martes, 21 de octubre de 2025

El amor es la atracción espontánea a la Unidad que somos.

 


Morihei Ueshiba sentía que había algo que no acababa de identificar en su práctica del aikido
(a pesar de su técnica, dicen que imbatible).
Hasta que un día cuando golpeaba el aire en solitario con su bokken
sintió algo extraño que él mismo describió como "temblar el universo",
"un espíritu alado que envolvía su cuerpo,
estando plenamente consciente del espíritu de Dios".
En aquel momento, el maestro Ueshiba comprendió que la fuerza de las artes del budo
es el amor a Dios
y el espíritu de una protección de amor
que llega a todos los seres humanos.

(Los grandes maestros del Budo. José María Fraguas).


Era el mes de septiembre y ya se había convertido en un hábito irse unas semanas de retiro, preferiblemente en soledad.
Alguna vez había pedido una caseta en la zona de aislamiento en la montaña del monasterio budista tibetano de Dag Shang Kagyu, en Panillo, Huesca.
Otras veces una celda en un convento católico, de monjas de clausura, en Sigena,
o en el Santuario del Pueyo.
En esa ocasión el monje budista tántrico Lama Djampa Gyatso (Idili Lizcano)
le había ofrecido un refugio de madera en la Garrotxa.
A su amigo le parecía que iba a estar demasiado tiempo aislada y que podría ser duro.
Recuerda que estoy contigo, se despidió, con un fuerte abrazo.
Y si necesitas que pase a recogerte en cualquier momento me lo dices y allí estaré.
Ella se sorprendió.
Pero qué dices? ¿Sola? ¿Duro?
Pero si voy a mi luna de miel con Dios.

Desirà l' amic soliditat
i anar a estar tot sol
per çó que hagués companyia de son amat,
ab lo qual està tot sol
entre la gent.

(Ramon Llull)


El amor sagrado tiene una gran fuerza, dice Consuelo Martín,
una fuerza desconocida en la vida habitual.
Generalmente, el amor movido por las emociones es egocentrado, busca conseguir algo.
Quizás la valoración, sentirte especial o simplemente evadirte de otras cuestiones.
A ese juego falso le llamamos amor y con ese sustituto nos conformamos mientras desconocemos el verdadero.
Desde luego, los seres humanos preferimos ese sentir interesado y egoico al odio.
Y así vamos atravesando la vida con sucedáneos, sin tocar el Amor.
El amor, para ser verdadero, ha de ser la atracción espontánea
a la Unidad
que somos.




domingo, 19 de octubre de 2025

Personas mayores que viven solas.

 



Tenía ochenta y muchos años y la veía venir a su baño diario en el mar.
Sonreía mucho.
Aquel día coincidimos en el vestuario, como tantas otras veces.
Qué, ya vas a la playa?, le pregunté.
Sí, dijo, pero solo a caminar, hoy no me baño.
Vengo del dentista, que me tenía que hacer una extracción y me ha sacado nueve piezas de golpe -dijo, con su sonrisa inmutable-. Me ha dicho que no me bañe en el mar hoy, por el riesgo de infección, si me entra agua.
Luego me contó que un par de noches atrás se había desmayado en casa,
perdió el conocimiento pero luego regresó, bromeaba.
Lo que más me duele es pensar en la cantidad de personas mayores que viven solas, comentó.
Yo también vivo sola pero yo soy fuerte.
A punto de cumplir los 90 y mírame, yo soy fuerte.
Lo que más me entristece es pensar en la cantidad de personas mayores que viven solas
y si les pasa algo, un desmayo, lo que sea, nadie se entera.
Luego se despidió y se fue a la playa a caminar por la orilla
con los pies descalzos, que le sienta tan bien.
Era un día de cielo cubierto, bien entrado el otoño.

