martes, 16 de junio de 2009

Que tu mayor deseo sea la paz interior.


Todo es cuestión de que te lo creas o no.
A eso que te crees, le das poder; lo que no te acabas de creer de corazón, lo ignoras.
Si crees que la felicidad y el sufrimiento dependen de lo que te pase, de las personas que te rodean, a eso le darás poder.
Le darás el poder a lo que te pasa,
dependerás de las personas que te rodean.

Pero el budismo dice que la felicidad y el sufrimiento son estados mentales que están en tu interior
y lo que pasa fuera son sólo condiciones para hacer aflorar esto que tú ya tienes dentro.

Los problemas externos (del samsara), no vas a pararlos nunca
porque siempre seguirán apareciendo, uno detrás de otro.
Pero tus perturbaciones mentales (causas del sufrimiento) sí puedes reducirlas y eliminarlas.
Y desarrollar tu paz interior, causa última de tu felicidad.

El budismo dice: la causa de tu felicidad es tu paz interior;
la causa de tu sufrimiento, tus perturbaciones mentales (odio, apego, ignorancia).

Si de verdad te lo crees, siempre le darás prioridad a tu paz interior, por delante de cualquier anécdota que pase fuera.


Protege tu paz interior más que tus posesiones materiales.

Lochani dice:

Cada vez que algo empieza a alterarme (una crítica, una decepción, las cosas no son como deseo, etc.) pienso:
¿Qué me importa más, esto o mi paz mental?
Y mi malestar se reduce
automáticamente.
Porque cualquier cosa que no me guste (lo que piensen de mí, el inconveniente de perder un trabajo y tener que buscar otro, etc.)
no es tan importante como mi paz mental, mi alegría interior.

Así que vuelve a tu paz interior
(protégela
más que a cualquier posesión material o situación externa;
mima tu paz mental, vuelve a ella)
y haz lo que tengas que hacer
desde tu alegría
imperturbable.

13 comentarios:

  1. Que bonita!, que profunda!! y que práctica!!! esta última reflexión:

    Así que vuelve a tu paz interior
    (protégela
    más que a cualquier posesión material o situación externa;
    mima tu paz mental, vuelve a ella)
    y haz lo que tengas que hacer
    desde tu alegría
    imperturbable.

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  3. Mmmmm....¡Qué bien suena! Pero, de repente, llega el enfado, la frustación, la rabia. Y notas que el corazón se acelera, la temperatura sube, la garganta se cierra. Entonces, dejas de ver lo que queda fuera de ti. Te quedas aprisionada detrás de un muro hasta que todo se calma y te das cuenta de que la puerta para salir siempre había estado ahí.

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  4. Gracias Kaplan.

    Cuento contigo y tu experiencia también para responder a los comentarios,
    a las dudas,
    a la búsqueda entusiasmada
    que hay en la luna nueva.

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  5. Es casi un Haiku Japonés:


    Vuelve a tu paz interior

    Desde tu alegría

    Imperturbable

    O este otro desde la genial reflexión final de aquiestoyyo:


    Detrás del muro

    Todo en calma

    La puerta abierta

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  6. Ay, cuánto sabes, Emi.
    Eso que cuentas es pura meditación en acción.

    Ves que llega el nubarrón, la tormenta se cierne sobre ti
    y todo tu cuerpo lo siente
    y se estremece
    y tú lo observas todo
    (el nubarrón, la tormenta, ese cuerpo alterado),
    inmóvil
    y lo ves pasar.
    Y sigues tu camino por la puerta grande.

    Cómo me regocijo -que decimos por aquí...

    Ya me gustaría ser capaz de hacer eso siempre.
    O de vez en cuando.

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  7. Qué hábil, Kaplan.

    Ahora no lo había pillado,
    pero en otro momento, tiempo atrás, ya le comenté a Emi su talento con los haikus.

    Pero veo que tú no te quedas atrás.

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  8. Y si nunca hubo paz interior ¿donde regresas?

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  9. Pues habrá que empezar a construirla.
    Cómo?
    Para empezar, con la meditación de parar. Parar todos los pensamientos.
    Por qué parar?
    Porque si no hay paz es porque todos los pensamientos están perturbados y perturban.

    También el mero hecho de parar es difícil, al principio, pero se puede ir probando técnicas, como concentrarse en la respiración, en la mirada de un bebé, en una imagen apaciguadora...

    Parar.

    Y, más tarde, ir cambiando pensamientos perturbadores (generalmente egocéntricos) por otros más liberadores (funciona la apertura, tener en cuenta a los demás y estimarles).

    Como dice Rabjor:
    no tienes que creerme, pruébalo.
    Más antes que después, acaba funcionando.

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  10. Que tema tan interesante, Marié, como todo los tuyos y me viene muy bien porque me estoy leyendo un libro que, por cierto, me recomendó (y algo más) Emi: "Martes con mi viejo profesor", un testimonio sobre la vida, la amistad y el amor y, entre otras muchas frases porque el libro entero es toda una enseñanza, dice ..."Acepta el pasado como pasado, sin negarlo ni descartarlo; Aprende a perdonarte a ti mismo y a perdonar a los demás." Este libro es una enseñanza continua hoja tras hoja precisamente para encontrar o intentar encontrar la paz interior, os lo recomiendo a todos los que no lo hayais leido encarecidamente.

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  11. Disfruta de tu lectura, maripili. Es un gran libro.
    Una inspiración también para profes (no me extraña que te lo haya recomendado Emi) y entrenadores/"acompañadores" en la vida.

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  12. COMO DE SARROLLAR INTELIGENCA ESPIRITUAL
    EN LA CONDUCCION DIARIA


    Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

    Ejemplo:

    Ceder el paso a un peatón.

    Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

    Poner un intermitente.


    Cada vez que cedes el paso a un peatón

    o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


    Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


    Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


    Atentamente:
    Joaquin Gorreta 55 años

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  13. Muy bueno, Joaquín.

    Imagina si aplicamos este tipo de inteligencia espiritual a todo tipo de conducciones cotidianas, en cada paso como nos conducimos por la vida. :)

    Gracias por compartir.

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