Otra cosa que me tiene pillada últimamente, amigo mío, es
mi sensación de que todo está aquí.
¿Te acuerdas de lo que decíamos? El Caribe está aquí (en el mar transparente en el que me sumerjo en la Barceloneta); la India está aquí; "el mejor lugar del mundo es aquí mismo" -como reza en mi vaso lleno de bolígrafos y rotuladores junto al ordenador.
Pero es más (y aquí parecía que no estabamos tan de acuerdo tú y yo?):
el pasado rememorado está aquí, y el futuro. Lo que es posible o probable (todo). Todo está aquí. Acabo de bajar del terrado de tomar un helado (con mi ex y mi gato), después de las tapas en el Argentino recién descubierto. Y yo miraba la luna y veía que todo está aquí. Mi muerte está aquí, mi próxima vida. El tiempo no existe, amigo mío. Cuando me decías "nos hablamos en dos semanas", yo lo veía como una hipnosis, la alucinación de un puente en el tiempo (mientras aparentemente pasan otras cosas); de repente estamos comiendo juntos. Y es lo mismo, el mismo instante. Mi muerte está aquí, la niña, la anciana, tocarte o no; meditar con C. o no; reír con D. o no, mirarnos a los ojos y reír. Morir. Nacer. Soñar... Todo está aquí.
Confidencias epistolares que me hacen contemplar como en una meditación.
¿Secuencia o no?
Una carta puede ser una meditación. Leerla, escribirla.
Degustar el desayuno como el yoga de experimentar néctar,
como "absorta en la contemplación de los innumerables aspectos de los fenómenos",
como el Ser Bienaventurado en la montaña Banda de Buitres.
(Ver Sutra del corazón).
Los acontecimientos tienen lugar en tu vida en una secuencia aparente.
Como si todo siguiera un guión.
La niña, la adolescente, la madre, la buscadora, la alegría, el amor,
el corazón seco / la tierra estéril
y la mirada compasiva que lo contempla.
Al menos ahora hay una mirada para contemplar
con compasión
y paciencia
cuando aparece la tierra estéril en tu corazón.
Parece
que se sucedieran
los acontecimientos
externos
(como las estaciones, tras la primavera el verano,
el frío y el calor,
la unión y la separación,
la pareja que viene
y se va,
l@s hij@s que se hacen mayores,
los proyectos de trabajo,
tras el verano, de nuevo el otoño,
tras la juventud, la vejez
y la muerte...)
e internos
(el amor, la fiesta
y luego el desierto,
la alegría, el dolor...)
y sin embargo,
quizás,
todo está aquí.
Esta hipnosis,
como una alucinación;
tantas certezas,
tanto dolor
de rechazos
y apegos.
Esta convicción
de que el momento presente
existe
-inherentemente, por su propio lado.
Y quizás
no existe más
que cualquier otra proyección
de la mente
-pasada, futura, posible,
probable o improbable.
Ni la mente experimentada
(la experiencia de dolor o alegría)
ni la mente que experimenta
ni la mente
que proyecta.
Como una hipnosis
personal
o colectiva.
Mis anhelos y mis rechazos...
ResponderEliminarmis dualidades ey mis ilusiones
.....todo es ahora y es lo unico real.
Me gustó mucho tu texto.
Un abrazo .
Bienvenida Peregrina.
ResponderEliminarBonitos textos por tu casa.
Nos iremos tocando, por aquí o por allá.
Un abrazo.
Gracias, Marié.
ResponderEliminarTodo está aquí y nosotros queriendo huir continuamente a otro lugar, a otra circunstancia, con mil explicaciones y excusas … la belleza de un paisaje sin contaminar, el silencio de un bosque, ….. sí porque negarlo todo eso es bello y hay que gozarlo….. pero nada será objeto de gozo si no es con paz interior y aceptación o lo que es lo mismo sin una mente perturbada ¡me gusta esta expresión!
ResponderEliminarMuchas veces hacemos como aquel hombre del cuento sufí que marchó de su casa en busca de un tesoro y cuando regreso frustado por no hallarlo se dio cuenta que lo tenía debajo del árbol que estaba detrás de su casa (he intentado buscarlo para explicarlo más exactamente pero no lo he encontrado, porque es muy bello).
Todo está aquí…. Es muy sencillo, sin complicaciones, con la secuencia de los acontecimientos externos, (nacimiento,vida, muerte …..) e internos…. Todo aquí como una hipnosis o una alucinación …. En esta comprensión estamos querida mía.
