Rabjor dice que uno de los efectos del apego es que te incapacita para percibir la belleza en el futuro.
Y es como otra realización.
No hay que esperar al futuro.
No hay que ser adivina para observar lo que ya está ocurriendo en el presente.
Cuando sientes apego por una persona o por una situación,
pierdes la capacidad de percibir la belleza, las posibilidades,
las cualidades
de todas las demás personas,
o situaciones.
El apego te ciega.
O al menos te deja miope.
Incapacitada para abrirte a las posibilidades de todo lo demás.
El apego es exclusivo por naturaleza, descarta a todo lo demás.
A veces le llamamos amor, pero nada más lejos.
Por naturaleza, el amor es expansivo.
El amor te inspira amor
allá donde pones los ojos.
El apego no te deja
despegar los ojos de tu objeto.
Abre tu campo de visión.
Así que era esto...
Miro a mi alrededor y, de repente, veo toda la belleza que no veía.
Así que era la obsesión del apego,
la miopía del apego,
lo que me hacía verlo todo desenfocado y sin interés;
era la distorsión de la miopía
lo que me incapacitaba para la ecuanimidad, y no al revés.
Tanta belleza a mi alrededor, sin que yo pudiera percibirla,
tanta bondad, tantas posibilidades
que el apego no me dejaba reconocer.
El apego del pasado
y del presente.
Mis impresiones kármicas de apego
que crean desequilibrio y me incapacitan para la ecuanimidad
y para disfrutar del paisaje
completo.
Contempla la belleza que te rodea.
De forma que
si quiero disfrutar de libertad en el futuro
(de una buena vista, sin distorsiones ni limitaciones)
sólo me queda soltar mis viejas tendencias
al apego.
Ahora.
Ya.
Cómo hacerlo?
Tengo que esforzarme por contemplar la belleza que me rodea
en cada persona, en cada situación (que, sin ninguna libertad, había descartado),
la bondad, las posibilidades que encierran,
las oportunidades que me brindan.
El apego de hoy (la imposibilidad de percibir la belleza)
es el resultado del apego de ayer
y si me mantengo en la miopía del presente
sólo puedo esperar
más miopía
que no me deje percibir la belleza
(y la bondad
y todas esas posibilides ocultas)
en el futuro.
Es que en realidad, no sabemos hacernos felices... Pensamos que el apego no es una causa de infelicidad... pero es que cuando nos damos cuenta de que sí, ya es tarde... Porque somos "seres del deseo", por eso nos es tan difícil soltar el apego, porque es nuestra tendencia más arraigada...
ResponderEliminarSe nos olvida que la causa de la verdadera felicidad es la paz mental, que viene, claro, de ir eliminando nuestras perturbaciones mentales... Así que, hay que ponerle conciencia al tema, y ver al apego como lo que es, como un engaño mental, como una trampa, o como se dice en budismo, es lamer miel sobre el filo de una navaja...
Sólo controlando la mente y manteniendo a raya al apego es como puedo ser de verdad feliz... Controlar la mente, como dice Chokga, es belleza, es paz, es gozo!!!
Es genial la expresión "la miopía del apego" Te lo dice una super miopeee!!! jejejej... Cuando no llevo las gafas, no veo tres en un burro!!! Así que, sí, es muy acertada la comparación... Necesitamos esa paz mental para poder VER de verdad, sería nuestras "gafas espirituales" jjjj
Yo también lo compararía como la ratonera de queso para un ratón hambriento; ó una lámpara mata-insectos, que mueren atraídos por una luz "especial"..
Parece que el apego da una sensación agradable, nos atrae, por eso no nos gusta liberarnos del apego... Pero en realidad, como dice Chokga, el apego nos está atontando!!
"Pero mírate!!, tenemos que preferir la paz a las perturbaciones mentales"
Es que estamos acostumbrados a las perturbaciones, y no conocemos la paz interior, y claro, parece que las perturbaciones nos dan "salsa" a la vida, pero en realidad es una adicción, es algo dañino!! No vemos el daño que nos hacemos cuando nos quedamos en el apego... Chokga lo comparó con la adicción de un alcohólico... y dijo: "No hay color entre una mente de apego y una mente de paz mental, pues una te da agitación mental y sufrimiento, mientras que la paz mental te da felicidad y satisfacción interior"
Así que, a por mi perturbación!! A cesarla y no alimentarla! Cada día, igual que nos aseamos a diario, necesitamos limpiar nuestra mente a diario...
Mucho ánimo!!
lamer miel sobre el filo de una navaja...
ResponderEliminarparece que las perturbaciones nos dan "salsa" a la vida,...
Muy acertado, hadania.
Muchas gracias por los ánimos.
Firmado:
una hedonista,
que cae una vez tras otra,
como la polilla que cree que detrás de la luz hay más luz hasta que acaba quemada
por el fuego.
Menos mal que, al menos,
una acaba aprendiendo
a "transformar"...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen post. La miopía fue para mi una gran escuela.Saludo de una ex-miope.
ResponderEliminarFelicidades.
ResponderEliminarY gracias por compartir.