martes, 4 de junio de 2024

Ser o no ser.

 


Qué buscas en una pareja?
O en una sangha.
O en un maestro o maestra, en una guía espiritual.
Básicamente, podría decirse que hay dos caminos:
uno es el sentido de pertenencia,
de ser alguien para alguien, en algún lugar.
El otro es la vivencia de desaparecer, la disolución.

Ser alguien, alguien importante y significativo.
O bien dejar de ser.


Dices que lo que buscas en una pareja es el amor,
y seguramente algo de eso hay, también.
Pero mira si lo que buscas por encima de todo es poder realizar tu proyecto de vida.
Con alguien cuyo proyecto de vida coincida con el tuyo
(lo cual no es muy difícil, en este mundo tan programado).
Con un compañero o compañera de viaje a veces es más fácil, reconozcámoslo.
Y sin esa persona, a veces ni siquiera es posible, en algunos casos.
Y si se da, algo de cariño surge, claro, por hacer posible que se realice
tu plan de vida.
Y si hay aristas en las que no coincide, te sentirás legitimada para cambiar a la otra persona.
Y dirás que es por "amor".
Por amor el control, la exclusividad, la insatisfacción, los celos, etc.
Por amor (al menos por esa palabra, como bandera)
se han cometido auténticas atrocidades, torturas, maltratos y hasta asesinatos.
Igual que por la palabra "Dios".
Pero en ningún caso puede ser la experiencia de Amor, o de Dios,
la que te lleve a actuar de esa manera.
Cuando no se respeta la libertad
o la felicidad
de la otra persona.

O quizás buscas en una pareja la gratificación de sentirte "amada", elegida, 
deseada, visibilizada, apreciada, ser alguien para alguien.
Y lo mismo en lo que respecta a una sangha.
Eres aceptada, formas parte de un grupo,
quizás reconocen tus méritos y habilidades
e incluso llegas a ser alguien importante, un modelo o un referente.
Eres alguien para alguien.
Y si un maestro o maestra te acepta, te ve, reconoce tus potenciales, más de lo mismo.
Eres alguien para alguien.

Pero también puede ser que en una sangha encuentres la experiencia de comprender, amar
y desaparecer.
El terreno fértil para la práctica.
La humildad.
La vivencia del pequeño yo que se disuelve
y no necesita brillar.
La vivencia de la comprensión/amor que te fulmina.
El amor que te desintegra como un rayo, la entrega que te disuelve,
como agua vertida en agua.

Y lo mismo en cualquier otra relación, incluida la relación de pareja (por ponerle un nombre).
Y entonces lo que buscas en la intimidad ya no es el reconocimiento,
ser elegida o ser alguien para alguien.
Porque en la intimidad tiene lugar de una forma profunda la vivencia
de la unión
del gran gozo y la vacuidad.
Otro nombre para el orgasmo es la "petite mort",
la experiencia de disolución y muerte
en el gran gozo amoroso
que te disuelve.
Pero el amor no tiene un objeto exclusivo, al que generar apego;
el amor se proyecta en todas direcciones,
te fulmina como un rayo y te disuelve
como agua vertida en agua.

Vívelo como una meditación y verás que no tiene nada que ver con el apego,
ni con el control, la exclusividad, las exigencias y condiciones.
Hacia nadie (ni hacia ti misma ni hacia la otra persona).
Porque no queda nadie.

Así que, al final, lo que buscas en una pareja (o cualquier otra relación),
en una sangha o una guía espiritual,
puede ir en dos direcciones opuestas:
ser alguien (esa ilusión que tanto nutre al pequeño yo)
o no ser nadie.
El deleite de la disolución.
Eso que llaman la unión 
del gran gozo
y la vacuidad.




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