sábado, 25 de enero de 2014

La nube.








Le gusta la noche.
La bolsa de agua caliente bajo el edredón. El abrazo
de calor. El silencio.
El cuerpo abandonado.
Nada que hacer. La mente abandonada. Nada que resolver.
Le gusta cuando llueve en la noche. El sonido de la lluvia al tocar el suelo del balcón y los cristales, o la persiana bajada.
Le gusta la tarde después de la lluvia, los sonidos de la tarde.
Las niñas al volver de la escuela, de paso por la calle. El perro que ladra siempre su soledad.
Le gusta la soledad en casa. En la cafetería, a la hora del desayuno. En la playa, cuando las olas susurran sus secretos.






Le gusta soltar. Soltar todos sus yos, los personajes que la ocupan en esta experiencia humana. Abrir este cuerpo en canal, como un escenario teatral donde todos los personajes caen desvanecidos. Y mirar por la rendija donde habita eso que llaman el ser, o el testigo, o el buda, o Dios.
Ser el ser que contempla las idas y venidas kármicas sin inmutarse.







Le gusta respirar y, al cerrar los ojos, sentir este cuerpo como una nube de energía en proceso de disolución.
Cuando me esté yendo -siente, como una oración- que pueda cerrar los ojos y ser una nube en proceso de disolución.
No llores. No me retengas. Recuerda que siempre quise dejarme llevar por la libertad que fluye.
Y si alguien ve un cuerpo aún de utilidad, que lo reparta a trocitos entre aquéllos que puedan necesitarlo. El resto, que sea quemado en un fuego de purificación. Como si hubiera algo que purificar. No hace falta lápidas. Y si alguien quiere recordarme, que sea con las palabras de García Calvo: Libre te quiero. Ni de Dios ni de nadie. Ni tuya siquiera.
Ni de Dios, ni siquiera mía.
Sobre todo, no mía.
Libre, me quiero.





7 comentarios:

  1. Con lentes oscuros, no se ve la luz. Abrazo.

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  2. Gracias por ser ....
    Hacen mucho bien tus escritos.

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  3. Gracias por compartir.
    Abrazo fuerte.
    Y buen fin de semana, radiante de sol.

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  4. LINCE IBERICO, Abrazo. Primo.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Lynx_pardinus

    El lince ibérico (Lynx pardinus) es una especie de mamífero carnívoro de la familia Felidae, endémico de la península ibérica.

    Actualmente sólo existen dos poblaciones en Andalucía aisladas entre sí con un total de algo más de 300 individuos en aumento,3 más otra en los Montes de Toledo de unos quince individuos y por ello escasamente viable, lo que lo convierte en el felino más amenazado del mundo.

    En peligro crítico (UICN)

    ...

    Heronan Tapia

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  5. El águila real ibérica (Aquila chrysaetos homeyeri) es la subespecie de águila real que habita la Península Ibérica.

    Dimorfismo sexual

    Los sexos del Águila Real son semejantes en cuanto al color del plumaje, pero las hembras son algo mayores que los machos y parecen bastante más pesadas. También en el carácter y en las actitudes puede haber alguna distinción de manera que permitan la separación de los sexos, ya que ésta no es posible atendiendo sólo al color del plumaje. En general, pare siempre que el macho se muestra más nervioso en su conducta, estando más tiempo en vuelo que la hembra, que, desde luego, durante la época de la cría, pasa grandes intervalos posada, pero esto también sucede el resto del año. En el invierno el macho realiza muy frecuentes picados sobre el lugar donde habitualmente permanece quieta la hembra. Esta parece volar más reposadamente y cuando la pareja está junta, observándolos atentamente pueden distinguirse por la ligera diferencia de tamaños.

    maravillosa ave de presa que a la vez es muy sensible a cualquier molestia o a la presencia del hombre, siendo esto motivo suficiente para abandonar un nido o una puesta

    El águila real puede volar en picado a una velocidad de hasta 300 km/h, siendo superada por el halcón peregrino (Falco peregrinus), que puede llegar a 380 km/h.

    El águila real caza desde el aire, y para conseguirlo está equipada con las armas típicas de su familia: fuertes patas terminadas en garras bien desarrolladas, pico ganchudo, gran fuerza y velocidad y una potente vista capaz de localizar la presa a cientos de metros de distancia. Las presas a las que puede dar muerte son de todos los tamaños y formas: ratones, conejos, liebres, marmotas, zorros, serpientes, e incluso crías e individuos viejos o enfermos de cabras salvajes, ciervos, jabalíes y rebecos y aves voladoras y terrestres.


    las águilas reales inmaduras eran observadas con frecuencia incluso cerca de acantilados costeros. Aunque es un ave eminentemente sedentaria, los inmaduros efectúan movimientos de dispersión invernal, viéndose muchas veces águilas reales en zonas alejadas de sus habituales áreas de reproducción. Sin embargo, ya al final del invierno regresan al lugar de nacimiento y merodean por él, emparejándose algunas de estas águilas inmaduras con adultos, aunque naturalmente sin reproducirse, pero a veces construyendo nidos o aportando material a los antiguos como si realmente fueran a criar. Comentando estos desplazamientos de jóvenes águilas, Bernis (1966) señala que en fase dispersiva cabe esperar que algún águila real nacida en el noroeste de África visite de forma ocasional el sur de España. Añade que es muy improbable que recibamos en la Península otros visitantes extranjeros, excepto los del vecino Pirineo francés. Durante el otoño se ve por la Sierra de Aralar (Guipúzcoa-Navarra) un pequeño flujo de águilas reales con dirección al interior de la Península

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  6. ...

    Polibio, un historiador griego del siglo II a. C. que vivió un tiempo en la península, escribe:

    Se llama Iberia a la parte que cae sobre Nuestro Mar (Mediterráneo), a partir de las columnas Herákleas. Mas la parte que cae hacia el Gran Mar o Mar Exterior (Atlántico), no tiene nombre común a toda ella, a causa de haber sido reconocida recientemente.
    Polibio

    Estrabón dedica el Libro III a la península ibérica.

    La primera parte de ella (Europa) es, como decíamos, el occidente; es decir, Iberia; ésta, en su mayor extensión, es poco habitable, pues casi toda se halla cubierta de montes, bosques y llanuras de suelo pobre y desigualmente regado.

    Apiano de Alejandría (siglo II), en su Historia romana, escribe:

    El tamaño de Iberia, llamada ahora Hispania en lugar de Iberia por algunos, es grande e increíble para tratarse de un sólo país, cuya extensión es de diez mil estadios y su longitud es igual a su anchura.
    Apiano, Historia romana.

    Historiadores y geógrafos de cultura griega, como Heródoto, Estrabón y Apiano, la denominaron Iberia. Los escritores romanos a su vez la denominaron Hispania.

    Iberia fue el nombre dado por los griegos a la península, aunque la parte que más conocían era la zona meridional mediterránea, en torno al río Íber. Hispania era el nombre utilizado por los romanos para designar a la península ibérica, posiblemente de origen púnico (véase Origen del nombre de Hispania).

    Más tarde, después de la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón y las conquistas de Granada y la mayor parte del Navarra, se empezó a llamar España a los territorios resultantes, por simplificación entre los no españoles, aunque la unificación jurídica de todos estos reinos no estuviera consolidada hasta el s. XVIII, con los Borbones

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