sábado, 24 de agosto de 2013

Coletazos del viejo yo.













Era Charlotte Joko Beck
(La vida tal como es. Enseñanzas Zen. Gaia Ediciones)
de quien leía el otro día que el crecimiento personal no sirve.
No es que no sea suficiente, es que no sirve.
El crecimiento personal te ayuda a mejorar "el modelo actual", venía a decir.
En lugar de eso, Joko aboga por la "transformación", transformas el viejo yo en otro.
Lo sueltas, lo pierdes (el viejo yo), para convertirte en otro.
En la pérdida, el duelo dolerá.
Por esa manía que tenemos de sufrir las pérdidas, aun cuando signifiquen una liberación y una puerta abierta a algo mejor.
Pero da igual que duela. Ya pasará.
Y tu vida, tu yo, serán experiencias nuevas.
Que también pasarán.











Hablaban de todo esto en la terraza de un bar. Era una zona peatonal de moda en Barcelona. Nadíe habría adivinado que se trataba de una reunión de viej@s amig@s de la sangha, para compartir, investigar, practicar y caminar el único camino que les importaba -si camino hubiera.



Pero tu nuevo yo sólo será uno más -dijo ella.
El viejo yo aún se mantendrá ahí por un tiempo.
El viejo yo y los otros viejos yos, ahí se mantendrán por un tiempo, como un animalito agonizando, a veces parece que ya se fue, pero reaparece de vez en cuando dando coletazos.




A veces les llamamos "perturbaciones mentales" e insistimos en odiarlas, machacarlas, aniquilarlas con la espada de la sabiduría.
Por ejemplo?, le preguntó él.
Como cuando aparece en mi vida una tendencia egocéntrica, de celos o enfado, frustración o rabieta porque no se cumplen mis deseos.
A veces aparecen y sólo puedo contemplarlas con compasión, con el mismo amor que siento por los demás personajes que aparecen en mi vida. Los que denomino "tú" y los que designo "yo".
Así que contemplo al yo herido como contemplo al yo compasivo y paciente, con el mismo amor.
Contemplo la actuación del yo celoso, cuando aparece, con compasión; le veo aparecer, debilitarse y disolverse.
Tengo que decirte que, con la práctica de la contemplación, cada vez actúa menos; aparece y causa esos estragos emocionales, pero actúa menos y menos, cada vez.
Y duele menos y menos, cada vez.
Son los últimos coletazos de los yos que están desapareciendo de escena, porque ya no tienen una función que cumplir.

¿Así que no hay que odiar a nadie, ni a nada, ni siquiera a las perturbaciones mentales, los peligrosos engaños?

Ama y haz lo que quieras -dijo ella.
No lo digo yo, lo dijo San Agustín.

Y Consuelo Martín dice: cuando amas, se acabó el odio.
No puedes amar a una persona y odiar a la otra.
Deleitarte en esta situación y ofuscarte con otra.
Cuando amas, el amor lo impregna todo, lo abraza todo.
Lo "comprende" todo.

Cuando algunos de tus viejos yos reaparezcan (esa tendencia, esas impresiones
que vienen de antiguo), contémplalos con la misma ecuanimidad con que contemplas
a los yos más ligeros y amables,
con más compasión si cabe.

Les verás debilitarse, disolverse y desaparecer.

Sólo es una hipnosis más,
un fotograma
de la vieja película.





10 comentarios:

  1. Pues no me habia planteado nunca que pudieran llegar a desaparecer, es mas, alguno de ellos, bajo observacion, y reciclado, puede ser muy util..ja,,ja

    Me has hecho pensar!

    Besos forts!

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  2. Voy leyendo tu blog como un niño pequeño que avanza poco a poco por las habitaciones de un enorme palacio, encontrando tesoros a cada paso. Sin duda avanzaré hasta terminar todas las entradas de este bello lugar. Gracias inmensas por tanta hermosa y útil, sobre todo útil sabiduría. Bendiciones.

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    1. Gracias, Carlos, por hacer más fuerte esta casa, con tu participación.
      un abrazo.

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  3. Tengo un amigo que sufría mucho con lo que él denominaba sus "perturbaciones mentales". En especial con ciertas PM -aunque no puede decirse que le hiciera un gran daño a nadie, precisamente, y a menudo podía ser de gran ayuda, aunque él considerara que se metía en los infiernos.
    El hecho es que sufría mucho, se sentía muy culpable. Y víctima de sí mismo, a la vez.
    En las etapas de "crisis" se le veía profundamente amargado.