A veces te encuentras con personas que son un derroche de sabiduría, compasión y amor,
lo cual seguramente es lo mismo.
Quizás no se adscriben a ningún camino espiritual, las mueve el simple sentido común.
El budismo es mera sensatez, decía Nichiren Daishonin.
Nadie lo ha inventado, es como la vida es.
Pero hay personas que no han escuchado o leído enseñanzas budistas
y respecto a las religiones que conocen, tienen sus reservas, dadas algunas trayectorias históricas.
De dónde sacan esa fortaleza y el coraje para vivir sin miedo?
Del amor, solo del amor.
No hay otra fuente de energía para mantener la vida
que funcione como funciona el amor.
El amor que te fulmina como un rayo (todos los miedos egocéntricos)
y te hace grande.





viernes, 17 de octubre de 2025

Sobre la salud y la enfermedad.

 


Vivir como en un viaje.
Y vivir
el viaje.
Un viaje de autodescubrimiento, un "pilgrimage", una peregrinación.
Pero un viaje al fin. La misma provisionalidad.
Usas las cosas, aquí y ahora; luego no estarán.
Usas el cuerpo, de la misma manera, este vehículo.
Lo cuidas, dentro de tus posibilidades;
a veces parece que lo haces bien y otras no tanto.
Caminas por la casa, tan provisional.
Como este cuerpo, otra casa.
También se quedará aquí, pero mientras te toque ser la cuidadora, ya sabes tu función.

Lama Zopa Rimpoché dice:
"No tener una enfermedad grave ahora es lo mismo que tenerla.
La muerte puede aparecer en cualquier momento".
Y de hecho, aparecerá.
Para el acontecer del universo, da igual que ocurra unos años antes o después.

"Nuestro apego (al cuerpo y a todo lo demás) está basado en un concepto de alucinación".

"Estar sana o no estarlo es prácticamente lo mismo,
si usamos todo lo que experimentamos para beneficiar a otros seres vivos".
Si toca la salud, qué hermosa experiencia de plenitud física, si eres consciente,
y si no toca, qué hermosa oportunidad, también.

"Tenemos la oportunidad de usar nuestra enfermedad para ir de felicidad en felicidad,
hasta la felicidad absoluta de la iluminación total".

(Curación definitiva. Lama Zopa Rimpoché).





domingo, 5 de octubre de 2025

La epifanía.

 



El autor y protagonista de la novela salió a la calle cuando sintió ese gran temblor y explosión,
para ver los efectos de lo que debía ser otra bomba, que ya era parte de la vida cotidiana en esta guerra.
Pero esta vez el escenario era devastador, aún más de lo habitual, diferente.
Se puso a caminar y era como una visita a los infiernos,
casas y calles destruidas, cuerpos sin vida, supervivientes con caras quemadas, hinchadas, deformadas.
Era poco más de las 8 de la mañana del día 6 de agosto de 1945, en Hiroshima.
El protagonista camina contemplando con atención este paisaje infernal,
aparentemente sin salida, sin refugio seguro a donde llegar.
Y de repente tiene lugar lo que él llama una "epifanía", la liberación,
como si tocara con las yemas de los dedos la alegría definitiva.
Así lo recuerda el autor, que vivió en primera persona los efectos devastadores de la primera bomba atómica en este planeta.
Ella pensó:
Si puedes vivir una experiencia mística tan transcendente en una situación como ésta,
la puedes sentir en cualquier lugar, en cualquier momento, no importa la intensidad del dolor.
Desde entonces siente que esa puerta está accesible en cualquier instante del día,
no importa la situación.




lunes, 29 de septiembre de 2025

Consumo consciente.

 


El último de los cinco entrenamientos de Thich Nhat Hanh consiste en el consumo consciente.
De qué me alimento (comida, conversaciones, información, cultura, pensamientos...),
qué nutrientes elijo en mi vida.
¿Me hacen más fuerte, sabia y feliz
o me debilitan?
Qué semillas nutre en mí cada objeto de consumo,
las de la alegría y el amor
o las del miedo?

Quizás te lo planteas de otra manera:
Dónde busco la fortaleza, dónde encuentro mi refugio en medio de las adversidades,
o bien, qué situaciones disfruto en mi día a día,
qué le da sentido a mi vida?

Cualquiera que sea la pregunta, es una buena pregunta
y merece la pena prestar atención a las respuestas.


PD: No se trata de vivir fuera del mundo
sino de ser consciente de cómo nutres
y gestionas
los aconteceres de este mundo
y de esta vida.




martes, 9 de septiembre de 2025

Sobre el retiro y el regreso a la vida diaria.

