempre
esencialmente espacio.
Por mucho que me demuestren que mi cuerpo es espacio,
yo sigo imaginando un cuerpo sólido
que duele
y a veces funciona mal
y un día dejará de funcionar.

Mi imaginación creadora que siempre
determina
mi experiencia.



Construir, deconstruir.


Todo el mundo tiene imaginación;
tú también.
Y yo.

La cuestión es qué imaginas. Qué creas.
Qué construyes.

La buena noticia es que lo que construyes, lo puedes deconstruir.

Si te has acostumbrado a imaginar pensamientos creadores de ansiedad,
si construyes estados de ansiedad,
miedo,
preocupación,
estrés,
celos,
insatisfacción,
amargura,
depresión,
luego puedes deconstruirlos.
Y crear otra cosa.

De la misma manera que imaginas y construyes la ansiedad, el miedo, el dolor, el cuerpo
sólido
y separado,
puedes imaginar
y construir
la paz, la confianza,
el gozo,
la transcendencia,
la experiencia de unidad.


La fuerza del hábito.


El problema
(o la aliada, según como lo mires)
es la fuerza del hábito.

Lo que te acostumbras
a imaginar,
se instala
y continúa fortaleciéndose día y noche,
aun cuando parece que no piensas en ello,
que no lo alimentas, que no avivas
ese fuego.
Si creas el miedo, o la ansiedad, ya no deja nunca de estar ahí, aun cuando estás distraíd@
o durmiendo,
haciéndose más y más grande.
Y acaba convirtiéndose en parte de ti, como una segunda piel.


Y de repente caes en la cuenta de que llevas varios días, quizás semanas, con el pulso acelerado,
corriendo, como si llegaras tarde
a algún sitio,
como si los plazos se cumplieran.
Y quizás es domingo por la mañana y la agenda está vacía
y te sorprendes corriendo, con el pulso acelerado.
A dónde crees que vas?

Y entonces comprendes
que hay que aminorar la marcha,
parar
y cambiar de trayecto
para empezar a caminar hacia la apacible
y serena
calma
interior.

Y para eso, hay que empezar a imaginar otra cosa.


Tú decides
cómo usas
tu imaginación.





















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11 comentarios:

  1. ¿Es posible encontrar alguna meditación guiada o similar sobre "la meditación en el cuerpo de luz"? ¿Qué meditación recomendaría para alguien que está empezando?
    Muchas gracias, su blog es tremendamente util

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  2. Sí, que yo conozca, hay dos cds con tres meditaciones en cada uno de ellos.
    Uno es "Meditación para la relajación". El otro es "Mente clara". Los dos están publicados por la editorial Tharpa.
    www.tharpa.com

    Un abrazo y no dejes de "imaginar" con sabiduría.

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  3. muchisimas gracias! solo queda practicar...
    muchas gracias tb por el blog

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  4. De nada. Es un placer ser útil.

    Abrazo.

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  5. Hola Marié, hace mucho que no te escribo. Hoy te leí y no puedo menos que decirte que uno llega acá y se va pensando... o se queda pensando... Pues yo espero quedarme imaginando con sabiduría y con gozo y con paz.

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  6. No se fue mi nombre: Marcela, desde Guayaquil, Ecuador. Tenemos una cita pendiente en Barcelona. Espero llegue el día.

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  7. Sí, Marcela, yo también lo espero.
    ¿Todo bien por allá?
    ¿Sin novedades para volver a Canarias o por Barcelona...?

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  8. Pues Maríe había dejado abandonado los planes de España. Ahora estoy tratando de retomarlos, sumando y restando tiempo y dinero para ver como llego y me puedo quedar. En todo caso, ya estoy de nuevo en planes y ya con programación para que no se queden solo en planes. Esperemos...

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  9. Buena suerte.
    Y recuerda que en cualquier sitio se puede practicar y crecer.

    un abrazo fuerte.

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  10. la meditacion es el camino hacia una libertad tan real como tu percepcion sea capaz
    soy smash_shit de hotmail,

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  11. Exacto.
    Pero esa percepción podemos hacerla crecer. Como cualquier otro músculo. Y así, la libertad se hace más y más grande.
    Y el gozo, según dicen.

    abrazo.

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