domingo, 24 de agosto de 2025

La renuncia.



Eligió como objeto de meditación la renuncia.
Se sentó bajo el cielo cubierto,
receptiva al aire suave en la piel y el canto de las golondrinas o su silencio al vuelo.
Consciente de la quietud, física y mental.
Nada que hacer, ningún lugar a donde ir.

Se planteó la motivación para esta práctica:
la estabilización de la renuncia, la libertad.

En la fase analítica investigó el significado del objeto de meditación.
No renuncias a las cosas o situaciones que se manifiestan
sino a necesitarlas
para ser feliz.
Y, de esta manera, conectar con la libertad que transciende cualquier escenografía.
Renuncias a las cadenas de apegos/necesidades (que generan sufrimiento si no las tengo)
y aversiones/rechazos (que me hacen sufrir si están presentes).
Y por qué no lo hago naturalmente?, se preguntó.
Por qué esta preocupación por la pérdida, como si la vida no continuara en ausencia de cualquier escenario, antes presente, aun virtualmente presente, como una mera idea de posesión.
Por qué la preocupación por las situaciones que no deseo, este dolor?
Por qué le doy tanta importancia a objetos y situaciones innecesarias,
hasta el punto de arrebatarme la paz, la alegría y la salud?
Si le doy tanta importancia a las pequeñas cosas que ocupan mi vida,
más que a la vida misma,
es porque no he reconocido la gran importancia de la vida en sí,
la vida que continúa y transciende a cualquier situación.
Como cuando vives en el amor, que las pequeñas miserias no te afectan ni marcan tus respuestas.
O cuando tienes un objetivo en el que crees, que las pequeñas o grandes dificultades del camino son meros pasatiempos.
Cuando valoras la Vida en su magnitud,
los pequeños apegos, pérdidas, contrariedades,
no tienen la fuerza para desenfocar tu atención, o distraerte.
La renuncia implica despojar de su poder a las manifestaciones traviesas de los maras, a sus pruebas y provocaciones.
Porque la Vida en grande, ese milagro, es lo que acapara toda la atención
y concentración.

La renuncia conecta directamente con el significado de la preciosa existencia humana,
esta oportunidad para despertar,
para la liberación, para sanar definitivamente esta mente enferma (la purificación).

Suelta la meditación analítica y se concentra en la experiencia de libertad,
de amor valiente a la Vida, la alegría de simplemente existir.
La liberación de cadenas y barrotes, que se disuelven como en un sueño que cambia de fase.
Y mora durante un instante eterno en la libertad sin miedos
de la renuncia.

Antes de regresar a la vida mundana
toma la resolución de mantener estabilizada esta experiencia de libertad
a lo largo del día.
Y no olvidarla.



martes, 12 de agosto de 2025

La preciosa existencia humana (3)

 


Las 9 de la mañana y regresa a la sombra del terrado mientras se seca el suelo de casa.
Ha pasado el mocho como si limpiara su mente, del polvo, las semillas contaminantes e impurezas.
Ha cambiado el agua del cubo como cuando medita en la respiración,
desprendiéndose de la suciedad que se disolverá en las cloacas
como el humo negro de la exhalación se aleja y se disuelve en el espacio.
Saldrá pronto de casa y cabalgará la bicicleta camino del mar, cargando esta tristeza.
Ha vuelto a ver esa escena de "La lengua de las mariposas".
Últimamente gran parte de las escenas que le llegan son como nutrientes colmados de aflicción, hirientes.
Este sueño de la crueldad humana, la destrucción, la violencia.
Cuando me toque irme de aquí no me iré triste, repite como un mantra.
Cuál era la meditación oponente?
En la preciosa existencia humana, se responde una vez más.
El amor, el disfrute, la compasión, la empatía, la solidaridad, los cuidados.
La reverencia por la vida.
Como una lucha entre el terror y la bondad.
Te toca quedarte aquí y luchar un poco más, en esta contienda (el odio o la vida).
Pero no te olvidas ni por un momento en qué bando estás.
Que no seas de quienes siembran terror, ira, violencia, resentimientos, culpas, etc,
ni en el mundo grande ni en tu pequeño mundo personal.
Mantente vigilante, si puede ser.

"Compongo estos textos para adiestrar mi propia mente".
Shantideva:
Comprometerse en acciones del bodisatva.
Compendio de adiestramientos.





martes, 5 de agosto de 2025

La preciosa existencia humana (2)

 


Puedes hacer tu propia lista de disfrutes:

- El placer de encontrar a la luna en cuarto creciente
desde la hamaca en el terrado, al frente, en el cielo abierto,
o bien en el marco de la ventana, al abrir la puerta de casa.

