Comer bien es comer con conciencia, gratitud y compasión.
Podemos comer de manera tal que “dejemos de contribuir al cambio climático y ayudemos a curar y preservar nuestro precioso planeta”. Esto implica reflexionar profundamente sobre lo que compramos y lo que comemos.Lo que compramos y comemos puede contribuir al cambio climático o puede ayudar a detenerlo.
Comer es una oportunidad de nutrir nuestro cuerpo con las maravillas del cosmos, a sabiendas de que no estamos destruyendo la tierra al hacerlo. ![]() “Como familia espiritual y familia humana, todos podemos ayudar a evitar el cambio climático con la práctica de comer de forma consciente. Hacerse vegetariano puede ser la manera más eficaz de frenar el cambio climático. Ser vegetariano ya es suficiente para salvar el mundo.”
(De la carta de Thich Nhat Hanh en Blue Cliff, 2007)
![]() El maestro budista vietnamita y activista por la paz Thich Nhat Hanh nos invita a recordar cinco argumentos, como una oración, antes de empezar a comer, mientras contemplamos los alimentos que nos van a nutrir sobre la mesa. Las Cinco Contemplaciones.
1. Esta comida es un regalo del universo entero: de la tierra, del cielo, de numerosos seres vivientes y del trabajo duro y amoroso de muchas personas.
2. Comamos con gratitud y plena consciencia para ser dignos de recibirla.
3. Reconozcamos y transformemos nuestras formaciones mentales insanas, especialmente la avidez, y aprendamos a comer con moderación.
4. Mantengamos viva nuestra compasión de forma que reduzcamos el sufrimiento de los seres vivos, dejemos de contribuir al cambio climático y ayudemos a curar y preservar nuestro precioso planeta.
5. Aceptemos este alimento con el fin de nutrir nuestra hermandad, construir nuestra comunidad y alimentar nuestro ideal de servir a todos los seres.
![]() Los centros y retiros de práctica de Plum Village (el centro budista de residencia de la comunidad de Thich Nhat Hanh) siempre han sido vegetarianos y desde 2007 también son veganos. En octubre de 2007, Thay escribió su famosa carta en el monasterio Blue Cliff, donde explicó por qué la comunidad se estaba convirtiendo en vegana para nutrir la compasión y ayudar a salvar el planeta.
“Los productos lácteos y los productos derivados del huevo (…) son productos de la industria cárnica —escribió—. Si dejamos de consumirlos, dejarán de producirse. (…)
Según estudios de la Universidad de Chicago, un vegano emite aproximadamente 1,5 toneladas menos de dióxido de carbono a la atmósfera cada año que una persona que come carne.”
Esto es lo que Thay recomendó: “Las comunidades deben ser valientes y tomar el compromiso de ser vegetarianas al menos 15 días cada mes. Si podemos hacerlo, sentiremos una sensación de bienestar. Tendremos paz, alegría y felicidad desde el momento en que tomemos este voto y compromiso”.
Desde que Thay escribiera esa carta hace seis años, la ONU ha hecho un nuevo llamamiento para un cambio global hacia una dieta libre de carne y lácteos.
(Publicado el 15 de enero 2014 en plumvillage.org.)
![]() Por qué nos propone Thich Nhat Hanh dejar de comer carne y pescado (la alimentación vegetariana) y aún más, empezar a reducir y abandonar los productos de origen animal como los lácteos y los huevos (la alimentación vegana)?
Por una parte, se trata de motivos de salud, no sólo en cuanto a los propios perjuicios de las grasas saturadas y del exceso de proteínas animales, sino por las toxinas añadidas en la industria cárnica, tanto en la propia alimentación química de los animales criados para el consumo humano como por los antibióticos administrados a los animales (para evitar que se propaguen las enfermedades en su hacinamiento en campos de concentración), hormonas (para aumentar el peso y el agua en la carne), etc.
Pero también por motivos éticos, ya que la industria cárnica ha dejado de considerar a los animales como tales (como seres vivos) para pasar a tratarlos como meros productos de consumo, con unas condiciones de vida deplorables, en hacinamiento y maltrato, tanto en la crianza como en el transporte y la forma de matarlos.
La alternativa budista consiste en intentar llevar a nuestra mesa una alimentación libre del maltrato y el sufrimiento ajeno. Una alimentación consciente y compasiva.
Y eso es posible porque la Tierra nos ofrece productos como las semillas, frutas, verduras, cereales o legumbres más que suficientes para mantener una buena salud y para alimentar a todos los seres del planeta.
![]() Pero Thich Nhat Hanh va mucho más allá, tal como explica en su libro “Un canto de amor a la Tierra”.
Transcendiendo el enfoque científico, que se centra en la destrucción de los ecosistemas o la desaparición de las especies, Nhat Hanh profundiza en el aspecto más esencial, que tiene el potencial de crear un verdadero punto de inflexión: superar el concepto de “medio ambiente”, ya que éste nos lleva a sentirnos separados de la Tierra y a ver el planeta únicamente en términos utilitarios, desde una visión antropocéntrica.
Rechazando enfoques economicistas convencionales, “Un canto de amor a la Tierra” nos enseña que para cumplir nuestros deseos de mantener una vida sana y alimentarnos correctamente, así como para liberarnos de nuestra adicción al consumismo, proteger la naturaleza y atenuar el cambio climático, necesitamos la plena conciencia, una revolución espiritual que otorgue sentido y conexión a nuestras vidas, porque nuestra felicidad personal está indisolublemente unida a la felicidad de nuestro planeta.
