El dalái lama decía en el documental que una de las misiones de su vida había sido, y es, establecer vínculos entre las diferentes religiones, centrarse en los lugares comunes (básicamente, el amor que diluye el ego separado). Vínculos de hermandad con las tradiciones religiosas y también con las que no lo son; si eres una persona que no te sientes parte de una religión, o incluso si te declaras atea, da igual.
El sentido común te lleva al mismo sitio.
El sentido común que reconoce que el egoísmo es una visión equivocada, que deforma la realidad con su angular egocentrado.
Que el egoísmo nunca tiene suficiente y te condena al sufrimiento.
Que la única salida es el amor que te diluye y te libera.
Este reconocimiento no es patrimonio de ninguna religión, y probablemente está en casi todas.
Y fuera de las religiones también (si sientes alguna resistencia a estas instituciones), el denominado "sentido común" funciona igualmente.
La filosofía. El arte. La investigación personal. Laica o religiosa, da igual.
Así lo venía a decir Tenzin Gyatso en el documental (The Great XIVth).
En otro momento del documental decía:
Si tu fe te genera conflicto y lucha con otras fes,
abandona la fe y sigue el sentido común.
El maestro zen vietnamita Thich Nhat Hanh también está en esta línea de escaso o nulo proselitismo.
En cierta ocasión un asistente le preguntó al maestro si debería abandonar su religión para hacerse budista, dadas las atrocidades que su propia religión había cometido en el mundo y el peso negativo que él personalmente había arrastrado en su infancia y en su vida en general.
Thay le sugirió que iniciara un proceso de reconciliación con sus propios ancestros espirituales.
No tienes que buscar en otra religión lo que ya tienes en la tuya, le vino a decir,
sobre todo si no has sanado la relación con tu propia tradición.
Ve al corazón de tu tradición espiritual, verás que no es tan atroz.
Más tarde, si desde la paz mental decides cambiar de práctica espiritual, puedes hacerlo.
Pero primero arregla las cosas con tus ancestros, resuelve tus odios y resentimientos.
El primero de los 14 entrenamientos de la plena conciencia trata sobre la apertura de mente y la importancia de evitar el dogmatismo:
"Conscientes del sufrimiento generado por el fanatismo y la intolerancia, tomamos la firme determinación de no ser idólatras ni aferrarnos a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluidas las budistas. Las enseñanzas budistas son medios que nos guían para ayudarnos a observar profundamente y a desarrollar nuestra comprensión y compasión. No son doctrinas por las que debamos luchar, matar o morir. Entendemos que el fanatismo, en sus diversas manifestaciones, es el resultado de una percepción discriminatoria y dualista de la realidad."
Por otro lado, hay algunas tradiciones budistas que se encierran en sí mismas,
con conceptos fundamentales como "el protector del dharma", "los enemigos del dharma", "robar el dharma" y expresiones por el estilo.
Pero Buda no se pelearía por los derechos de autor ni consideraría un robo que hagas tuyos sus reconocimientos, si pasan a ser tuyos también.
No existe ningún enemigo del dharma porque el dharma (las propuestas para la comprensión y la compasión) está dirigido abiertamente a todo el mundo.
No hay nada que proteger de ningún enemigo, porque todos los seres deseamos lo mismo.
Buda no es un inventor, no ha creado algo nuevo, de la nada.
No espera royalties para ninguna de las instituciones que dicen aparecer en su nombre.
Buda buscaba comprender cómo funciona la mente humana, y la vida en general, para dejar de sufrir.
Como tantas otras personas en el mundo.
Y cuando lo comprendió le llamaron "el despierto" (Buda)
porque había despertado del sueño de la ignorancia.
Simplemente comprendió cómo funciona la mente que te lleva al sufrimiento
y cómo generar mentes que te liberan.
Pero la mente y la vida funcionan como funcionan, al margen de que alguien lo comprenda o no.
Lo supo ver Buda y muchas otras personas también, budistas, cristianas, musulmanas,
religiosas o laicas, artistas, navegantes, pastoras, agricultoras...
El funcionamiento de la vida y de la mente humana no es propiedad de nadie.
El reconocimiento de las cosas tal como son no es una visión privada o patrimonio de una tradición.
Y si te encuentras con alguna tradición (ya sea budista, cristiana, hebrea o la que sea)
que asegura que tiene el patrimonio exclusivo de la verdad, el único linaje verdadero,
y se aleja de las demás, con un sentido de superioridad y arrogancia,
no es una buena señal de coherencia con el culto que profesa.
No lo es.