martes, 16 de junio de 2009

Vivir para crecer. Crecer para ser más felices.

Rabjor dice:

El sufrimiento te avisa de que hay perturbaciones mentales que no has pillado.
Cada vez que sufres por algo, hay un apego detrás (a una persona o situación, a estar bien, a que ocurra lo que deseas), una aversión (todo lo que no quieres en tu vida) o indiferencia
(el aburrimiento del sinsentido, quizás).

¿Sufres? Míralo de esta manera: la vida te presenta la perfecta oportunidad para detectar lo que hay en tu mente.
Transforma esta experiencia en algo que te mejore.
En el momento en que consigas sentirte bien ante una dificultad,
te habrás convertido en un héroe o una heroína.
(La verdadera heroicidad no consiste en matar o destruir seres o situaciones que de todas formas van a morir
sino en destruir los engaños de tu mente, que nunca morirían de manera natural; por el contrario, cada vez se afianzan más y se hacen más grandes, si los dejas.)




Y, así, dejarán de darte miedo los problemas y empezarás a acogerlos con alegría, como oportunidades de crecimiento.

3 comentarios:

  1. Me gusta mucho contemplar esta foto.

    Cuando veo esta manita agarrada a esta mano grande
    pienso en el refugio.

    La sabiduría protectora
    del dharma,
    el buda que llegarás a ser
    -porque ya está dentro de ti-,
    la mano animosa de la sangha que aparece cuando necesitas una mano.

    Tres joyas en una.

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  2. El sufrimiento te avisa de que hay perturbaciones mentales que no has pillado.

    Da que pensar...

    Cada vez que sufres, hay un apego detrás

    ¿Acaso puede ser de otra manera?
    ¿Se puede vivir sin apegos, sin preferencias, sin deseos?

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  3. Hemos aprendido a creer que no se puede vivir sin deseos, sin ambiciones; que ello implicaría estancamiento, dejar de crecer.
    Así que la ambición está bien, hay que protegerla.

    Es una manera de verlo.

    L@s budistas también tienen deseos. Pero ninguno es incoherente o inconsecuente con el primer deseo de todos: la iluminación.
    L@s budistas desean, aspiran y trabajan por la bodichita, la mente de la iluminación que aspira a superar todas las propias limitaciones y perturbaciones para poder ayudar mejor a todos los seres.
    Es un deseo gigante, un potente deseo como un faro que dirige todos los pasos, los deseos más pequeños y concretos.

    ¿Desear? Claro.

    Lo importante es saber detectar si lo que deseas son cadenas y adicciones; si te hará más libre y feliz o,por el contrario, más esclav@.

    La prueba del algodón está en contemplar si lo que deseas, una vez conseguido, te crea más insatisfacción, nuevos deseos que a su vez causarán más insatisfacción.
    En ese caso, probablemente sea un camino de deseos equivocado.

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