Hacía tiempo que no nos encontrábamos en los retiros.
Estaban a punto de comenzar las oraciones de la Gema del Corazón en la gompa y vino a sentarse a mi lado. Durante el día la había visto con su marido y las niñas. ¿Y tu marido?, le pregunté. Ha cogido el coche y se ha ido al pueblo a ver el partido del Madrid-Barça. Bastante hace con acompañarme; y no se pierde ninguna sesión de las enseñanzas.
Me contó los problemas que había tenido al principio para asistir a festivales y retiros porque a su pareja no le gustaba nada. Ahora él la acompaña. Y se traen a las niñas. Y cómo ha sido ese cambio?, le pregunté. Ve que esto funciona, tonto no es.
La evaluación de tu progreso (personal y espiritual) la encontrarás, entre otras cosas, si las personas a tu alrededor ven que "funciona".
Cómo evaluar el progreso
en tu vida.
en tu vida.
Si la relación con tu pareja es más fluida y amorosa, si te sientes más enamorad@ que nunca, más consciente de sus cualidades y poco obsesionad@ con sus faltas (nadie es perfecto), es que funciona. No importa que lleve 33 años a tu lado o sea la enésima pareja en tu vida; si una vez más es tu primer amor, el mejor de todos, es que funciona.
Si aún puedes pasarle el brazo por el hombro a tu ex, o cogerle de la mano y contarle tus confidencias. Si todas las "negociaciones" son fáciles y te alegras de su felicidad como si fuera la tuya propia,
eso en lo que crees (el dharma o cualquier otra cosa) funciona.
Si has empezado a reducir las exigencias con tus hij@s casi hasta la eliminación; si te interesa más su felicidad que sus "éxitos" (o tus miedos); si has empezado a ser su acompañante en este segmento de vida en común.
Si ya no necesitas "perdonar" a tu madre, o a tu padre, porque solo sientes gratitud.
Si tu salud ha mejorado ostensiblemente.
Si tu sistema inmunológico se ha fortalecido y ya tu cuerpo no
te habla tanto de frío (si has empezado a administrar bien tu energía), ni de calor.
Si has dejado de ser un@ esclav@ del culto al bienestar
porque cada vez son más las situaciones externas que reflejan el bienestar
que ya sientes dentro.
Si cada vez te quejas menos de las condiciones externas
y de las personas
porque esto cada vez se parece más a eso que llaman la tierra pura.
Si cada vez tu concentración al meditar es más fácil y gozosa.
Si mantienes la sonrisa de corazón
por mucho que maduren temporales, tormentas y tsunamis,
aunque parezca que la tierra se resquebraja bajo tus pies
y aun así no te engulle,
es que funciona.
Si aparece una sonrisa en tu rostro cuando contemplas los avances de otra persona,
su liberación progresiva,
la conquista de nuevos espacios de paz,
su madurez y sabiduría,
su confianza,
los miedos diluyéndose como maras fantasmas que ya no tienen ningún poder;
si puedes verlo (porque ya sientes todo eso dentro de ti);
si puedes contemplar la liberación, cada vez más,
de más y más seres a tu alrededor,
es que eso en lo que crees funciona.
Observa cómo es la vida de los miembros
de tu club.
de tu club.
Una recién llegada a la sangha de Barcelona me dijo una vez: "Esto está lleno de ex
bien avenidos".
Son parejas separadas que siguen cuidándose mutuamente.
Y eso es porque funciona.
En una de sus enseñanzas sobre la bondad de todos los seres, tus madres, Kunsang levantó los ojos del libro, miró a la audiencia por encima de sus gafas y dijo:
pero quizás tú eres una de esas personas convencidas de que nunca tuvieron una madre bondadosa y llevas años de terapia para superar los resentimientos contra tu madre, culpable de todos tus males; enhorabuena porque estás en el sitio adecuado y en cinco minutos te vas a curar para siempre de ese terrible daño que te infligieron en tu infancia y está envenenando tu vida.
Personalmente, no conozco otra terapia mejor que el dharma para sanar todas las heridas del "niño herido".
Y eso significa que el dharma funciona.
Pero para que funcione no basta con llegar, "pillar ideas" y salir
a picotear ideas a otras fuentes.
Lo sabemos porque no funciona.
Investiga en tu propia vida
y observa sin prejuicios las vidas de los demás, en cada club en el que te metes,
y observa si funciona.
Y utiliza lo que funciona.
No hay más.
Estas fiestas familiares serán una buena oportunidad para evaluar si tus creencias funcionan.
Si tu vida
funciona.
.
Evidentemente el DHARMA funciona...!!! Lo has explicado muy bien, con tu permiso me gustaría copiar tu entrada y mandarsela a una amiga porque tu descripción es muy clara y acertada. Un abrazo.
ResponderEliminarHermoso Marié, mejor descripción no pudiste hacer. Funciona porque lo vives de una manera diferente, porque se te siente diferente y te sientes diferente y eso se evidencia en los demás. No hay palabras que convenzan, sino un estado que se refleja. Un abrazo
ResponderEliminarEs curioso. Lo que para muchas personas resulta una utopía ("eso que cuentas es muy difícil, es imposible"), para alguien que está dentro de este mundo del dharma y la meditación le parece que está "muy bien explicado".
