martes, 11 de octubre de 2011

La solución es transversal.


(Otra de
Repasos)





















Nos pasamos
la vida
resolviendo problemas
-o no resolviéndolos, o resolviéndolos a medias.
Da igual, detrás de uno aparece otro.

A los problemas externos resulta fácil seguirles la pista y constatar qué tal lo hicimos;
aplicamos un método u otro y decidimos si nos sirve para la próxima vez y qué aprendimos.
Pero los problemas internos son más difíciles de rastrear.
Cuando me enfadé (y empeoré las cosas); cuando sentí celos o envidia;
cuando la frustración y la impaciencia; la culpa en el duelo;
el peso del pasado que ya nunca se podrá recomponer;
la incertidumbre del futuro...
También ante los problemas internos aplicamos métodos.
A veces funcionan
y a veces no.
A veces los afrontamos con valentía y a veces miramos hacia otro lado,
nos embotamos de trabajo, llenamos el tiempo libre con distracciones
que nos protejan
del dolor.
Y parece que funciona.

Utilizamos todos los métodos disponibles y más
y cuando ya no hay
nos los inventamos.

Y sin embargo, hay unos pocos métodos, muy pocos,
que van al corazón del problema
y sorprende que, cuando los aplicas, no sólo te resuelven este problema concreto
sino que los resuelven casi todos
porque su efecto es transversal.

Uno de ellos consiste en identificar
y reducir
la estimación propia (el egocentrismo que me tiraniza a mí
y a todo lo que se ponga a mi alcance).

El otro es la práctica de la vacuidad,
cuando observas la vida como las ilusiones de un mago.
Si llegas al espectáculo una vez iniciada la función
descubres que la hipnosis colectiva no es más que eso:
una hipnosis
colectiva.

Reduzco mi estimación propia (la exagerada importancia
personal)
y observo cómo se reduce el dolor del orgullo herido
y al mismo tiempo se reducen todos y cada uno del resto
de los problemas
de mi vida.

Aplico la vacuidad ante la herida del abandono
o el duelo,
la crítica, el amor no correspondido, la enfermedad incurable,
y contemplo cómo todos los dramas y dolores
se vacían
de contenido.



Porque
las auténticas
soluciones
son siempre
transversales.












1 comentario:

  1. Gracias, una vez mas, por aportar luz a mi momento presente.
    Cuando venga a Barcelona, ya se donde encontrarte...a mi también me gustaba ese bar.

    Un abrazo enorme

    Sonia

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