lunes, 5 de septiembre de 2011

Un simple combinado de sutra y tantra.









Querido amigo:

Hace un día gris precioso,
de nubes que anuncian una lluvia de bendiciones. El otoño se va metiendo por las rendijas de esta proyección.
Y mi mar se va acercando pasito a paso, mi mar frío de invierno, rompedor, como un consorte experimentado que rompe puertas, que rompe jaulas, egos de barro, apariencias, espejismos de entramados, que rompe...

Querido amigo,
quería contarte que anoche disfrutamos de una cena muy inspiradora en el mandala de S. En ese escenario bucólico, ya sabes, una mesa bien atendida en medio de la montaña. Un rincón especial para los comensales del dharma.

Inevitable que surja el tema, una y otra vez, de cómo vivir esta existencia humana en dos dimensiones a la vez, al menos en dos dimensiones.
Ya sabes, amigo, el tema recurrente en nuestros ágapes particulares.

Cómo vivir en dos dimensiones a la vez y no estar loco.

A saber:

1. Como ser humano. Moverse en medio de las apariencias de esta experiencia kármica, caminar los escenarios que surgen en esta proyección, afrontar las situaciones, jugar el juego que cada personaje o circunstancia presente. Cómo podríamos aprender todas las lecciones que tenemos pendientes de aprender sin este sueño? Cómo comprender la renuncia sin el sufrimiento? Cómo aprender a esperar, la paciencia, hacerse fuerte sin dureza, tierno y flexible a la vez, sin este juego de obstáculos? Cómo comprender la compasión? Cómo aprender a amar sin ti, sin la oportunidad de cada ser con el que me cruzo?
Esta experiencia kármica, esta preciosa existencia humana es una oportunidad valiosa en cada instante del día. Así que no puedo dejar de vivirla, profundamente, en todo su significado, en cada fotograma de la proyección
de esta hipnosis reveladora.

2. Pero tampoco puedo dejar de vivir como el ser que soy. No olvidar ni por un instante (o al menos, todo lo que pueda) el ser potencial que soy. El ser que ya llevo dentro. El ser que transciende esta emanación humana. El ser que contempla el sueño y al personaje.

Ese gran aliado.

¿No te sientes cansado a menudo, compañero? ¿No te sientes agotado
y a veces confuso?
En esas ocasiones, especialmente en esas ocasiones,
a mí me gusta retirarme y delegar.
Dejar que él (ella) tome las riendas.
Quitarme de en medio.
Qué reconfortante resulta delegar en quien sabes que tiene todas las claves.
Creo que le llaman el "Guru yoga".
(Deja que entre tu yídam en tu corazón y luego no te resistas
a que se haga espacio hasta ocupar la casa que por derecho le corresponde).

Y, cuando estés en esa dimensión, todo lo que hagas (cualquier acción que realices, digas o pienses),
realízalo como una ofrenda
de objetos
puros.
A tu yídam en tu corazón.
(Ese ser que ya eres).
Y permítete experimentar el gran gozo que ello supone.


Cómo saber que se trata del GG.

Cómo saber que eso que experimentas se trata, efectivamente,
del gran gozo y no de un mero placer
con trampa
-otra vez el apego que siempre acaba pasando factura.

Lo reconocerás por sus dos características especiales:

1. Calma tempestades, equilibra tu energía física y mental, produce serenidad amorosa (se dice que reúne todos los aires de energía de tu cuerpo en el canal central, en el chakra del corazón).

Y 2. Elimina las apariencias y las concepciones erróneas.


El GG (incluido el disfrute con tu consorte, compañero, sobre todo ése) se caracteriza porque disuelve las apariencias, elimina los engaños, te abre las puertas
de la realidad.

El GG, lo reconocerás
por tu serenidad, por la felicidad apacible y profunda
-lejos de la ansiedad de la excitación insatisfecha,
insatisfecha antes
e insatisfecha después.
Y por la liberación
que experimentas
cuando las apariencias se disuelven
en la vacuidad.
Junto con tu pensamiento conceptual
y todas las concepciones
duales
que te separan
de la experiencia de unidad
que ya eres.

Cuando vuelves a ser el ser que eres
y comprendes
que tu naturaleza
es la misma naturaleza de todas las cosas.


P.D.

Extraña conversación, quizás, para el vecindario más próximo tras las ventanas encendidas sobre nosotros, que no veíamos.
Bajemos la voz, que es tarde -dijo S. en un momento dado.
Y si oyen voces, molestamos, pero si, además, escuchan lo que decimos, podrían bajar a preguntarnos: qué es eso
que habéis tomado? Yo también quiero un poco -bromeó R.

Ningún intoxicante peligroso, un simple combinado de sutra y tantra.


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4 comentarios:

  1. Gracias por este blog. Llevo bastante tiempo leyendolo y me parece muy inspirador al igual que todos y cada uno de los comentarios.
    Gracias por escribir, Marié, y espero que continues alentandonos con tus palabras para seguir el camino del Dharma.

    Te dejo un poemilla:



    No hay cuerpo dentro del cuerpo,
    Ni mente en la mente.
    Tu... yo... ¿dónde somos?
    ¿Acaso podrías encontrarme?

    No hay río más allá del agua.
    Los árboles no son el bosque.
    No brota vida sin mirarla.
    Dime, ¿qué existe realmente?

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  2. Qué bueno, mai, tu poema.
    Yo no podría contestar, hoy por hoy, a tu pregunta. No por experiencia propia. Pero la pregunta en íya es un koan para meditar. Y ya se sabe que los koans nos muestran el camino. Como las buenas preguntas nos muestran el camino.

    Gracias por pasarte por aquí y dejar tus huellas.

    Abrazo.

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  3. Gracias Marie es muy bonito lo que enseñas, espero algún día experimentar ese gran gozo del que hablas y poder compartir con todos los seres el despertar de la conciencia

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  4. Dios mío, Peca, acabas de llegar y ya experimentas la bodichita.
    Pronto entenderás el enorme tesoro que es esa experiencia.

    Un abrazo muy muy fuerte.

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