- El placer del despliegue de la puesta de sol sobre el horizonte de montaña,
una sucesión de nubes como líneas paralelas, rosas, grises, naranjas, azules y violetas.

- El placer del aire de la montaña en la piel, el canto y el vuelo de las golondrinas.

- El placer de hacer y degustar la crema de remolacha recién aprendida, con jengibre y limón.
El hummus de aguacate.

- El no-miedo, el arrojo, la confianza.

- El placer del día vacío, el retiro, el refugio,
la lectura, la escritura, la contemplación.

- El placer de salir de casa sabiendo que volverás y aquí seguirá,
disponible, abundante, como un cofre de experiencias profundas.

- El descanso, rendirse, la entrega.
El viaje a la mente sutil.

- La cortina de fuego en que se ha convertido el cielo sobre la montaña del Tibidabo.

- El brillo de la luna, más poderosa conforme cae la noche
y el espacio celeste pierde su luz.

Cada día hace una lista de los regalos de la jornada.
Y a lo largo de la jornada también va tomando nota sobre la marcha.
Los celebra.
El aroma del café que encuentra al despertarse flotando en la casa,
de alguna vecina que se anticipó.
La tortilla de guisantes con ajos tiernos y romero de Collserola,
los ingredientes ecológicos, los cuidados, la ofrenda.
Las notas del saxo tenor que vuelan desde alguna ventana del vecindario.
El silencio.
El amor.
La sabiduría de desaparecer.
Esta preciosa existencia humana.


Leyó:

Para desarrollar el espíritu de la iluminación, básicamente son importantes dos cosas:
1. Meditar en sus beneficios, temporales y definitivos.
2. Intensificar el deleite que proporcionan esos beneficios
y, ya mismo, la propia meditación,
desde lo más profundo del corazón.
Deleitarse desde lo más profundo del corazón.
Las causas que empezarás a crear son inagotables (en tu actitud, acciones, experiencias).
Tu manera de vivir cambia.
Tú cambias.

(De El Gran Tratado de los Estadios en el Camino de la Iluminación,
Lama Tsongkapa).




domingo, 3 de agosto de 2025

La preciosa existencia humana.

 



¿No te has cansado de oírte decir tantas veces "Tanto esfuerzo para tan poco"?
Con la práctica del dharma la frase puede darse la vuelta:
"Tan poco esfuerzo para tanto".
(Ecos del pasado)

Hay momentos en que lo sientes así:
Nada que hacer, ningún lugar a donde ir (esfuerzo cero),
y la alegría de vivir es tan profunda...
Tan poco esfuerzo para disfrutar tanto
de esta preciosa existencia humana.
Qué ha pasado para que de repente no hagan acto de presencia aquellas viejas afirmaciones, tan familiares:
"Esta vida tampoco es como para tirar cohetes",
o bien, "No me voy a ir triste de aquí, llegado el momento".

Recuperaba aquel viejo objeto de meditación
del baúl de los recuerdos de su trayectoria.
Entonces, tomaba aquella meditación del lamrim, en la preciosa existencia humana
y sentía brotar la alegría como una fuente serena y abundante,
la fortaleza, la confianza.
Ningún mara la subyugaría, ningún infierno.
Esta preciosa existencia humana como el mejor dojo para el aprendizaje, la práctica, la estabilización.
Contemplar cómo se desarrollan los reflejos, la anticipación, la mirada periférica, la visión.
El no-dolor. El no-miedo.
El gran gozo de la disolución, como agua vertida en agua.

Entonces, cuando viajaba, se llevaba el cinturón negro, para no olvidar
(la responsabilidad, el compromiso, la consideración y el sentido del honor)
y el cinturón blanco, también para no olvidar
(la mente de principiante, el largo camino por delante
lleno de aventuras y realizaciones por descubrir).

Ayer es hoy mismo.
Todo está aquí.



jueves, 10 de julio de 2025

Verano 2025.

 


El cielo se ha cubierto, y es un respiro para las criaturas aquí abajo.
No sabe de dónde procede esta debilidad, quizás de la pereza,
o la pereza de la debilidad.
Pero el hecho es que siente que ya está bien donde está.
En lo alto de la atalaya, este mirador,
el aire gris a las 9 de la mañana,
a ratos como un abanico invisible, refrescante.
El concierto de golondrinas y vencejos.
El libro, un cofre de cuentos milenarios japoneses,
donde el mundo sin forma se hace uno con el mundo de la forma,
transcendiendo las apariencias.
La libreta donde verterse, esta eterna indagación.
Nada que hacer, excepto la contemplación;
ningún lugar a donde ir.
Pero sólo es así en el instante eterno,
después de un instante eterno aparece otro:
el camino hacia la bicicleta, pedalear el trayecto al gimnasio,
los estiramientos, los ejercicios tonificantes,
los encuentros, el interser.
El baño en el mar,
desplazarse en la piscina, una y otra vez, bajo el planear de las gaviotas,
aligerado el cuerpo de su peso, el descanso, los cuidados.
Cuidar el cuerpo como cuidas la casa, el hogar sagrado, mimarlo, amarlo,
la manifestación en sí misma, el nirmanakaya.

