viernes, 31 de octubre de 2025

Los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana.

 


La mayoría de los sutras y escrituras que se han transmitido en el budismo inciden en que la causa del sufrimiento se encuentran en los propios deseos mundanos o pulsiones originadas en la ilusión.
Así pues, la única forma de eliminar el sufrimiento es extinguir tales impulsos o deseos.
El propósito de estas enseñanzas era la liberación (un despertar espiritual para trascender el sufrimiento) a través de cumplir numerosos preceptos (reglas de disciplina) y de mantener una sucesión de prácticas y aprendizajes intensivos.
Sin embargo, en la búsqueda de un estado completamente exento de sufrimientos, las personas terminaban deseando la aniquilación de su yo físico y psíquico, para escapar así del ciclo de nacimiento y muerte, y no tener que volver a renacer en este mundo.
Esta filosofía, en última instancia, equivale a una negación completa de la vida.
Dichos sutras enseñan que las personas corrientes solo pueden llegar a ser budas si aprenden, practican y adquieren los aspectos iluminados del Buda histórico, a lo largo de muchísimas existencias sucesivas.
Sin embargo, el Sutra del Loto revela que todos los seres poseen en forma intrínseca la naturaleza de Buda, es decir, la sabiduría y el amor compasivo que caracterizan este estado, y que es posible manifestar la budeidad desde adentro.
Hasta las personas comunes, cuya vida transcurre dominada por los deseos mundanos, agobiada por el peso del karma y debilitada por el sufrimiento, pueden manifestar la sabiduría de la iluminación del Buda, liberarse del pesar y adquirir una emancipación plena, si toman conciencia de que el estado de Buda existe dentro de su propia vida y se iluminan con respecto a esta realidad.


Una existencia atormentada por los deseos y los sufrimientos mundanos puede ser una vida de libertad ilimitada, resplandeciente de sabiduría iluminada, tal como es.
Esto es lo que afirma el principio budista de que «los deseos mundanos son la iluminación».
Pero tenemos que activar en nuestro propio ser la sabiduría para vivir plenamente, valor y confianza para enfrentar y superar las adversidades, y amor compasivo para procurar el bienestar de los demás seres.

«Los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana» significa que, aunque estemos sufriendo por la dolorosa realidad del nacimiento y la muerte, podemos manifestar en nosotros mismos el estado de vida sereno que caracteriza la iluminación del Buda (nirvana).

Los principios que afirman que «los deseos mundanos son la iluminación» y «los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana» nos enseñan que cuando la fe en la Ley Mística es nuestra base, podemos vivir de manera constructiva y dinámica, transformando cualquier problema o aflicción en una causa de felicidad y de crecimiento.

(De los principios de la Soka Gakkai, de Daisaku Ikeda).




jueves, 23 de octubre de 2025

Sobre el pensamiento que crea la experiencia.

 


"Primero tenemos que eliminar el pensamiento que ve la situación como un problema
y establece el pensamiento de no aceptarlo.
Segundo, tenemos que generar el pensamiento que ve el problema como algo positivo
y establece el pensamiento de aceptación.
Cuando somos capaces de mirar a los problemas como una fuente de felicidad,
el sentimiento de aceptación surgirá de manera espontánea".

(Curación definitiva. Lama Zoma Rimpoché)


Cuando era pequeña ocurrió un acontecimiento que trastocó toda su vida conocida
y la catapultó hacia otro lugar.
Entonces surgieron algunos mantras que hizo suyos:
"Cuando nada tienes, nada puedes perder"
(creo que lo sacó de alguna canción de Bob Dylan).
Y otro: 
"En esta vida lo importante no es la felicidad
sino la sabiduría".
Debió generar mucha fortaleza en su adolescencia y juventud, al no contar con la expectativa de la felicidad.
El objetivo era simplemente afrontar los acontecimientos que aparecían
y comprender su significado, si era posible.
Afrontarlos y tirar p'alante. Ni siquiera es una elección.
Con el paso del tiempo, en medio de un baile en el Casal de La Floresta,
escuchó aquel estribillo de Gato Pérez:
"Si tú no tienes felicidad, de sabio no tienes ná".
Y fue como una realización inesperada
que otra vez lo cambió todo, de golpe.
No existe sabiduría sin felicidad.
La prueba del algodón de la sabiduría es la felicidad, en cualquier circunstancia,
da igual si no tienes nada, o si lo tienes,
o si lo pierdes todo, o parte.
La prueba del algodón de la sabiduría es la ecuanimidad (sin apegos, rechazos o indiferencia),
la mirada que transciende las ilusiones y espejismos.
No conoce otra manera de tocar la libertad.