En resumidas cuentas, no se trata sólo de “cuidar el planeta” por el bien de futuras generaciones o para nuestro propio beneficio, sino de ver el planeta como nuestro propio cuerpo. O, si quieres, comprender que nuestro cuerpo es parte del cuerpo el planeta, y del cuerpo cósmico en general.
Lo que le hacemos a nuestro cuerpo se lo estamos haciendo al cuerpo cósmico y lo que le hacemos al cosmos, o al planeta (a los campos, los bosques, los mares y los ríos, los animales y el resto de los seres que lo habitan) se lo estamos haciendo a nuestro propio cuerpo.
Nuestra salud y la salud del planeta no están separadas.
Si te importa tu salud personal has de cuidar la salud del planeta, porque es la misma.
![]() “Gran parte de nuestro miedo, odio, ira y de nuestros sentimientos de separación y alienación se derivan de la idea de que estamos separados del planeta. Nos consideramos el centro del universo y nuestro interés se centra casi exclusivamente en nuestra supervivencia personal. Y, cuando nos preocupamos por la salud y el bienestar del planeta, lo hacemos de un modo interesado. Queremos que el aire sea lo suficientemente sano para poder respirarlo, y queremos que el agua sea lo suficientemente limpia para beberla. Pero, para cambiar la relación que mantenemos con la Tierra, no basta con limitarnos a emplear productos reciclados o colaborar económicamente con grupos ecologistas. Tenemos que cambiar por completo la relación que mantenemos con la Tierra.
Vemos la Tierra como un objeto inanimado porque nos hemos alejado de ella. Y también nos hemos alejado de nuestro cuerpo. Son muchas las horas del día que pasamos sin ser conscientes de nuestro cuerpo. Estamos tan atrapados en nuestro trabajo y en nuestros problemas personales que nos hemos olvidado de que somos algo más que nuestra mente. Muchas de nuestras enfermedades se derivan, precisamente, de este olvido de nuestro cuerpo. Y también nos hemos olvidado de la Tierra, es decir, de que la Tierra forma parte de nosotros y que nosotros formamos parte de ella.
Si contemplamos atentamente una hoja de hierba o un árbol, veremos que no son mera materia. La hoja y el árbol poseen su propia inteligencia. Una semilla, por ejemplo, sabe cómo crecer y convertirse en una planta con hojas, flores y frutos. Un pino no es sólo materia, sino que también posee su propia inteligencia. Una mota de polvo no es sólo materia, ya que cada uno de sus átomos es una realidad viva que posee su propia inteligencia.
![]() Si consideramos a la Tierra como un organismo vivo, podremos curarnos a nosotros y curarla también a ella. Cuando nuestro cuerpo físico está enfermo, necesitamos hacer un alto, descansar y prestarle atención. Tenemos que detener nuestro pensamiento y emplear la inspiración y la espiración para regresar al hogar de nuestro cuerpo. Cuando veamos nuestro cuerpo como un milagro, veremos también a la Tierra como un milagro y empezaremos a cuidar su cuerpo. Cuando volvemos a nuestro hogar corporal y cuidamos de nosotros, no sólo sanamos nuestro cuerpo y nuestra mente sino que también contribuimos a la sanación de la Tierra”.
(De “Un canto de amor a la Tierra”)
Otras frases y reflexiones del libro “Un canto de amor a la Tierra”, de Thich Nhat Hanh: ![]()
![]() Votos y compromisos de amor a la Tierra.
![]() De la web de salud natural Crecejoven. |
jueves, 3 de septiembre de 2015
Comer bien, comer conscientes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Una entrada estupenda, gracias
ResponderEliminar:)
EliminarNo creo que la tierra se pueda salvar,este mundo ya se hizo mal de fabrica,lleno de violencia y sufrimiento.Muy lindo ese pensamiento de amar a la madre tierra pero creo que no va con la realidad.La dura realidad es que este mundo es una prision.Es un mundo hecho para sufrir y donde todos se comen entre todos.Los leones no van a dejar de comer zebras porque yo me haga vegetariano.
ResponderEliminarEste es un mundo de violencia y no de paz,no depende de nosotros,es la naturaleza de este mundo.
Y quizas la muerte sea nuestra unica esperanza para por fin librarnos de este mundo tan horrible.
Bueno, es una manera de verlo.
ResponderEliminarLos leones no van a dejar de comer cebras pero quizás los seres humanos podamos dejar de torturar a los animales, de maltratar la tierra y a nosotros mismos.
Quizás la naturaleza de este mundo es la violencia, como dices, pero también es paz.
Y la experiencia personal nos dice que cuando reducimos la crueldad y el odio aumentamos nuestra paz (interior y exterior) y bienestar.
En fin, un fuerte abrazo.
Te deseo lo mejor.
Saludos desde Bogotá. Gracias MArie por compartir tanta info tan valiosa.
ResponderEliminarCon respecto a los ultimos comentarios creo que este mundo no está inmerso solo en violencia, tenemos que recordar que la dualidad existe y es una ley universal de la cual nada escapa (el Taoismo tenia muy claro esto). Creo que cada quien debe encontrar sus propios equilibrios, y encontrar los que mas sean saludables, y no enfermizos; creo que la paz interior es la base de una vida saludable así como los habitos alimenticios, y gracias a este post hace unos meses dejé de comer carnes rojas y queria agradecerte MArie por compartirlo, y al maestro Thich Nhat Hanh donde sea que esté, mil gracias y abrazos de Luz.. !
Muchas gracias por compartir. /\
ResponderEliminar