lunes, 25 de enero de 2016

El arte de vivir despierto.





Mientras asistía a aquella reunión de la sangha de Cataluña se fijó en unos adhesivos sobre los cojines de meditación. "El arte de vivir despierto".
Una sencilla caligrafía reproducida a partir de una gira del maestro años atrás.
Otra caligrafía de Thich Nhat Hanh en la pared decía: Disfruta del momento presente.
Su propio grupo de Barcelona era conocido como "la sangha del momento presente".


Pensó en otras tradiciones budistas por las que había pasado y que ponían el énfasis en que lo que importa son las vidas futuras, mucho más que el presente, tan impermanente. ¿Y por qué importan más las vidas futuras? Porque duran mucho más que la vida actual: eones de posible sufrimiento (en los múltiples y variados infiernos, como seres inferiores, espíritus ávidos o animales, o como seres humanos con vidas llenas de padecimiento, torturas inimaginables y dolor).


Según estas tradiciones, que también se denominan budistas, el significado de esta preciosa existencia humana reside en purificar todo el karma negativo acumulado en innumerables vidas pasadas (cada situación adversa en el presente, cada sufrimiento es una posibilidad de ir saldando cuentas pendientes) y poder sumar karma positivo (a través de acciones virtuosas) para evitar el sufrimiento futuro.
Así, el significado de esta preciosa existencia humana consiste en ir sembrando semillas para la futura iluminación.
Pero no llegará sola. Tienes que poner mucho esfuerzo y sembrar muchas acciones virtuosas para poder recoger algún día, en el futuro, la cosecha de la iluminación.
El despertar, que un día tendrá lugar, en el futuro.





Acarició esa preciosa caligrafía en sus manos: El arte de vivir despierto.
El despertar, aquí y ahora.
El despertar como un presente continuo.
El acto mismo de despertar, en sí mismo, no es tan importante. Lo que cuenta es vivir despierta.
Experimentar cada situación que aparece con una mirada y una mente despiertas, iluminadas.
Lo que importa es el presente, porque el pasado y el futuro no existen, son meras alucinaciones.
Y el presente es otra alucinación, pero es la única que puedes experimentar
(el pasado y el futuro sólo los puedes experimentar si los introduces en el presente).
La manera en que afrontas una situación en el presente, es la práctica que hace grande y estable la forma de afrontar cualquier situación en otros presentes (aunque los llames futuro).




El presente es lo que importa, lo demás son sueños.
Y aunque el presente es otro sueño, es el único que puedes experimentar.
Lo demás (aunque lo llames pasado o futuro) son miedos, culpas, preocupaciones, escapismos
que vives en el presente.






Mientras que unas tradiciones budistas aseguran que disfrutar del momento presente es "gastar" o derrochar el karma positivo, otras tradiciones budistas te dicen que el disfrute mismo, con entrega y atención plena, es la práctica.




Disfrutar y soltar.
Disfrutar y entregarse.
Disfrutar hasta desaparecer en el disfrute mismo.
Da igual lo que aparezca, si al final todas son apariencias sagradas en esta Tierra Pura donde ya resides. No tienes que buscarla en otro sitio.
Apariencias sagradas cambiantes, como la mejor maestra que prueba una vez y otra, con diferentes enfoques y planteamientos, con diferentes palabras e imágenes, fábulas o parábolas, una vez tras otra, incansable, hasta que comprendes.
Así, la vida te presenta situaciones diferentes, una tras otra, hasta que comprendes.
Hasta que dejas de juzgar y posicionarte, y simplemente sonríes y disfrutas, porque has empezado a comprender.





Dicen que Buda impartió 84.000 enseñanzas (un número como cualquier otro, podrían ser 84.021, o 48.002, o 184.000 millones; no creo que Buda tuviera una especial predilección por los números redondos).
Dicen que Buda ofreció miles de enseñanzas, adaptadas a diferentes personas y situaciones. Y aunque a veces parezcan contradictorias, no lo son. Porque su objetivo es el de ayudarte a comprender, allí donde estés y como puedas. Buda, como la mejor maestra, como la vida misma, adapta sus enseñanzas a tu situación concreta, para que puedas comprender.

Así que si lo que sientes es que lo que importa son las vidas futuras, y el sufrimiento o el disfrute del presente no son irrelevantes, ahí tienes un abanico de tradiciones para seguir.

Y si sientes que lo que importa es la práctica del momento presente, vivir en la Tierra Pura aquí y ahora, reconocerla, desarrollar el arte de vivir despiert@ cada situación que la vida te presenta, aquí y ahora; si sientes que no hay otra opción para ti que disfrutar el instante presente hasta fundirte y desaparecer, sin dualidad ninguna, sin juicios ni preferencias, con entrega y confianza absolutas, ahí tienes un abanico de tradiciones para experimentar.
O ninguna.
Si has descubierto que todas ellas están en ti.




4 comentarios:

  1. Que valiosa reflexión Marié. A propósito ¿te animas para una entrevista para una revista en Colombia? Te dejo el link de nuestra primera nota. Este es mi correo: diegompardor@gmail.com
    http://www.pulzo.com/node/415630
    Abrazo

    ResponderEliminar
  2. Precioso como siempre Marié , me encanta tu blog.Gracias por compartir tu sabiduría

    ResponderEliminar
  3. Y gracias a vosotr@s. Por compartirla.

    ResponderEliminar
  4. Buenos días. Me resulta curioso respecto a que tradiciones son aquellas que solo le importan las vidas futuras.
    No tengo mucho conocimiento aún, pero el chiste del budismo no es parar la rueda del Dharma y dejar de tener nuevas vidas?
    Por otro lado me parece muy loco solo pensar en el futuro, la única manera es haciendo actos compasivos y puros en ESTA vida.
    Me da mucha curiosidad conocer un poco de las bases de esas extrañas tradiciones budistas.

    Saludos

    ResponderEliminar