miércoles, 10 de febrero de 2010
Reducir las actividades.
Seguimos con el loyong en el PF de los martes y jueves: el adiestramiento de la mente para transformar las dificultades en el camino.
¿Existe algún recurso interno o alguna riqueza externa más valiosa que ésta?:
Que las dificultades no entorpezcan tu felicidad y tu sabiduría sino que puedas convertirlas en el camino rápido
hacia la felicidad y la sabiduría;
la experiencia más intensa, a partir de las dificultades,
gracias a ellas.
Este método es más valioso hoy que nunca porque, aunque ahora nos parezca que la vida es más confortable y fácil que en ningún otro momento de la historia, en lo que respecta a las experiencias espirituales, el control mental y la paz interior, no es así.
El hecho es que nuestro camino está lleno de dificultades
internas y externas,
conscientes e inconscientes.
Por qué?
Entre otras cosas, porque nuestra vida hoy es más agitada, ocupada, la agenda llena.
Díselo a mi jefe, comenta Judith.
Pero cuando no es el jefe quien me roba mi tiempo, soy yo misma quien lo hago.
Y si no te lo crees, echa un vistazo a lo que pasa fuera del horario laboral.
Pasa
que seguimos llenando el tiempo de distracciones; llenando el tiempo o matando el tiempo.
No es que vivamos en la sociedad del consumo, es que la creamos continuamente,
la cultura del consumo, tanto material como de actividades.
Lo hacemos las personas adultas y les enseñamos a hacerlo a nuestr@s hij@s, quienes nos vienen detrás.
Y luego nos quejamos de su falta de concentración.
Y de nuestra falta de concentración.
Las personas que practicaban en el pasado tenían mucha más facilidad para la concentración en la meditación y para lograr la experiencia de la permanencia apacible: un estado de paz interior y gozo supremo.
Soy un ser de mi tiempo. ¿Me sirve esto de justificación para condenarme a no conseguir jamás el primer paso (un minuto de concentración unipuntualizada) o el segundo (cinco minutos) hacia la experiencia de paz interior?
De ninguna manera.
Me sirve de referente para saber que la mejor manera de desarrollar concentración es reducir mis actividades, aligerar mi agenda, eliminar distracciones, cambiar la dirección del camino que sigo para acercarme a mí misma, a mi paz interior.
Porque si no mejoro yo, no lo tendré fácil para ayudar a nadie.
Mejorar para ser más útil.
Reducir las actividades que me alejan de mi paz interior.
Así que tomo nota:
1. Reducir mis actividades.
2. Proteger mis realizaciones, mis experiencias de paz (afecto, compasión, paciencia, sabiduría... la que sea)
para que no se pierdan en el olvido.
Al igual que he dedicado mi larga vida (de largas vidas) a proteger con la repetición incansable tantos pensamientos y malos rollos que no me ayudan a vivir mejor sino a generar ansiedad, sentimiento de separación, a dispersarme en distracciones sin sentido,
ahora decido empezar a proteger las experiencias internas positivas que consiga ir generando dentro de mí,
por pequeñas que sean,
porque tienen un valor incalculable,
la mejor de todas las inversiones que puedo asegurar para el futuro
y para el presente.
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gracias por tu ayuda es muy grande para todos =D
ResponderEliminarnesecito eliminar a mi ego me lleva de aca para alla buscando placeres o momentos estupidos e inutiles,soy conciente de q todo es impermanente pero como que nose que tengo :( no puedo dejar de ser este yo
nose que hago diciendote esto.
siento que no es mi tiempo, que soy tan debil,que soy egoista.
quiero librarme de este obstaculo.
Perdon por caer asi como pidiendo salvacion,a vos q tambien te debe costar mucho todo esto.Pero es lo que me pasa. mucha ignorancia me siento perdido :(
gracias voy a seguir leyendo a diario todo lo q escribiste :)
soy hombre de la patagonia norte en argentina, tengo 21 años
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues mi sensación es que no eres tan ignorante.
ResponderEliminarLa mayoría hacemos todo eso que describes (ir de aca para alla buscando placeres o momentos estupidos e inutiles), somos débiles, con poca voluntad y egoístas y ni nos damos cuenta.
Si eres consciente de esa ignorancia, a mí me parece un paso de gigante, una gran sabiduría -y la puerta que te conduce a un estado de sabiduría aún mayor.
Ése es el camino. A partir de ahí sólo queda permitir que se den las transformaciones personales que se tengan que dar. Si cambiamos lo que pensamos (lo que creemos, nuestra filosofía), inevitablemente cambiarán nuestras experiencias y nuestras relaciones con los demás.
Un abrazo muy fuerte.
No tenemos tiempo, pero nos pasamos todo el tiempo haciendo cosas. A veces pienso que seria mejor parar unos minutos al día para "no hacer nada". :)
ResponderEliminarSin duda, Marina.
ResponderEliminarA veces, cuando parece que "no hacemos nada" es cuando más (y mejor) estamos haciendo -especialmente si aprovechamos para recuperar la conciencia y el sentido de las cosas.