ResponderEliminarLo único difícil es siempre hacer algo que no tenemos costumbre de hacer. Lo que nos resulta fácil es aquello en lo que tenemos práctica, sea lo que sea.
Por supuesto, Marisol, siéntete con toda libertad de coger de aquí cualquier cosa que te parezca que le puede ser útil a otra persona.
Un abrazo.
Pues sí, ésa es la prueba del algodón.
ResponderEliminarUn abrazo, Marcela.
Dices:
ResponderEliminar"los miedos diluyéndose como maras fantasmas que ya no tienen ningún poder"
Y es verdad¡ Experimentas que ya no te perturba los miedos i engaños de antes. Ya no notas esta sensación interna tan desagradable del miedo casi siempre irracional.
"maras fantasmas del miedo que se diluyen.... Precioso objeto de meditación.
Grácias¡
Lo tuyo ya es nivel, Montse!
ResponderEliminarNo sólo te veo con menos miedos sino también con muchas más risas.
Esto funciona!!...
Beso
y hasta el lunes.
Sí que está bien todo esto Marié, ya sabes que yo soy una neófita en
ResponderEliminarel Budismo (me gustaría saber mas) pero creo que toda esta filosofía es dificil en la juventad, no digo imposible sino dificil y se ve todo de esta manera que has expuesto en la madurez, con lo que creo que "vivir funciona con todas las experiencias que nos da la vida" por eso con el paso de los años y las vivencias suele ser tod mas fácil, sobre todo cuando dejamos de pensar tanto en el "yo" y empezamos a pensar en el "tú".
Besos Marié, siempre se aprende pasando por aquí.
Bienvenida de vuelta, Uma.
ResponderEliminarHas dado en el clavo, "sobre todo cuando dejamos de pensar tanto en el "yo" y empezamos a pensar en el "tú"". Por ahí es por donde se empieza. Y ese viaje de profundidad es apasionante porque te lleva a escenarios insospechados desde el "yo". Tal como vimos ayer en la clase de Sant Antoni.
Lástima que estés tan lejos de Barna porque serías una puena pieza en este puzle precioso que ya es el grupito de S.A.
Un abrazo y felices fiestas.
Bueno ahora no hay distancias cualquier día te doy una sopresa, pero de momento creo que te tocaría a tí estar aquí el 28, he visto por ahí a una amiga-hermana que te estará esperando, anímate anda!
ResponderEliminarAyer creo que muchos tuvimos un momento de gloria, uno de estos momentos en que se abre una ventana y se clarifican muchas cosas.
ResponderEliminarHemos estado hablando de la compasión y había algo que me chirriaba, estaba muy bien eso de la compasión, pero ….. y ayer en el PF se me abrieron los ojos como dos platos cuando Rabjor hizo la distinción entre la compasión y la pena.
Son dos conceptos muy distintos pero que pueden llegar a confundirse. Podrían ser la cara y la cruz de la misma moneda.
La pena no ayuda sólo te envuelve en el sufrimiento para que te regodees en él junto con el que la padece pero sin soluciones, sin efectividad, sin una finalidad. A mí personalmente me lleva a la culpa, a esa culpa aprendida desde niña que no tiene otra razón de ser mas que el castigo consiguiente.
La compasión … ¡ah! es completamente distinta, tiene un sentido, una finalidad, una utilidad …. Ya conocemos sus beneficios y seguro que aún conoceremos más.
Hola Marié, tenia ganas de compartir esta idea y ahí va.
Nos vemos compañera, un beso muy fuerte.
Cati.
Me lo miro, Uma, qué nueva convocatoria de superbrujas (compasivas) está organizando mi hermana (que es la tuya), para salvar el mundo. En torno a una hoguera o a una barbacoa, da igual.
ResponderEliminarO lo que sea.
Me lo miro.
Un beso.
Qué alegría, hermana, que pienses en mí para compartir esto.
ResponderEliminarEs curioso (o quizás no, porque es lo que tocaba) pero este lunes en la clase de S.A. salieron precisamente estas preguntas. ¿La compasión no me hará sufrir más? ¿No tengo bastante con mi propio sufrimiento? ¿No me pone por encima en una posición de superioridad? ¿No me va a deprimir o desanimar, al ver que no puedo hacer nada?
Como dice Rabjor, la compasión no consiste en aferrarse a su estado de sufrimiento. De hecho, en mi experiencia personal, es lo que más me ha impulsado a profundizar en la vacuidad -y he entendido que a eso se refiere Rabjor cuando dice que nos impulsa a "cambiar".
(Pero de esto ya hablaremos más adelante).
La compasión no es depresiva ni lastimera, al revés: es una mirada que ve el potencial que tienen de liberarse y deseas con todas tus fuerzas que se active y sean felices. Y casi lo ves. Lo ves, cómo se libera; la manera, el instante mismo en que se libera. Y el otro ve que lo ves.
No es pena, es confianza. Es como una mano invisible que le saca de donde está, o al menos se la tiendes para que la coja y a punto está de agarrarla y salir...
Eso de regodearse con quien sufre es un profundo error, como bien dices.
Pero lo de la culpa, eso creo que tendríamos que hablarlo con más calma, porque una sólo puede salir de esas pautas cuando las explora bien y las sana y las resuelve. O las purifica, como dice Rabjor.
Un beso.