miércoles, 21 de enero de 2015

Do the right thing.






Presencia cuando toca sufrir? Presencia?
Ella se lo había preguntado muchas veces.
Hasta que un día se dio cuenta de que "presencia" no significa instalarse en mirar la herida, obsesionarse con la herida, meter el dedo en la herida.
Presencia no significa entregarse a las garras de la hipnosis, dejarse engullir por ella.


La presencia (a fuerza de presencia) transciende el dolor de la herida y reconoce el sueño.
La presencia te libera del secuestro emocional producido por la hipnosis (kármica).
La presencia, cuando toca sufrir, no es regodearse en el dolor como una situación sin salida
(como la aceptación no es resignación, porque la resignación no acepta sino que se resiente, se frustra, se reafirma en su opinión de "esto no debería ser así" y en su sentimiento de injusticia).
La presencia primero se entrega
y luego se da cuenta de que no hay nada a lo que entregarse.
Y entonces sí, sorprendentemente,
puedes meter el dedo en la herida y dejarte engullir por el monstruo (la situación),
y, como en un sueño lúcido,
la experiencia de dolor se ha transformado y por eso precisa otro nombre.
Y la experiencia de sufrimiento se disolvió
y dejó paso a otra que también requiere otro nombre.




Lo cual no significa que no hay nada que hacer.
Si aún estás en este mundo, en esta experiencia humana, va a ser difícil parar el curso del río kármico, al menos el de las apariencias.
Si aún estás en esta experiencia humana, con toda probabilidad, vas a seguir en movimiento.
Y "haz lo que debas" (el acertado título de aquella película de Spike Lee) es un buen lema.







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