Hola Marié, me han llegado muy agradables y precisos tus comentarios acerca de la renuncia. De hecho, mi filosofo preferido Epícteto, estoico, coincide totalmente contigo. Sin embargo, tengo algunos problemas con ciertas cosas que, de momento, me producen más alegría que la alegría misma de la renuncia.
ResponderEliminarPor otra parte, supongo que el estado de ecuanimidad es un estado de aceptación de las emociones que tengas. Te agradezco tu cariño y tu paciencia. Un beso. Montse Calvo.
Esas cosas que "producen más alegría que la alegría misma de la renuncia" se conocen como objetos de apego.
ResponderEliminarPero, Montse, la diferencia entre ambos tipos de alegría es que la primera (la del apego) acaba convirtiéndose en dolor -la euforia de ayer con la cerveza hoy se ha convertido en un bajón tremendo, agotamiento y malhumor.
La euforia del apego agota. La alegría de la renuncia (una vez que conectas con esa alegría) es como una batería que se carga a sí misma.
Al principio puede no ser fácil ver la alegría en la renuncia sino más bien un pequeño dolor, pero, como dice Rabjor, es cuestión de elegir entre pasar por un pequeño dolor ahora o mantener el gran dolor del apego toda la vida -detrás de un objeto de apego, otro; el apego es el mismo, los objetos cambian.
Y en cuanto a aceptar las emociones, no creo que signifique mantenerlas, protegerlas.
Aceptar que hay algo que produce dolor es el primer paso (verlo, reconocerlo); el segundo es hacer algo para cambiarlo.
Un beso, amiga.
Eres muy sabia Marié, la verdad que yo ahora que he podido reducir actividades es maravilloso, tanto que a veces me da hasta un poco reparo sentir lo a gusto que estoy haciendo lo que siempre he querido hacer y que no podía por falta de tiempo.
ResponderEliminarA "anónimo" le diría que lo que él siente que le pasa nos ha pasado en algún momento de nuestras vidas, date tiempo y sabrás lo que quieres y necesitas, todos hemos tenido momentos estúpidos e inútiles que mas adelante te servirán para saber llenar tus vacios.
Fuera reparos, Uma.
ResponderEliminarYo diría que nos lo debemos a nosotr@s mism@s: sacar tiempo personal para centrarnos, revisar nuestras rutinas, limpiar...
Revisar el camino que andamos y asegurarnos de que no nos hemos perdido.
Muy acertadas tus palabras a Patagonia.
Tú sí que eres sabia...
la meva professora de Ioga ha enviat aixo, i he pensat que et podria agrada la sensillez i facilitat per entendra; per cert, escrius molt be:
ResponderEliminarEn su vida cotidiana, muchas personas corrientes experimentan durante algunos
momentos un estado de quietud de la mente. A pesar de ello, la palabra
"meditación" asusta a la persona común. La palabra tiene un funesto historial
que la gente asocia a sentarse con la espalda recta y una farragosa rutina, en
un cierto tipo de alfombrilla y a una hora particular del día. En realidad,
cualquier individuo puede practicar la meditación en cualquier momento en que
se encuentre solo. La meditación significa, simplemente, ser consciente de cada
pensamiento y de cada sentimiento que está ahí en el instante presente,
observarlo y acompañarlo sin más, sin considerarlo correcto o incorrecto, sin
tratar de justificarlo o condenarlo. De este tipo de percepción surge el
silencio. Este silencio que surge por sí mismo, que no es simulado, provocado o
controlado, es en sí mismo verdadera meditación, en la que el observador, el
meditador, está ausente.
Ramesh S. Balsekar
Un petó.
Azucena
Gracias, Azucena. Está muy bien el texto.
ResponderEliminarBalsekar explica perfectamente lo que es la meditación. No tiene que ser nada farragoso, ni siquiera tienes que estar sentada. Ésa sólo es una forma de meditación (lo que llamamos "meditación formal").
Desde el punto de vista budista, la meditación es una experiencia mental que te conduce a la paz interior.
Hacer silencio en la mente en un momento dado (mientras esperas el autobús, miras un paisaje, el mar o la puesta de sol...) es meditación. No por el paisaje o la puesta de sol en sí, sino por el estado de paz en el que te concentras y fluyes.
Pero, también, sentir una experiencia de amor (desinteresado), compasión (no en el sentido cristiano, sino una especie de empatía, solidaridad, deseo de que no sufra más), etc.
Esos estados en los que estás concentrada en un sentimiento amoroso y de fusión que te produce paz también se consideran meditación.
Y puede ocurrir mientras hablas con alguien, o ves imágenes de un desastre en la tele, mientras vas en el metro o esperas en la cola de la cajera en el súper.
Es un momento de silencio interior, contemplación, unido a una experiencia interior de amor, paciencia, sabiduría u otras -que tienen en común que producen una profunda paz.
Se conoce como la meditación informal y también es muy importante porque es transformadora.
Pregúntale a tu hermano Joan, que está aprendiendo mucho.
Y por supuesto, a mí, cuando quieras.
