(Otra de repasos)
Los ritos son tan valiosos, si aprovechamos la oportunidad.
Como todo, ya sé;
en el sueño
(ya sea onírico o de la vigilia) cualquier aparición, por pequeña que sea, cualquier circunstancia
tiene su oportunidad y su significado.
Pero los ritos de paso aparecen para recordártelo
porque es fácil olvidar en la inmersión, cuando la proyección en la pantalla te arrastra y te hace sentir parte del espectáculo.
Por suerte, periódicamente, aparece fin de año, como una convencional parada en el camino
-haz balance, ajusta cuentas, revisa acciones y prioridades,
continúa en esta dirección o corrige y reconduce el camino.
Y aparecen los propósitos de año nuevo, como aliados, a veces fuertes, a veces débiles,
a veces ya nacen muriendo.
Objetivos cumplidos.
Y qué?...
Generalmente, los propósitos de año nuevo tienen que ver con objetivos personales.
Lo que quiero conseguir en esta nueva etapa de mi vida, cuál será el próximo paso, hacia dónde voy.
A veces, miras atrás y te felicitas:
hecho,
objetivos cumplidos.
Ten cuidado con lo que deseas porque puede cumplirse.
Es entonces el momento de contemplar qué le han aportado a nuestra vida y a la de los demás (a la vida)
toda la energía, tiempo, dinero, esfuerzo, lucha, emociones
que hemos invertido en realizar nuestros deseos,
demostrando, una vez más, que somos capaces,
que podemos conseguir lo que deseamos.
Qué cambios han supuesto en mi vida y en la de los demás?
Esos cambios, ¿los puedo considerar mejoras
o no?
Esas mejoras, ¿han sido puntuales
o tienen transcendencia a medio
y largo plazo?
¿Somos más felices? Más fuertes? ¿Nuestra sabiduría es mayor?
¿Tenemos más empatía, compasión, amor?
¿Nuestras relaciones son más fáciles y gratificantes?
¿Nuestros resentimientos se han reducido o desaparecido?
¿Tengo la impresión de que mi vida es más ligera y llena de significado?
¿Sufro por menos cosas
y ese sufrimiento me dura menos
y es menos intenso?
¿Tengo más motivos para ser feliz?
¿Me siento más conectada a todos los seres?
¿Me siento más útil y con muchas más habilidades
para servirme a mí misma
y a los demás?
Servir para algo
o no.
Rabjor dice: nos gusta poco la palabra "servicio",
como si nos hiciera pertenecer a una clase social inferior.
"Ser una criada" suena a insulto y
"que se aprovechen de mí", una desgracia,
señal de poca inteligencia.
Y sin embargo, cuando se dice de un objeto que "sirve para algo"
significa que tiene un sentido;
cuando se dice de algo o de alguien que "no sirve para nada", es como si careciera de razón de ser.
Quizás podríamos reconsiderar
y redimensionar
el significado de la palabra "servicio"
y toda su familia semántica.
Porque "servir" significa que aún estamos viv@s, que aún tenemos una función
o varias
-porque es inherente a la mera condición de estar vivo.
Y cuanto más "sirvamos", sin duda,
más sentido tendrá nuestra vida.
A dónde me conducen mis deseos.
Y así, reviso mis propósitos de año nuevo y me pregunto:
A qué o quién o quiénes sirven y para qué?
Cómo sirven o servirán al mundo,
en qué amplitud,
con qué transcendencia?
Qué quedará de ellos dentro de 10 años,
al final de mi vida,
cuando ni personaje ya no camine por aquí?
A qué cambios darán lugar y en qué dirección
hoy
y en el futuro?
Contempla abiertamente tu corazón
(sin miedo a lo que puedas encontrar en él,
con la misma compasión que dedicarías a tu mejor amiga)
y recuerda el dicho:
ten cuidado con lo que deseas
porque puede cumplirse.
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