Os deseo un gozoso inicio de verano
Cati
Espero que todo vaya bien por tu vida, Emi.
ResponderEliminarEn cualquier caso, ya sabes, todo está aquí.
A veces parece un desierto y de repente es un vergel.
Da igual, la misma alucinación.
En cualquier caso, a mí me seducen tanto, tanto
los desiertos...
Como si fuera el paisaje (el tiempo) para la no-acción, para la contemplación, para recuperar la mirada
limpia y lúcida.
A veces los vergeles nos distraen tanto...
En esta comprensión estamos, Cati, querida mía.
ResponderEliminarYo también te deseo un gozoso inicio de verano que, ya sabes,
está aquí.
Disfrútalo.
Da igual lo que aparezca
(esa alucinación).
disfrútalo.
Recuerdo, en mi adolescencia, una radiografía digestiva o algo así, un jarabe supuestamente asqueroso, y el doctor que me decía:
lo degustas como si estuvieras tomándote el vermut.
Recuerdo mi mirada de sorpresa: el vermut, un jarabe, qué más da. Toca lo que toca, para qué perdérselo.
Un parto, sin anestesia. Toca lo que toca.
Entrar en el mar congelado de invierno, sin prisa
pero sin pausa. Toca lo que toca,
para qué perdérselo.
El dolor, la alegría,
da igual.
Lo que toque.
La misma alucinación.
Y pasará.
Para dar paso a otra alucinación. La misma.
Porque todo está aquí,
en la misma medida, al menos,
que no está.
Una vez en una película cuyo nombre no recuerdo, se presentaba una disyuntiva a los protagonistas.
ResponderEliminarHabian descubierto un elemento que curaba el cancer, pero no sabian como reproducirlo, por lo que solo tenian una muestra para poder estudiarla.
En el poblado habia un niño afectado por la enfermedad, a punto de morir.
El cientifico, queria usarla para curar al niño, la ayudante le decía que valia la pena conservarla porque asi la podian estudiar y tal vez reproducirla y harian un gran bién a la humanidad.
Entonces él le dijo una frase que para mí fué como una ventana que se abre de golpe en una habitación oscura.
"La Humanidad es un niño que se muere en mitad de la jungla.
Sho Gu.
Ya te echaba de menos, Sho Gu.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar.. a veces yo también me echo de menos
ResponderEliminarjajajjaa...
ResponderEliminarLo mejor es cuando ya ni eso,
no, sho gu?
Toca lo que toca para que perderselo. Y pasará. Complejas frases que suenan a resignación, pero también pueden sonar a confianza extrema, a la intención de vivir la vida con intensidad y tratar de aprender en cada momento lo que se está viviendo. El otro día en unos comentarios a otro blog tuyo leía que la "resignación" puede ser bien vista cuando se aprende a fluir, a confiar que esto que estamos viviendo debe tener un sentido en nuestras vidas, y con ello adquiere otra dimensión, una dimensión de confianza, de desapego y de desarrollo. Ese aquí, ese ahora debe tener un sentido mayor, toque lo que toque. Igual pasará y es por la actitud de vivirlo que debe servirnos.
ResponderEliminarUn abrazo,
MF
"Toca lo que toca", podría interpretarse como resignación -dependiendo de la mirada de quien interprete.
ResponderEliminar"Para qué perdérselo" no, verdad?
Esto suena más bien a un acto de voluntad. A la decisión libre y consciente de vivirlo todo. De no perderse ningún tren.
Me gusta mucho tu definición de que suena a "confianza extrema".
Personalmente, MF, yo veo la resignación como un estado de derrota.
Desde mi perspectiva, la aceptación (toca lo que toca) es todo lo contrario a la derrota; es la victoria sobre depender de lo que pase para ser feliz, para disfrutar y seguir creciendo.
"Toca lo que toca" significa abrazar todas las apariencias (que su sentido tendrán, como tú dices), pero sin acabar de creérselas demasiado.
Vivimos en un estado de hipnosis.
Sólo comprendiendo esto de corazón podremos vivir la vida (y la muerte, todos los sueños que tengan que llegar) con alegría y libertad.
Penita pena que se me ha borrado una nueva entrada sobre la meditación en la muerte de ayer, en el PG. Tenía mucho que ver con esto que planteas.
(Sospecho la causa.
Definitivamente, todo tiene una causa y su sentido -tal y como yo lo veo).
Un abrazo, MF.
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