jueves, 13 de enero de 2011
5. Meditación en la mente.
Primero
identifica la propia mente
(su ubicación, su naturaleza, su función)
y luego
realízala de manera directa.
Primero, tú
y yo,
tan "mentales",
obtenemos una imagen genérica
(vacía de propiedades físicas, su naturaleza es claridad
y su función
comprender y crear,
y se ubica en el chakra del corazón, que es la casa de
la mente muy sutil).
Descansa
en tu mente
clara.
Y luego, experiméntala, sé
tu mente,
sé
claridad, vacío
que comprende.
Y deja de crear.
Simplemente
sé
continuo mental
vacío.
Como el hilo conductor
vacío.
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Uyy qué chungo eso de "Deja de crear"! jjjajaja...
ResponderEliminarEsta mente burda tan inquieta y tan peliculeraaaa...jjjj...
Ala, "pá dentro", hay que ir hondo... Ojalá algún día consigamos llegar a un estado apacible en este mundillo inquieto, agitado, caótico... Que parece que te empujan a tener la escopeta cargada ó a esconderte tras una fuerte armadura, que, a algunos se les oxida!jjjj...
Conocer la verdadera naturaleza de nuestra mente es un lujo! Pues así es como podemos conseguir, poco a poco, desidentificarnos e implicarnos tan emocional y tan dramáticamente en las situaciones (escenarios) de este teatrillo... Poder saltar a la butaca y ver nuestro personajillo en acción... Recordar quién eres...
Mil besos!!
Poder saltar a la butaca y ver nuestro personajillo en acción...
ResponderEliminarSuena bien, hadania.
Y luego descansar, sin imagen ninguna, descansar...
dicen que en el Gran Gozo.
Mientras, podemos seguir entrenándonos... "el salto a la butaca" es un ejercicio muy beneficioso. Desde el silencio mental podemos despejar un espacio en el que observar el propio personaje que interpreto cada día en el teatro de la vida (como pareja, en el trabajo, hermana, hija, madre, conductora, etc..) Nos creemos tan fuertemente que somos nuestros personajes... cada uno con sus historias, con sus miedos y deseos, etc. Nos ocupamos y nos creemos tanto nuestros personajillos, que olvidamos observar las relaciones con los demás. Y para ver la relación tal como es tenemos que dejar a un lado al personaje, aunque sea por unos segundos... Cuando hacemos ese "salto" para observar objetivamente, soltando al personaje, podemos ver la película completa, donde cada personaje cree ser el protagonista de la historia. A medida que puedo observar en total presencia, surge una sutil ternura en la mirada, un enfoque más amable, más neutro, saltamos a la bucata. Soltamos todo y revisamos la historia desde la butaca de nuestra presencia. Logramos desconectarnos de la película en la que estábamos presos en mil emociones. Desde un estado de mayor comprensión, mayor conciencia, puedo darme cuenta de ese "yo" que creía ser con existencia inherente, y voy viendo cómo todo está unido en una red de fenómenos producidos...
ResponderEliminarAl no dar crédito a nuestro personaje, desdramatizo... Y desde ahí comienzo a sentir paz... Desde el silencio, dejo que todo pierda fuerza y dejo que la paz surja poco a poco desde mi... y así, todo queda más equilibrado, y voy aprendiendo a no reaccionar... y desde ahí sí que se siente gozo, y dicha...
(el "salto a la butaca" es un ejercicio que viene en el libro "ECOLOGÍA MENTAL", de Jorge Lomar, que a mí me es muy útil...
ResponderEliminarSí, hadania, el salto a la butaca que propones nos permite desdramatizar y relajarnos en la contemplación de la película...
ResponderEliminarMuy ilustrativo. Gracias.