    Hicieran lo que hicieran, a las demás personas las miraba con amor y compasión, con empatía, con una profunda comprensión.
    Excepto a sí mismo.

    Hasta que un día alguien le habló de la multiplicidad de yos que hay en el yo.
    Por qué tratas tan mal a ciertos yos, como un padre que discrimina a sus hijos por "mala conducta"; que no les acepta, como niños maltratados?
    Por qué les odias tanto, por qué les desprecias tanto?
    Por qué no puedes tratarles como tratas al resto del mundo, con amor y compasión?

    Esa nueva visión le hizo sentirse más aligerado y liberado de culpa.
    Empezar a contemplar a los "chicos malos" con amor y compasión, como niños heridos que tenían algo que decir, permitió que los niños malos hablaran, que le dijeran cosas y que dejaran de actuar.

    A veces me cuenta que ahí están otra vez (es lo que él llama la "crisis"). ¿Y salen a hacer de las suyas?, le pregunto. No, hace tiempo que ya no hacen nada, sólo hacen ruido, les siento ahí, eso es todo. Creo que por la vieja inercia, o el karma, a veces aún aparecen, pero ya no convencen a nadie, ni tienen fuerza para actuar.

    Yo creo que no hay enemigo ni PM que pueda enfrentarse al amor.
    El amor siempre puede más.
    La compasión siempre acaba derrotando al más peligroso de los "espíritus malignos"
    -tal como nos relatan tantas historias budistas.


    Bajo observación, y reciclado, alguna tendencia destructiva puede ser muy útil, Sonia? Quizás. Pero si es útil, quizás ya ha pasado a ser otra cosa. Se ha transfromado.

    Lo importante para mí es que el odio (ni siquiera a las PM) no nos amargue la vida.
    Y que el odio es incompatible con el amor; como el aceite y el agua, se repelen, donde hay uno no hay cabida para el otro.
    Y que sólo el amor apacigua a todas las fieras, incluidas las tendencias más "aberrantes" que creamos tener.

    Con amor no le puedes hacer daño a nadie, ni siquiera a ti mism@.
    Donde hay amor no hay cabida para las PM.

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  4. Pues seguramente se habra transformado, esa en particular no era de las muy destructivas.
    :)
    Es un tema potente por la honestidad que nos exige y la presencia..

    Gracias por compartir la experiencia de tu amigo!

    Muack!

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  5. Sí, Sonia, yo tampoco creo que fuera tan destructiva.
    Incluso hay bodisatvas, o Budas (según nos cuentan) que piden renacer en los infiernos para ayudar a los demás.
    En este mundo hay gente que entra en los submundos (muy mal visto socialmente) con la función de ayudar/acompañar a los demás. Y ni se dan cuenta. El sentimiento de culpa ni les deja verlo.

    Sólo es posible verlo cuando empiezas a dejar de odiar (te).

    Pero eso exige, como dices, honestidad y presencia. Y mucho más.

    beso.



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  6. Consuelo Martín no necesita Publi si cuenta contigo:)

    Jesús.

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  7. :D

    Me da la nariz que Consuelo Martín no me necesita a mí ni a nadie.
    Pero quizás a muchas personas sí nos haría bien escucharla de vez en cuando.

    abrazo fuerte, Jesús.

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  8. Es un post muy util ya que es totalmente cierto que cuando el viejo "yo" en camino de aniquilarse (pero que no lo está del todo) esta dando coletazos, eso resulta muy perturbador, y es que al estar más despierto tambien somos mas conscientes y por consiguiente más consciente de nuestros pensamientos, nuestras reacciones, nuestras actitudes negativas y si nos entra negatividad , cuando hemos hecho ya un recorrido hacia la luz, nos hacemos esta pregunta: ¿pero quien soy yo en realidad, soy luz o oscuridad, hacia donde voy exactamente?... pero supongo que esto es parte del proceso y gracias por recordar que la contemplacion de nuestros estados anula el estado en si, siendo testigos procuramos no identificarnos con la dicha sensacion.

    Ser un estudiante de la Vida no es un recorrido facil, cuanto más avanzemos más retos se nos presentan y cada vez debemos tener cuidado en no perder de vista nuestra luz interna, y el verdadero reto es poder mantenerla tanto en un oceano tranquilo como en un mar tormentoso...

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  9. Gracias por compartir aquí tus reflexiones y tu experiencia, Cecile.

    abrazo.

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