martes, 21 de octubre de 2025

El amor es la atracción espontánea a la Unidad que somos.

 


Morihei Ueshiba sentía que había algo que no acababa de identificar en su práctica del aikido
(a pesar de su técnica, dicen que imbatible).
Hasta que un día cuando golpeaba el aire en solitario con su bokken
sintió algo extraño que él mismo describió como "temblar el universo",
"un espíritu alado que envolvía su cuerpo,
estando plenamente consciente del espíritu de Dios".
En aquel momento, el maestro Ueshiba comprendió que la fuerza de las artes del budo
es el amor a Dios
y el espíritu de una protección de amor
que llega a todos los seres humanos.

(Los grandes maestros del Budo. José María Fraguas).


Era el mes de septiembre y ya se había convertido en un hábito irse unas semanas de retiro, preferiblemente en soledad.
Alguna vez había pedido una caseta en la zona de aislamiento en la montaña del monasterio budista tibetano de Dag Shang Kagyu, en Panillo, Huesca.
Otras veces una celda en un convento católico, de monjas de clausura, en Sigena,
o en el Santuario del Pueyo.
En esa ocasión el monje budista tántrico Lama Djampa Gyatso (Idili Lizcano)
le había ofrecido un refugio de madera en la Garrotxa.
A su amigo le parecía que iba a estar demasiado tiempo aislada y que podría ser duro.
Recuerda que estoy contigo, se despidió, con un fuerte abrazo.
Y si necesitas que pase a recogerte en cualquier momento me lo dices y allí estaré.
Ella se sorprendió.
Pero qué dices? ¿Sola? ¿Duro?
Pero si voy a mi luna de miel con Dios.

Desirà l' amic soliditat
i anar a estar tot sol
per çó que hagués companyia de son amat,
ab lo qual està tot sol
entre la gent.

(Ramon Llull)


El amor sagrado tiene una gran fuerza, dice Consuelo Martín,
una fuerza desconocida en la vida habitual.
Generalmente, el amor movido por las emociones es egocentrado, busca conseguir algo.
Quizás la valoración, sentirte especial o simplemente evadirte de otras cuestiones.
A ese juego falso le llamamos amor y con ese sustituto nos conformamos mientras desconocemos el verdadero.
Desde luego, los seres humanos preferimos ese sentir interesado y egoico al odio.
Y así vamos atravesando la vida con sucedáneos, sin tocar el Amor.
El amor, para ser verdadero, ha de ser la atracción espontánea
a la Unidad
que somos.




domingo, 19 de octubre de 2025

Personas mayores que viven solas.

 



Tenía ochenta y muchos años y la veía venir a su baño diario en el mar.
Sonreía mucho.
Aquel día coincidimos en el vestuario, como tantas otras veces.
Qué, ya vas a la playa?, le pregunté.
Sí, dijo, pero solo a caminar, hoy no me baño.
Vengo del dentista, que me tenía que hacer una extracción y me ha sacado nueve piezas de golpe -dijo, con su sonrisa inmutable-. Me ha dicho que no me bañe en el mar hoy, por el riesgo de infección, si me entra agua.
Luego me contó que un par de noches atrás se había desmayado en casa,
perdió el conocimiento pero luego regresó, bromeaba.
Lo que más me duele es pensar en la cantidad de personas mayores que viven solas, comentó.
Yo también vivo sola pero yo soy fuerte.
A punto de cumplir los 90 y mírame, yo soy fuerte.
Lo que más me entristece es pensar en la cantidad de personas mayores que viven solas
y si les pasa algo, un desmayo, lo que sea, nadie se entera.
Luego se despidió y se fue a la playa a caminar por la orilla
con los pies descalzos, que le sienta tan bien.
Era un día de cielo cubierto, bien entrado el otoño.

