lunes, 3 de marzo de 2025

La práctica del deleite versus el miedo.

 


En el compartir tras la meditación, C hablaba sobre los miedos, las preocupaciones,
los pensamientos que crean amenazas que en un 90 por ciento de los casos no se cumplen.
Pero el cuerpo, y la mente, ya han vivido sus efectos como si fueran reales,
como si hubieran sucedido.
El pensamiento creando fantasmas amenazadores, preocupaciones, miedos,
ése es mi gran enemigo, el pensamiento -dijo.
Pero no hay nada que pueda hacer.
Hizo un momento de silencio.
O sí, añadió luego.
Quizás si en vez de poner mi atención y mi energía imaginando situaciones ficticias que no deseo,
quizás si en lugar de eso pongo mi atención en situaciones placenteras de mi vida,
momentos de paz, alegrías,
quizás entonces, mientras estoy en esa apreciación, en esa celebración, 
no puedo estar en el miedo.
Porque el pensamiento solo puede estar en un lugar al mismo tiempo.
Si pongo mi atención en los regalos de la vida estoy surcando el terreno del hábito de la apreciación,
la gratitud y la fortuna,
hasta que la experiencia surja naturalmente, como el agua que fluye naturalmente por un cauce profundo.
Contra el miedo, la apreciación, el deleite.
Ya sé, ya sé que aún me mantengo en la mirada dual
(el rechazo a lo que no deseo y la atracción por la paz que me agrada).
Pero es un comienzo.
Para estabilizar el bienestar, la fortaleza, la confianza.
Y desde ahí siempre es más fácil contemplar la vida con una mirada que transciende la dualidad.
Abrazar la vida tal como es, sin rechazo a las luces y a las sombras.
La vida como es.




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