sábado, 6 de agosto de 2022

La plenitud.

 


¿Y si la plenitud fuera esto?

El aire cálido en la piel,
cargado de evocaciones de pasado (la libertad, el esplendor de la vida).
El aire cálido en la piel, presente,
a la sombra del terrado cuando aún contiene el refugio de sombra.
El abanico verde y suave de la montaña.
El coro de pájaros en la banda sonora del silencio.
El vuelo de la gaviota, la tórtola
sobre las cuerdas del tendedero, su canto pertinaz.
¿Y si la plenitud fuera esto?

Después de múltiples reencarnaciones en esta misma vida humana,
tan ocupada en resolver aventuras indescifrables,
llega a esta tierra de nadie.
La contemplación que reconoce algunas luces
y también sombras.
El centro aún parece lejos pero, sin prisa ni anhelos,
se hace a un lado del camino
simplemente para parar,
sin objetivo alguno.

¿Y si la plenitud fuera esto?
Esta parada en el tiempo.
Esta aparente parada en el tiempo aparente.

Soltar relatos ajenos y comparaciones,
preguntas, dudas y conflictos.
La parada.
El silencio. 
La contemplación.
Esa voz en la sombra que dice: la muerte.
La otra voz, de la mano, que dice: la vida.

Después de todo, no hay separación.

Ni siquiera hay nombre.




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