martes, 1 de octubre de 2013

Pásalo.





A veces toca un respiro.
Miras alrededor
y el mar está
en calma.
Y ella piensa:
Tengo que aprovechar para ser generosa,
cuidar y regalar a
la gente que me rodea.



A veces aparece una lluvia
de bendiciones
que te desborda
y tienes que regalarla
como el kéfir
-que se hace más y más abundante.
Como el agua que se pudre en el estancamiento.
Como una lluvia de flores que se marchitan al detener su curso
y sólo en el movimiento renacen, como el ave Fénix.

Cuando toca abundancia, sólo puedes hacer de canal para que siga su curso.
Si te la quedaras, acabarías aplastada bajo su peso.

El aikido le enseñó
que la energía que te llega sólo puedes dejarla pasar,
quitarte de en medio para no interceptarla.
Y acompañar su impulso si fuera preciso.

Y no existen oponentes,
sólo aliados.





































2 comentarios:

  1. :D :)

    Ayudo.

    Para que la paranoia? Para nada...

    Asalo, un asado, con agua, naranjas (se reciclan luego la cascara vuelve a la tierra), y un vaso de vino, amigos, amigas, eso hace sentir mejor.

    :)

    Siembra y cosecha, disfruta.

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  2. Siembra y cosecha, disfruta.
    Un buen título.
    Una buena definición.

    abrazo.

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