Nada que hacer, tan lleno.
Ningún lugar a donde ir, tantos
aquí mismo.
Silencio, un instante para el silencio
y la quietud.
Celebrar el silencio y la quietud,
volcarse, desaparecer.

Entre celebraciones, tantas celebraciones sociales (cumpleaños, aniversarios)
en el culto al yo pequeño, a la pequeña historia,
nutriendo la red de afectos que nos sostiene,
entre celebraciones y brindis por el interser
persigue espacios para la celebración del no-ser,
la disolución, el descanso
definitivo.
Aquí mismo.



lunes, 23 de junio de 2025

He llegado, estoy en casa.

 


Dar cada paso no para llegar a algún lugar
sino como si ese mismo instante fuera el objetivo, el propósito.
Thay dice: Lavar los platos no para que estén limpios, sino sólo lavarlos.
Y también dice:
He llegado, estoy en casa.

Hacer cada cosa a lo largo del día no como un trámite o una gestión
sino como un ritual en sí mismo. La celebración.
Aquí y ahora, al salir de la cama, al lavarte los dientes o preparar el desayuno,
entonces también la temperatura del día en la piel, el canto de los pájaros
como la banda sonora, este cuerpo presente,
y la mente, la contemplación.

En su viaje en el barco, el autor menciona el aburrimiento:
Estaban las formas de las olas y de las nubes, los colores del cielo, la brisa,
pero no había poetas para contemplarlo.




miércoles, 11 de junio de 2025

La impermanencia, la vulnerabilidad.

 


La vulnerabilidad.
Si ya nos estamos yendo.
Esta nube en el cielo no es la misma que la de hace unos instantes.
No permanece siendo la misma ni un sólo segundo.
La impermanencia es parte de su naturaleza, de su esencia.
Es lo que es
la nube, mera impermanencia.
Pero también es más cosas.
Y ahí está, cambiando, siendo otra en cada fotograma,
hasta su disolución en el espacio vacío y claro.
Así este cuerpo y esta mente, una nube en proceso de disolución.

Toma el antiinflamatorio como toma la papaya o el zumo de limón en el agua tibia,
como si fuera el néctar sagrado, que lo es.
Aquella gota que atraía del pequeño bote con la yema del dedo corazón y disolvía en su paladar,
en los rituales del alto yoga tantra,
y luego en su santuario personal.
Entonces compartía la ceremonia con su hija pequeña, ligeramente modificado,
el néctar sagrado convertido en un nutriente de "salud, sabiduría y amor".
Ahora convierte la cápsula, como los trozos de piña en su plato,
en el néctar sagrado: salud, sabiduría y amor.
Inshal.lá.
Que se haga tu voluntad.
Qué otra cosa podría ocurrir?
Ninguna que tenga que ver con tu voluntad personal.
Así que regresa a su viejo mantra, otro: "Quítate de en medio".
Pequeño yo, no tienes nada mejor que hacer que la entrega. La rendición.

Cuando era pequeña vio una viñeta que la conmocionó profundamente.
Minimalista, apenas unos trazos de lápiz.
En un inmenso océano vacío, la página en blanco,
las protagonistas son dos olas, una pequeña y otra gigante.
En el bocadillo, la ola grande le dice a la pequeña: 
"No te da vergüenza ser tan poca cosa,
mientras yo soy grande, fuerte y poderosa".
En el trazo, tanto la ola pequeña como la grande ya están iniciando su retorno al mar.

Luego leyó el soliloquio de Segismundo en La vida es sueño, de Calderón.
Y más tarde, cuando empezó a escuchar las enseñanzas budistas, le pareció entender mejor.

Mientras tanto, la vulnerabilidad, la impermanencia,
porque las condiciones no dejan de cambiar,
y el conjunto de condiciones de un momento dado
propicia la manifestación en ese momento,
y conforme las condiciones cambian la manifestación cambia.
Y sobre las condiciones, algunas parece que están en tus manos,
otras, explícitamente no.

Mientras tanto, la ola (grande o pequeña)
continúa imparable su trayecto de retorno
al océano.