 



Previamente a la sesión de meditación, la maestra explicaba el motivo de las periódicas propuestas de retiro, que podías llevar a cabo también por tu cuenta, organizándolas en base a tus circunstancias personales.
Decía:

¿Comprendes la necesidad del retiro en soledad?
Necesitas la soledad, la meditación y la lectura o cualquier otro nutriente inspirador
para generar la bodichita, o la renuncia, la compasión, la liberación,
lo que sientes en un momento dado como tu tabla de salvación, el refugio.
Nutrirlo en soledad.
Integrarlo, estabilizarlo, darle fuerza
hasta que circule por la sangre en tus venas o el oxígeno en tu cuerpo.
Por eso el retiro.
A solas o bien con el apoyo de la sangha, las condiciones que comparten tu visión
y la favorecen.

Y tan importante como el retiro es, luego, la interacción,
el terreno de práctica (esa otra práctica), la prueba del algodón.

Pero has de estar presente en cualquier situación:
en el retiro (sin distracciones, conscientemente presente)
y en la interacción,
testigo sin juicio del dolor que mueve tus actos,
y también cuando no es así,
cuando duele menos
o menos tiempo.
Y cuando ya no duele.




jueves, 4 de septiembre de 2025

Sobre la fortaleza y el amor.

 


Reivindicas la fortaleza cuando aún no estás en la alegría y el amor.
Desde el amor no necesitas ser valiente, todo fluye de manera natural.
No existe amenaza de la que protegerse.
Desde el amor la ecuanimidad lo abraza todo
y la no-dualidad no es un terreno que explorar, es
como son las cosas.
Desde el amor (universal) no hay miedo, ni sufrimiento.
Escríbelo en un papel con letras muy claras y ponlo en la puerta de la nevera, decía Guenla Kunsang:
"Si amas, no sufres. Si sufres, no amas".

Quizás lo cuestiones, esto que digo.
No lo digo yo sola, lo dice Kunsang, el Dharma y muchas otras tradiciones,
espirituales, filosóficas, incluso psicológicas si me apuras.
Quizás lo cuestiones porque no se adecúa a la experiencia de amor que conoces,
imbuida de celos, control, miedos, preocupaciones, 
sufrimiento en definitiva.
Quizás pienses que esto que digo puede ser válido para el denominado "amor espiritual",
pero no para el amor mundano.
Que le falta el apellido (espiritual, universal).
Pero el amor es amor, sin marca de familia.
O es amor o no lo es, y entonces es otra cosa:
miedo a la soledad, necesidad de control, exigencias narcisistas,
rechazo a que sufran los "tuyos", egocentrismo... Ponle nombre.

El amor, en cualquier situación y circunstancia (mundano, espiritual) es amor.
Y te iguala (no eres más, ni tienes más derechos que la otra persona).
Te cambia (sus intereses son importantes, su felicidad y su libertad, no sólo las tuyas).
Y eventualmente te fulmina como un rayo,
y el yo ilusorio desaparece.
Te hace libre.

Llegada a este punto cerramos el círculo y estamos en el lugar donde empezábamos.
Quizás ahora necesitas la fortaleza para afrontar la vida; está bien, hazte fuerte.
Cómo?
El amor te ayudará a desarrollar fortaleza,
la compasión
te ayudará
(la compasión que te iguala;
no es una cuestión individual, todos los seres mortales compartimos la misma realidad sufriente).
Y, para tu sorpresa, una vez que has llegado al amor, 
la fortaleza es como una barca que te ha llevado a la otra orilla.
Y una vez que estás en la otra orilla ya no necesitas cargar con la barca, que ya ha cumplido su función.

Desde el amor no necesitas ser valiente para afrontar las situaciones duras que no deseas
porque la ecuanimidad te permite fluir de una manera natural en la no-dualidad.

Ya sé que suena tópico pero parece ser así:
que el amor es el camino.
Y quizás no hay otro.



Dedicatoria:
Que el resto de la vida que me queda por vivir
el amor sea la bandera
y el timón.
No el miedo.
Ni el ego.