Un abrazo.
las meditaciones que me explicas, hace tiempo que las voy incorporando, algunas sin ni siquiera darme cuenta.
ResponderEliminarIntentando superar uno de los momentos mas duros de mi vida, experimente una sensacion de amor que me ensanchaba el torax y desde el corazon sentia como se irradiaba en todo mi ser, en este momento, me sorprendi mucho porque ademas senti que estaba enamorada de mi, y mi mente no sabia porque, pero mi interior si, y ahora se que por ahi van las cosas...
luego eso se fue porque la vida me siguio poniendo en encrucijadas, todo eran obstaculos de los que he aprendido mucho,
y en temas normales muy cotidiamnos como comentas en la cola del super, tambien, y me siento bien sobre todo cuando recuerdo como me enfadaba porque la cola no avanzaba y la mia siempre era la mas lenta jajajajaja
Es muy bonito todo eso que explicas que experimentabas, Azucena.
ResponderEliminarPero "luego eso se fue porque la vida te siguio poniendo en encrucijadas" y, sin embargo, es cuando más nos conviene ponerlo en práctica, en las encrucijadas, en las adversidades.
Porque las adversidades están por todas partes, después de una llegará otra, así que lo mejor es utilizarlas para crecer.
Como tú dices, de los obstáculos se aprende mucho.
En budismo tenemos el loyong, que consiste en el adiestramiento de la mente para transformar las dificultades en el camino -de crecimiento.
Así que no hay nada que desperdiciar.
Un beso.
quisiera pedirte tu opinion sobre mi historia...
ResponderEliminarMi historia comienza con una muerte: la muerte de mi tía cuando yo tenía doce años. Ella lo era todo para mí porque era la única persona que de verdad me escuchaba y veía siendo una niña y una adolescente. Cuando ella murió, mi vida calló en un agujero negro donde por poco pierdo la vida. Pero aprendí, con la ayuda de dos personas amigas y profesoras entonces, a dar una patada al fondo de toda aquella porquería que llevaba dentro y salir a coger aire. El problema es que de una de ellas me enamoré (o eso creía sentir) hasta el punto de la obsesión. El problema empezó porque lo nuestro no podía ser pero ella, sabiendo mis sentimientos, continuó alimentando algo que no tenía futuro y yo, sabiéndolo y viendo que muchas veces solo me usaba como saco de boxeo contra el que descargar sus angustias, seguía ahí, aguantando lo inaguantable porque para mi ella era lo mas bonito de mi vida. Repito que la conocí con 12 años y hasta hace dos años, todo seguía igual: yo enamorada de ella y ella fingiendo no saberlo. Cuando ya no pude más y, motivada en gran parte por mí inminente marcha de su lado, decidí sacar de dentro de mí esa carga que llevaba en silencio tantos años y decirle mis sentimientos. Ella no quiso hablar conmigo y simplemente me envió un sms diciéndome que gracias por confirmarle lo que ya sabía y que fuera muy feliz en mi vida. Aquella negativa a hablar conmigo me dolió tanto y obsesionó que aun no tengo muy claro si no quiso hacerlo por miedo, porque realmente sentía algo, porque no y no le importaba… ¡no lo sé! Y luego está toda la gente opinando sobre algo que no entienden y aconsejando sin comprender. El caso es que he estado muy mal estos dos últimos años porque, mi apego a ella era enorme, gigantesco, monumental… y no sabía muy bien como dejar de sentir eso que sentía… Tus palabras me ayudan mucho, las comprendo, respeto y admiro… para mi eres una persona muy sabia… y me gustaría que me dijeras como puedo borrar ese apego que aun siento por un fantasma, por una obsesión amorosa o un amor incorrespondido, porque todos me dicen que olvide a esta persona, pero para mi es imposible por mucho que lo intento. Y e probado y meditado sobre las tres técnicas que tu aconsejas y sigo pensando en ella cada mañana al levantarme, cada día al acostarme, cada segundo de mi vida… Comprendo que la paciencia es la madre de la ciencia, pero hay día en que el desánimo puede conmigo y me canso de luchar contra algo que a veces parece aminorar, afianzando mi lucha, y otras veces parece hacerse mas grande con forme lucho contra él.
Soy seguidora de tu blog desde hace algún tiempo y me gusta poner en práctica todo lo que aconsejas pero este apego supera lo insuperable y me desespera. ¡No entiendo como puedo necesitar tanto a una persona que me ha hecho tanto daño! ¡No lo entiendo!
Por eso acudo a ti con la esperanza de mejorar. A ti que eres más sabia y entiendes de apego… ¿Qué me aconsejas o harías en mi lugar?
Una admiradora
Me conmueve tu confianza
ResponderEliminary tu historia.
Pero, como dices, "Y luego está toda la gente opinando sobre algo que no entienden y aconsejando sin comprender".
Como yo misma.
No soy una terapeuta.
De todas formas, es fácil entender el dolor de una pérdida importante, como es una relación de 12 años, tan significativa.
En cualquier caso, sí puedo acompañarte, como amiga.
Ya sabes mi email.
Un abrazo muy fuerte.