sábado, 3 de agosto de 2024

Feliz cumpleaños.

 


Le preguntó cómo es que últimamente no hacía viajes.
Dijo: Porque me he dado cuenta de que lo que más me gusta del viaje es cuando llego a algún lugar y me instalo, y tengo espacios de descanso y quietud para disfrutar, y establezco rutinas.
Y eso ya lo tengo aquí.

Dicen que el maestro Linji decía: "No necesitas ir al monte Wutai para encontrar a Manjusri".
Manjusri está aquí mismo.
¿Está aquí mismo? -se preguntó ella.
¿Lo veo? ¿Lo siento?
Decidió buscar la llave perdida donde se le había perdido,
no donde le resulta más cómodo, como en el cuento.
Aquí mismo.

Entonces la golondrina se puso a cantar, en el calor mudo de la mañana.
Este amanecer, aún en duermevela, ya incorporada en el futón contemplando el día que se despliega,
vio a una tórtola que había aterrizado en la verja negra, en el balcón.
La miraba a ella en el interior.
Mantuvieron la mirada un tiempo.
De repente, la tórtola alzó las alas y voló al interior de la habitación.
Realizó un vuelo de ida y vuelta y regresó a la verja de hierro negro en el balcón.
Allí se mantuvo de nuevo, mirándola, contemplándose mutuamente,
y luego repitió la hazaña.
Un rato después se fue.

Un perro llora.
En el verano, se suele escuchar a ratos el llanto de un perro que echa de menos a su familia.
Ella sabe que Manjusri también está en el llanto del perro,
el canto de la golondrina, la tórtola que se interna en su habitación.
Pero, lo ve?
Hoy toca sentir paz pero no el gozo profundo.
La mera contemplación distante.
Incluso su propia vida le parece ahora ligeramente vivida.
Recuerda uno de sus entrenamientos personales:
Atención al pensamiento autoexigente y hostil.
Es verdad que no se la cree, a esa voz, pero es una compañía demasiado presente.
Sólo desde el amor se trata a los fenómenos con amabilidad.

Hoy es el día, 93 años atrás, que su madre llegaba a este mundo.
Hoy es el día, 15 años atrás, que decidió irse.
Reaparecen las escenas como fotogramas.
Otro fotograma es el instante en que ella misma se va.
Y la vida continúa.
El dolor, la culpa, el resentimiento, el miedo, la amenaza.
Todo ello seguirá aquí, manifestándose en este sueño,
en los seres que ama.

El aire empieza a ser caliente.
Se subió a su caballo de hierro y atravesó el desierto árido y plomizo
hasta llegar al agua
donde convertirse 
en agua.




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