A veces te encuentras con personas que son un derroche de sabiduría, compasión y amor,
lo cual seguramente es lo mismo.
Quizás no se adscriben a ningún camino espiritual, las mueve el simple sentido común.
El budismo es mera sensatez, decía Nichiren Daishonin.
Nadie lo ha inventado, es como la vida es.
Pero hay personas que no han escuchado o leído enseñanzas budistas
y respecto a las religiones que conocen, tienen sus reservas, dadas algunas trayectorias históricas.
De dónde sacan esa fortaleza y el coraje para vivir sin miedo?
Del amor, solo del amor.
No hay otra fuente de energía para mantener la vida
que funcione como funciona el amor.
El amor que te fulmina como un rayo (todos los miedos egocéntricos)
y te hace grande.





viernes, 17 de octubre de 2025

Sobre la salud y la enfermedad.

 


Vivir como en un viaje.
Y vivir
el viaje.
Un viaje de autodescubrimiento, un "pilgrimage", una peregrinación.
Pero un viaje al fin. La misma provisionalidad.
Usas las cosas, aquí y ahora; luego no estarán.
Usas el cuerpo, de la misma manera, este vehículo.
Lo cuidas, dentro de tus posibilidades;
a veces parece que lo haces bien y otras no tanto.
Caminas por la casa, tan provisional.
Como este cuerpo, otra casa.
También se quedará aquí, pero mientras te toque ser la cuidadora, ya sabes tu función.

Lama Zopa Rimpoché dice:
"No tener una enfermedad grave ahora es lo mismo que tenerla.
La muerte puede aparecer en cualquier momento".
Y de hecho, aparecerá.
Para el acontecer del universo, da igual que ocurra unos años antes o después.

"Nuestro apego (al cuerpo y a todo lo demás) está basado en un concepto de alucinación".

"Estar sana o no estarlo es prácticamente lo mismo,
si usamos todo lo que experimentamos para beneficiar a otros seres vivos".
Si toca la salud, qué hermosa experiencia de plenitud física, si eres consciente,
y si no toca, qué hermosa oportunidad, también.

"Tenemos la oportunidad de usar nuestra enfermedad para ir de felicidad en felicidad,
hasta la felicidad absoluta de la iluminación total".

(Curación definitiva. Lama Zopa Rimpoché).





domingo, 5 de octubre de 2025

La epifanía.

 



El autor y protagonista de la novela salió a la calle cuando sintió ese gran temblor y explosión,
para ver los efectos de lo que debía ser otra bomba, que ya era parte de la vida cotidiana en esta guerra.
Pero esta vez el escenario era devastador, aún más de lo habitual, diferente.
Se puso a caminar y era como una visita a los infiernos,
casas y calles destruidas, cuerpos sin vida, supervivientes con caras quemadas, hinchadas, deformadas.
Era poco más de las 8 de la mañana del día 6 de agosto de 1945, en Hiroshima.
El protagonista camina contemplando con atención este paisaje infernal,
aparentemente sin salida, sin refugio seguro a donde llegar.
Y de repente tiene lugar lo que él llama una "epifanía", la liberación,
como si tocara con las yemas de los dedos la alegría definitiva.
Así lo recuerda el autor, que vivió en primera persona los efectos devastadores de la primera bomba atómica en este planeta.
Ella pensó:
Si puedes vivir una experiencia mística tan transcendente en una situación como ésta,
la puedes sentir en cualquier lugar, en cualquier momento, no importa la intensidad del dolor.
Desde entonces siente que esa puerta está accesible en cualquier instante del día,
no importa la situación.