lunes, 12 de agosto de 2013

El manual de instrucciones.








Cuando compras una lavadora, suele venir con un manual de instrucciones.
Lo mismo si adquieres una nevera o una panificadora doméstica; hasta una batidora o un molinillo de café.
Pero cuando llegamos a esta vida, no lo tenemos tan fácil.
El manual de uso de la vida lo tenemos que ir descubriendo personalmente, individualmente.


Ocurre, a veces, que, por muchos años que pasen, da la impresión de que sigues sin saber cómo funciona esto.
A veces, tiendes a mostrarlo abiertamente
y le vas haciendo la crónica a quien lo quiera oír (es el modo queja).
Otras veces no; callas, pero lo sabes por las señales.
Qué señales? Por ejemplo, en el padecer constante; en la tendencia a repetir pautas en la vida, de sufrimiento personal y hacer sufrir a los demás; en las tendencias obsesivas, de victimismo, culpa, insatisfacción...






Sabes que vas comprendiendo el manual de uso de esta máquina (esta vida humana) por la ligereza,
la desdramatización, la capacidad de amar y de empatía, la comprensión -de los demás y de una misma. Por la reducción del sufrimiento y la abundancia de situaciones de disfrute. Por el crecimiento del sentido del humor. Por la ecuanimidad.
Por la mirada apacible (y hasta divertida) ante las situaciones adversas
o favorables.


En definitiva, por la capacidad de disfrute
y de soltar apegos y obsesiones.


Desengáñate. ya lo decía el poeta:
Si tú no tienes felicidad, de sabi@ no tienes ná.




6 comentarios:

  1. Creo que fue en el libro que mencionas en un post, el de Jack Kornfield, que leí sobre aquel sabio y su perro que se había sentado sobre un clavo y a pesar de aullar y dolerle, no se movía. El sabio concluyó que todavía no le dolía lo suficiente.
    Personalmente, en el pasado necesitaba de situaciones de extremo dolor para cambiar. En un test psicológico que me hicieron cuando estaba en una depresión me dijeron que tenía una alta tolerancia a la infelicidad.
    Por eso, en estos días, me alegro cuando veo a alguien acercándose al abismo. Y también empiezo a creer que, al igual que no tenemos manual de instrucciones para la vida, tampoco sabemos la "hoja de ruta" del alma de una persona. Y que el alma sabe cuando hacer que el clavo duela de una manera tan insoportable que no nos quede mas remedio que cambiar. Confiar en la vida y sus renglones torcidos me da la felicidad.
    Gracias por acompañarme en mi desayuno.


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  2. Precioso, Sonia.
    Gracias por compartir.

    Confiar en la vida y sus renglones torcidos.
    La confianza (esa entrega) es el fundamento de una vida apacible. Sin confianza no hay paz.

    Y nunca sabemos la hoja de ruta del alma de una persona.
    Ni tiene importancia alguna lo que sepamos o dejemos de saber sobre eso, verdad?
    (Excepto en lo que nos reflejan de nosotr@s mism@s)

    Pero sí podemos saber algo de nuestra hoja de ruta -por las "señales". :)

    Un abrazo y muchísimas gracias por compartir esta preciosa reflexión.

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  3. A propósito, Sonia, me acaba de llegar un enlace de José María Toro que (no sé si tiene mucho que ver con el tema que estamos tratando pero...) pero me ha dado la impresión de que de alguna manera sí...

    http://jmtoroa.blogspot.com.es/2013/08/quien-una-cancion-para-la-conciencia.html





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  4. Muchas gracias, la escuchare con calma en algun "retiro" que me regale hoy.

    Como venga un dia a Barcelona, te rapto ( con tu permiso, of course) al menos 5 minutos para un abrazo-risa.

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  5. Quién raptará a quién?... :)

    Me encantará compartir un ágape contigo.
    Pero eso nos llevará más de 5 minutos. :)

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