jueves, 9 de junio de 2011

El amor te cambia.

















El amor te cambia.
La compasión
te cambia.
La compasión no te hace sufrir
Decididamente es así. Créeme.

Al principio, a menudo nos parece que sentir el sufrimiento ajeno duele.
Bastante tengo con mi dolor para abrirme a la empatía de sentir el de los demás.
No voy a poder con tanto.
Que se lo queden ellos.

Recuerdo que Rabjor me decía: te equivocas, la compasión no duele.
Es el egoísmo lo que duele.
La compasión
(el fuerte deseo de liberar a otro ser que sufre)
no duele.

Y es así:
ese fuerte deseo, profundo, de ser útil, de liberarle de su dolor,
no te deja perder el tiempo sufriendo por tu dolor
(que no se cumpla tu deseo de que sea feliz).
Lo sientes con tanta fuerza, con tanta urgencia
que no admite otra opción.
Ves que le vas a ayudar,
que ya le estás ayudando.
Has cambiado.
Ahora sientes que empiezas
a tener ese poder.




Rabjor tenía razón:
la compasión
te cambia.

Y si sigues sufriendo
"por su sufrimiento"
es que no has cambiado.










Qué hacer entonces?
Seguir amando
más,
mucho más.

.

6 comentarios:

  1. mi vida languidecía en buenos propósitos hasta que me dí cuenta que todo estaba ahí.
    No me levanto de buena mañana y empiezo a amar a todos los seres sensibles, joder! a los cinco minutos la vorágine de inputs, la tensión, o la excesiva relajación me ha hecho huir de mi mismo, todo se acelera y empiezo a vivir con mis automatismos sociales, emocionales, hasta los gestos son repetidos sin ningún tipo de consciencia, toda una práctica de sufrimiento sin final.
    Es lo mismo que mi pequeño zazen, al momento me paro, mi postura es definitiva, hermosa, "soy el más chulo del dojo... ah!.. pero a los cinco minutos en cuanto mi mente se escapa, la postura se derrumba, y así empieza ese ir i volver a la conciencia de uno mismo.

    Justamente esa práctica de consciencia de uno mismo y del samsara es el lugar donde germina la compasión.

    Sho Gu

    ResponderEliminar
  2. y así empieza ese ir y volver a la conciencia de uno mismo.

    Qué inspirador, Sho Gu. Cuánta gente y cuánto nos reconocemos en esto que describes. En ese ir y venir de uno mismo y del samsara.
    Ir y venir... Aferrarse y soltar, y engancharse otra vez y volver a soltar...
    Dios, eso es toda una practica!
    Muy avanzada, diría yo.

    Llévanos de viaje de vez en cuando; sigue compartiendo.

    Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por esta cascada de sabiduria...que importante es poder tener este sueño "lucido"de la vigilia, y encontrar a cada instante su significado en nuestras mentes,el mensaje,el logro,la enseñanza...estar vigilantes de lo unico que es en el momento...darnos una oportunidad de vivir despiertos para en ese despertar encontrar lo unico que vale la pena...nuestra verdadera naturaleza ...el buda que existe en cada uno de nosotros....

    ResponderEliminar
  4. Gracias a ti, maraya, por compartir.
    Vamos en el mismo barco, el mismo viaje...

    ResponderEliminar
  5. Hola marié! llegué a tu blog por causalidad, me presento :) soy Liss psicóloga en fomración y practicante de Yoga, me interesa el budismo Zen y su filosofía, de verdad.. me complace leerte todas las noches por que voy despertando cada día un poco más, leer lo que escribes más los comentarios me hacen reflexionar (wow! lenguaje bocina! me..me.. me)

    Gracias por compartir con nosotros tus reflexiones, también quería preguntarte ¿te molesta si las comparto en mi página? un beso desde México D.F

    ResponderEliminar
  6. Encantada de que estés por aquí, Kymeritaz, y es un honor que compartas cualquier cosa de esta casa en la tuya.
    Te respondo con unos días de retraso porque he estado un par de semanas fuera, de retiro.

    Un abrazo y espero que sigamos en contacto.

    Me paso por tu casa ahora mismo.

    ResponderEliminar