domingo, 9 de enero de 2011

Crónica de un retiro.

1. Creo en los milagros.




Lo confieso:
creo en los milagros.


Te lo digo
a riesgo de que te enfades conmigo, como le pasó a M., mi amiga psicoterapeuta.
Le dije: cuando lo comprendes, de verdad, de corazón,
todo cambia;
el mundo en el que vives se transforma.
Es lo que en budismo se conoce como "realizaciones".

M. se enfadó al oírme decir esto.
No es tan fácil, dijo, si fuera así, qué sentido tendría el largo y doloroso proceso de las terapias a las que se someten mis pacientes, y aún así no siempre conseguimos sanar.
Y tiene razón,
a veces el camino es largo
y puede llegar, o bien no llegar, a puerto.


Abrirse.

Pero, a veces, simplemente lo comprendes
y ya.
Como si te hubieras abierto
(relajadas las compuertas de las armaduras con las que nos "protegemos" a cal y canto)
y te llegaran las bendiciones.






















"Bendiciones" es una palabra que, traducida del sánscrito, significa "transformación".
Bendición es algo (un palabra, una imagen, una situación)
que transfoma.
Transforma, cambia.
Y ya nada vuelve a ser como antes.
No es comprensión intelectual, meramente lógica o racional,
es una experiencia interna
transformadora.
Es una comprensión integrada
"como agua vertida en agua",
que ya forma parte de ti.
Y una vez que tú cambias, el mundo que percibes (creas)
cambia.
Y ya nada puede ser como antes.

las "realizaciones" espontáneas existen.
Los milagros existen.

Pero hay que abrirse
a las bendiciones.

Hay que creer en los milagros.


















(A veces
los girasoles miran a la luna

y se convierten en
giralunas).


7 comentarios:

  1. quería contarte un milagro...

    Hace unas pocas semanas, de la manera más sencilla y natural, tuve la que creo que
    fue mi primera conversación con mi madre...

    Y digo "conversación" porque hubo diálogo auténtico... Una habla, la otra escucha, y
    viceversa... Sin ataques, sin burlas, sin reproches...

    Por vez primera, mi madre me escuchaba, mi madre me pedía ayuda, ... necesito
    aprender a manejar las situaciones difíciles, necesito sentir paz...

    Y sucedió...

    ...

    Hoy mi madre ha conocido a Chokga... Me ha acompañado a clase de PG de Ecocentro, y
    de una manera perfecta, nos ha hablado justo lo que tanto mi madre como yo misma
    necesitábamos oir: La paciencia de aceptar el sufrimiento...

    ...
    Y que mi madre expresara después la admiración por Chokga, por su mirada, por lo que
    transmite... Me he quedado alucinada con ella...

    ...

    Y me admira su pasión, su sinceridad, pues aún en su dolor veo la vida, veo su
    luz... Y sé que en esa luz también estoy yo...

    Sólo puedo expresar mi inmensa gratitud hacia el cielo, por esta experiencia
    maravillosa, de poder ayudar a mi madre... Para mí es el mayor regalo de Reyes, o lo
    que sea, que podía haber tenido... Es un honor tan profundo poder limpiar las
    heridas del pasado, poder sentirse en paz de verdad...

    Suelto las expectativas... acepto lo que es...

    Sólo quería contártelo, pues estoy muy emocionada y maravillada...

    Un beso


    Con cariño...

    L.

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  2. Hola Marié.Encontré tu blogspot y me pareció excelente,especialmente por tu maravillosa narrativa(sin tener en cuenta q eres periodista).
    También soy un seguidor del dharma en su vertiente tibetana(vajra yana).
    Me gustaría compartir ideas contigo.
    Con mis mejores votos de paz,deseando todo te sea propicio en este nuevo año 2011 e igualmente para tu fmla.
    Si deseas puedes visitar mi humilde espacio,sera un honor tenerte presente.
    www.madhyamakaloka.blogspot.com
    Gracias por tu hermosa pagina,es de mucha bendición.
    Desde este extremo del atlantico,sinceramente:
    Julio C.
    Namo Buddhaya!!!!

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  3. Muchas gracias por compartirlo, Laura. Es precioso.
    Es precioso que aproveches para compartir esas experiencias con tu madre,
    mientras que todavía está.
    Alguna vez te contaré como tuve una "realización" espontánea con mi madre
    un día que la vi de repente ahí, tan viejita y vulnerable, y toda la
    distancia que sentía con ella, ese resentimiento silenciado, se diluyó en
    un instante.
    No tenía nada que perdonarle. Absolutamente nada.


    Ahora estoy que me caigo de sueño.

    Pero quería darte las gracias por compartir eso. Es precioso. Aliméntalo.


    Un beso.


    Marié.

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  4. Gracias por tus palabras y por pasarte por el blog, Julio. Espero encontrarte por aquí.
    Ya he entrado en el tuyo y te dejé algún comentario. Está muy bien. Seguiré pasándome.

    Un abrazo y seguimos en contacto.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Todo comienza desde el interior... Primero el cambio sucede desde dentro, luego, el exterior manifestará en consonancia con el estado interno...

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