viernes, 7 de septiembre de 2018

La niña pequeña.






"Últimamente mi cuerpo me pide comida calentita, como un abrazo interior.
Creo que tengo a mi niña pequeña un poco descuidada, encerrada en mi vientre,
gritando a veces un poco de atención".

Lo escribía cuando proponía en el grupo el cuscús calentito para el próximo ágape.
Pero lo borró.
A quién le importa?
Otra vez como callarle la boca a la niña pequeña
causando estropicios en sus intestinos.






Casi siempre que se despiden, siente que las cosas importantes se quedan sin decir.
Como contarle el regalo de dos días de la casa vacía, para sí misma.
Anne Marie salió esta mañana a pasar el finde en Mallorca, con su madre.
El mismo día que debía llegar Kotaro de Japón.
Le esperaba esta mañana temprano y no llegó.
Le dijo que el último tifón ha cancelado muchos vuelos y llega el sábado.

Como una lluvia de bendiciones de la Vida,
entregada en el terrado,
nada que hacer,
consciente de dos días enteros, día y noche,
la casa para ella.

Te parecerá una tontería -piensa- pero esta soledad, esta privacidad,
es una puerta, como otra cualquiera,
abierta a la felicidad.
Qué tontería, compartir esta tontería!

Y, otra vez, como cerrarle la boca a la niña pequeña encerrada en sus intestinos.

A quién le importa?

Y siente que las cosas importantes se quedan sin decir.

Y se pregunta las cosas importantes (esas tonterías)
que las demás personas se han quedado sin contar.
Esas tonterías.





Mañana tenemos el encuentro semanal con la sangha.
El primero después de las vacaciones.
Facilita ella.
Y leerá un texto del maestro Rinzai (Linji):
"Amigos míos, ¡no os identifiquéis con este amigo ilusorio que es el cuerpo!"

Será una bonita tarde de meditar y compartir.
Pero duda que su niña pequeña, encerrada en su vientre,
haciendo estragos en sus intestinos,
tenga un respiro.

Sin embargo, quizás se mantendrá atenta para escuchar a otras niñas y niños pequeños
amordazados.
Lo que no se dice.
Lo que no se cuenta
porque hay otras cosas mas importantes y más urgentes
que decir.

Últimamente busca a las niñas y niños amordazados,
y es que quizás se está haciendo amiga de la suya.

Como en la música,
piensa que son importantes, necesarios, imprescindibles,
los silencios,
para dar espacio a que esas niñas y niños arrinconados
hablen.

Difícil,
cuando solemos tener tanta prisa.
Y tantas cosas importantes
que decir.






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